Una nueva alza en la tarifa del Transantiago, un proyecto de ley que pretende congelar el precio del pasaje, nuevos contratos, colores y la saturación del Metro, son parte de la ecuación que ha desencadenado la molestia de usuarios y trabajadores del sistema de transporte público de la capital.

Los más ofuscados son los pasajeros, quienes han evidenciado su molestia con el alza del pasaje, algo que no puede mantenerse “cuando el servicio es de una calidad muy deteriorada y donde los pasajeros siguen viajando en pésimas condiciones”.

Así lo señaló a Radio Universidad de Chile, Tamara Homel, presidenta del Comité de Usuario del Transantiago, quien agregó que los nuevos contratos son sólo una medida parche. Por ello  la vocera emplazó al ministro de Transportes, Pedro Pablo Errázuriz, a terminar con disposiciones graduales y dejar de normar en función de las utilidades de las empresas.

“El transporte debería ser pertenencia del Estado y no de los empresarios, dado que es un bien social. El transporte es un patrimonio de la humanidad, no puede estar en manos de quienes quieren lucrar y acumular riquezas en las decisiones de cómo movemos a la ciudad, de cómo nos trasladamos”, denunció la dirigenta.

Tamara Homel indicó también que la evasión tienes dos motivos: la molestia por el mal servicio y los malos salarios de los trabajadores, por lo que reiteró el llamado al ministro a tener una mirada social del transporte que disminuya la tarifa del pasaje.

Además, dijo que la solución debiera partir por incorporar a muchos sectores sociales a una mesa de trabajo, donde converja la propuesta del Comité de Usuarios, de estatizar el transporte público.

“El ministro tiene que ser mucho más claro, tiene que  entregart y dotar al Transantiago de frecuencias que estén registradas por minutos, donde los pasajeros, los usuarios sepamos a qué hora estar en un paradero y tener la seguridad que en ese momento va a pasar una micro en la cual vamos a viajar en buenas condiciones. Creemos que aquí se sigue trabajando en función de mejorar a los empresarios del transporte, que solo han venido a transgredir la vida de los ciudadanos”, indicó Hommel.

Por su parte, Sergio Jara, académico de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Chile, criticó los presuntos arreglos dados a conocer por el Gobierno y dijo que el problema del sistema radica en el diseño.

En esta línea, sostuvo que la evasión es una maniobra distractora, para que los usuarios se fijen más en quien paga y quien no lo hace y no en las falencias del sistema. Ejemplo de ello es que, de acuerdo a los nuevos contratos, a los troncales se les permitirá alargar sus recorridos, sin aumentar la flota, lo que va a mermar la frecuencia de los servicios, según sostuvo.

Consecuencia de estos problemas, según Jara, es que se van a agudizar los problemas en el Metro, tal y como ocurrió la semana pasada con el colapso del sistema en el horario punta de la mañana.

Eugenio Arriagada, presidente de la Federación de sindicatos del Metro, fue enfático en afirmar que el tren subterráneo está en su máxima capacidad y que depende de otros factores la solución a la gran saturación del tren subterráneo.

“Metro no tiene más alternativa que realizar lo que está realizando, porque en las horas punta metro está sobrepasado. Eso va a continuar así hasta que mejore el transporte de superficie, donde la gente realmente pueda tener al Transantiago como una opción valedera a lo que históricamente ha sido el metro. Y lo otro es que metro todavía tiene un pequeño espacio donde puede meter más trenes”, señaló Arriagada.

Además, el dirigente criticó a la empresa, debido a que se ha despreocupado de sus trabajadores, lo que se ha traducido en que sean objeto de agresiones por parte de los usuarios, con los consecuentes perjuicios en el ambiente laboral.