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Resurgen reclamos contra contaminación de Agrosuper en Región de O’Higgins

A pocas semanas de finalizado el conflicto en Freirina por la planta de cerdos de Agrosuper, diversas localidades de la Región de O’Higgins se movilizan por la contaminación que produce la misma empresa en la zona y por el proyecto de Maxagro que también pretende instalarse en la provincia Cardenal Caro.

Macarena Scheuch

  Lunes 4 de junio 2012 14:29 hrs. 
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En los últimos días, cerca de 300 vecinos de las localidades de Litueche, La Estrella y Lago Rapel se han manifestado en contra de la contaminación que existe en la zona derivada de la empresa Agrosuper, en una situación similar a la que terminó con el cierre de su planta en Freirina.

Los pobladores rechazan, ademá,s el proyecto de una planta de cerdos llamada Quebrada Honda, de la empresa Maxagro, que se instalaría en la zona aumentando la contaminación.

El alcalde de Litueche, Bernardo Cornejo, señaló que en el caso de Agrosuper ésta lleva cerca de 20 años en la zona, con planteles de cerdos que instaló con Declaraciones de Impacto Ambiental y no con Estudios, burlando la legalidad ya que las declaraciones tienen un límite de cien mil unidades de producción, por lo que han generado planteles uno tras otro como parches, hasta llegar al número actual de 400 mil cerdos en La Estrella y San Pedro.

Respecto de Maxagro, el edil reconoció que la agroindustrial había presentado un Estudio de Impacto Ambiental en 2007 a la que la comunidad se opuso logrando que la compañía desistiera del proyecto. Sin embargo, insistieron con una Declaración de Impacto Ambiental en 2010 y una nueva en 2011, con menos cerdos pero con la misma cantidad de agua.

“Creemos que nuestra zona ya está saturada de cerdos, de contaminación, de olores, de moscas, de contaminación de las aguas, de agotamiento de los acuíferos. Hoy, prácticamente, se han chupado toda el agua de la zona, hay muchos agricultores que han dejado de producir, han tenido que vender sus tierras. Y por cierto, con  un claro riesgo hacia la humanidad, porque todos los pozos y norias del sistema de agua potable rural están en peligro, producto de la puesta en marcha de estos proyectos. Sumado a ello, el daño al ecosistema, al desarrollo turístico  y comercial de la zona”, sostuvo el alcalde.

Si bien Cornejo admitió que estas empresas pueden producir empleos, aseguró que son mucho menores que los miles de empleos que genera el Lago Rapel y su atractivo turístico.

El alcalde valoró que gracias a la oposición de los manifestantes de la región, amenazando con acciones legales, Agrosuper decidió faenar los cerdos de Freirina en vez de trasladarlos a sus plantas en O’Higgins, e hizo un llamado a las autoridades a mejorar la legislación al respecto.

“El Estado de Chile, el Gobierno de Chile junto con el Parlamento tienen que rápidamente iniciar un mejoramiento de la ley ambiental, no podemos seguir en las condiciones en que estamos. Aquí se está produciendo una violación a un artículo importante de la Constitución Política que es el derecho de vivir tranquilo. Creo que si hoy el Gobierno y el Parlamento no son capaces de legislar en algo tan importante como es el medio ambiente, cuando estamos saturados de empresas contaminantes por todos lados, creo que estamos cometiendo un error y no vamos a avanzar de buena forma hacia el futuro”, aseguró Cornejo.

Bernardo Cornejo criticó además que Maxagro ha ejercido presiones para que su proyecto sea aprobado y ha “comprado conciencias”, especialmente en el sector de Pulín, a la vez que aseguró que se reunirán con el intendente y algunos seremis para insistir en características técnicas del proyecto, como por ejemplo, que no cuenta con el agua suficiente para dar de beber a los 95 mil cerdos y para los riles.

Quien también manifestó su rechazo a estas empresas fue Roberto Gutiérrez, director del Consejo de Desarrollo y Protección del Lago Rapel, Codepra.“Estas empresas se ubican en las cercanías del Lago Rapel, porque ellos no tienen un proceso de saneamiento de los desechos de los cerdos, tampoco cuentan con la cantidad de agua disponible para poder procesar estos desechos. Esto genera, por mal manejo, mal olor, que es permanente en el Lago Rapel, muy intenso en ciertas épocas. Tampoco cumplen con la normativa, porque piden permisos para una cantidad limitada de chanchos y en el correr del tiempo empiezan a aumentar de forma desmedida. Parten con cien mil y terminan con un millón y medio y no está preparado el medio ambiente para resistir esa producción de chanchos”, señaló el dirigente.

Gutiérrez afirmó que de empeorar la contaminación podría ocurrir algo similar a lo que pasó en Freirina, y que la comunidad sigue trabajando para juntar fuerzas y ser escuchados por las autoridades.

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