La propuesta de organizaciones ciudadanas para modernizar Vespucio Oriente sin autopista concesionada

Vecinos de Ñuñoa y La Reina acudieron al ministro de Obras Púbicas, Laurence Golborne, para convertirla en una avenida de alta velocidad sin semáforos, pero financiada por el Estado y a menor costo. "Las autopistas destruyen la ciudad y favorecen a los sectores de mayores ingresos", dicen.

Vecinos de Ñuñoa y La Reina acudieron al ministro de Obras Púbicas, Laurence Golborne, para convertirla en una avenida de alta velocidad sin semáforos, pero financiada por el Estado y a menor costo. "Las autopistas destruyen la ciudad y favorecen a los sectores de mayores ingresos", dicen.

Hasta las oficinas del ministerio de Obras Públicas llegaron este viernes representantes de organizaciones ciudadanas de Ñuñoa y La Reina, para presentar al ministro Laurence Golborne una propuesta para Vespucio Oriente.

El tramo de 13 kilómetros atraviesa las comunas de Peñalolén, Ñuñoa, La Reina, Las Condes y Vitacura espera para ser concesionado y es el único que falta para convertir en autopista toda la circunvalación Américo Vespucio.

Se espera que el MOP revele en julio el diseño de la obra y así detalle qué segmentos serán en superficie, en trinchera o en túnel minero. El ministro Golborne descartó días atrás que haya tramos elevados.

Por el contrario, la propuesta de las organizaciones contempla que la obra no sea concesionada a privados y consiste, básicamente, en convertir Américo Vespucio en una avenida de alta velocidad sin semáforos. Así, los cruces con calles principales se resolverían con túneles y viaductos y el impacto sería menor al de una autopista concesionada.

El presidente de la Fundación Defendamos la Ciudad, Patricio Herman, señaló que “la avenida Américo Vespucio sin semáforos es lo mismo que una autopista y para ir solucionando los problemas con las vialidades perpendiculares, se deberían hacer conexiones, ya sea a través de viaductos o túneles, en distintos sectores”.

“Esta va a ser una solución que tiene un costo sustancialmente menor a lo anterior y se van a matar varios pájaros de un tiro. Los automovilistas van a andar rápido, que es lo que quieren, y para financiar esas obras civiles, que debiera ejecutar el Estado, igual se colocan pórticos, con tarifas bastante más reducidas, para que los automovilistas beneficiados asuman el costo”, añadió.

Las organizaciones estiman que el financiamiento de las obras alcanzaría entre 150 y 200 millones de dólares, que deberían ser asumidos por el Estado. Una cifra mucho menor a la proyectada por el MOP, cercana a dos mil millones de dólares.

Moisés Scherman, integrante de la Red Ciudadana por Ñuñoa, explicó que se oponen a que el tramo sea convertido en autopista concesionada, por los distintos perjuicios que éstas provocan en la ciudad: “Destruyen la ciudad, quiebran la armonía de los barrios y afectan la calidad de vida de los vecinos. Es cosa de pasar por la autopista (Vespucio) en la parte sur, donde pasa a la altura del último piso de un edificio. Si te vas por la autopista te demoras diez minutos y si vas por la caletera te demoras 30, es decir, es segregadora y favorece a los sectores de altos ingresos, perjudicando la calidad de vida de la gente que se desplaza por las caleteras, que se ven colapsadas. En definitiva, están hechas para favorecer a los sectores de mayores ingresos que pueden cancelar y el resto nos jodemos y nos vamos por las caleteras”, dijo.

El concejal por Ñuñoa, Manuel Guerrero, uno de los representantes municipales que apoya a las organizaciones, indicó por su parte que “ha habido un mal entendido punto de vista ingenieril, en que se trazan rutas sin considerar los territorios en los cuales se van a instalar. Las autopistas interrumpen la vida cotidiana de las comunidades, el diseño no toma en cuenta a los vecinos y las experiencias previas no solo afean el entorno, sino que simplemente se imponen y solo benefician el aumento del parque automotriz”.

En tanto, Pedro Davis, presidente de la Coordinadora Vecinal de La Reina, enfatizó que el rechazo a la autopista no significa “estar en contra de la conectividad y el progreso”, sino optar por un nuevo modelo de desarrollo: “No se puede seguir pensando en aumentar las calles y en la tendencia de que la movilización privada es tan importante como hoy. El énfasis hay que ponerlo en el transporte público y el país tiene que tomar conciencia que no se puede seguir agigantando esta hipermetrópolis. Esto tiene que ver con la descentralización también. Tenemos súper claro que es un problema complejo, pero en algún momento hay que decir ‘sabe que, paremos con este estilo de desarrollo y veamos una forma distinta’”, señaló.

Las organizaciones destacaron además una encuesta en que 1.260 vecinos señalaron, entre otros temas, que la autopista no es necesaria ni tampoco la respuesta al colapso vial de la ciudad.





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