El ministro de Desarrollo Social, Joaquín Lavín, aseguró que en los próximos días se darán a conocer los resultados de la Encuesta Nacional de Caracterización Económica 2011 (Casen), datos que se esperan hace varias semanas.
El secretario de Estado aseguró que recién “ayer se terminó de realizar el intercambio con la Cepal, hemos recibido todas las bases de datos y próximamente vamos a tener una cifra definitiva”.
Sin embargo, esto genera desconfianza, ya que se tenía contemplado que durante la primera quincena de junio se dieran a conocer los datos. Y no es primera vez que el ministro Lavín plantea que los resultados están por venir.
La situación se vuelve más compleja aun cuando fuentes de La Moneda han declarado que se espera una baja en la indigencia, pero se sabe con certeza del alza de una pobreza.
Principalmente, el problema reside en la importancia que significa este instrumento para el diseño de políticas sociales. El director ejecutivo de la Fundación Para la Superación de la Pobreza, Leonardo Moreno, explicó que “la encuesta Casen reúne mucha información necesaria para rectificar políticas y programas en materia social. No solo nos entrega cuáles son los ingresos de las familias y las personas, sino que también entrega información respecto a salud y educación. Este año, por primera vez, también vamos a tener una pregunta más bien cualitativa, cómo la gente está percibiendo su vida en relación a su felicidad. Por lo tanto, es tremendamente relevante para ir modificando y avanzando en materia política y social”.
Moreno, sin embargo, no quiso aventurarse criticando al Ejecutivo por no entregar las cifras ni menos sobre los motivos para esto, pese a reconocer que, a su entender, la Cepal ya cuenta hace una semana con los datos.
El director ejecutivo de la Fundación para la Superación de la Pobreza enfatizó, no obstante, que se deben hacer cambios importantes en este instrumento de medición: “Cualquiera sea la situación, queremos volver a poner énfasis en entender que es una medida por ingreso que está bastante obsoleta. Tenemos una línea de la pobreza que viene hace demasiados años, producto de la composición de la canasta de satisfacción de las necesidades básicas que se ocupa y que viene de 1985. Por tanto, creemos que hay que poner énfasis en otros elementos que están dando vuelta hace mucho tiempo ya en materia de pobreza y desigualdad”, señaló.
Esta crítica no es nueva. Colectividades como el Partido Progresista ya antes habían llamado a transparentar la realidad al dar a conocer un estudio que cifra el nivel de precariedad en un 35 por ciento en nuestro país, tasa superior al 15,1 por ciento registrado por el Gobierno.
El ministro de Desarrollo Social, Joaquín Lavín, aseguró que en los próximos días se darán a conocer los resultados de la Encuesta Nacional de Caracterización Económica 2011 (Casen), datos que se esperan hace varias semanas.
El secretario de Estado aseguró que recién “ayer se terminó de realizar el intercambio con la Cepal, hemos recibido todas las bases de datos y próximamente vamos a tener una cifra definitiva”.
Sin embargo, esto genera desconfianza, ya que se tenía contemplado que durante la primera quincena de junio se dieran a conocer los datos. Y no es primera vez que el ministro Lavín plantea que los resultados están por venir.
La situación se vuelve más compleja aun cuando fuentes de La Moneda han declarado que se espera una baja en la indigencia, pero se sabe con certeza del alza de una pobreza.
Principalmente, el problema reside en la importancia que significa este instrumento para el diseño de políticas sociales. El director ejecutivo de la Fundación Para la Superación de la Pobreza, Leonardo Moreno, explicó que “la encuesta Casen reúne mucha información necesaria para rectificar políticas y programas en materia social. No solo nos entrega cuáles son los ingresos de las familias y las personas, sino que también entrega información respecto a salud y educación. Este año, por primera vez, también vamos a tener una pregunta más bien cualitativa, cómo la gente está percibiendo su vida en relación a su felicidad. Por lo tanto, es tremendamente relevante para ir modificando y avanzando en materia política y social”.
Moreno, sin embargo, no quiso aventurarse criticando al Ejecutivo por no entregar las cifras ni menos sobre los motivos para esto, pese a reconocer que, a su entender, la Cepal ya cuenta hace una semana con los datos.
El director ejecutivo de la Fundación para la Superación de la Pobreza enfatizó, no obstante, que se deben hacer cambios importantes en este instrumento de medición: “Cualquiera sea la situación, queremos volver a poner énfasis en entender que es una medida por ingreso que está bastante obsoleta. Tenemos una línea de la pobreza que viene hace demasiados años, producto de la composición de la canasta de satisfacción de las necesidades básicas que se ocupa y que viene de 1985. Por tanto, creemos que hay que poner énfasis en otros elementos que están dando vuelta hace mucho tiempo ya en materia de pobreza y desigualdad”, señaló.
Esta crítica no es nueva. Colectividades como el Partido Progresista ya antes habían llamado a transparentar la realidad al dar a conocer un estudio que cifra el nivel de precariedad en un 35 por ciento en nuestro país, tasa superior al 15,1 por ciento registrado por el Gobierno.
El ministro de Desarrollo Social, Joaquín Lavín, aseguró que en los próximos días se darán a conocer los resultados de la Encuesta Nacional de Caracterización Económica 2011 (Casen), datos que se esperan hace varias semanas.
El secretario de Estado aseguró que recién “ayer se terminó de realizar el intercambio con la Cepal, hemos recibido todas las bases de datos y próximamente vamos a tener una cifra definitiva”.
Sin embargo, esto genera desconfianza, ya que se tenía contemplado que durante la primera quincena de junio se dieran a conocer los datos. Y no es primera vez que el ministro Lavín plantea que los resultados están por venir.
La situación se vuelve más compleja aun cuando fuentes de La Moneda han declarado que se espera una baja en la indigencia, pero se sabe con certeza del alza de una pobreza.
Principalmente, el problema reside en la importancia que significa este instrumento para el diseño de políticas sociales. El director ejecutivo de la Fundación Para la Superación de la Pobreza, Leonardo Moreno, explicó que “la encuesta Casen reúne mucha información necesaria para rectificar políticas y programas en materia social. No solo nos entrega cuáles son los ingresos de las familias y las personas, sino que también entrega información respecto a salud y educación. Este año, por primera vez, también vamos a tener una pregunta más bien cualitativa, cómo la gente está percibiendo su vida en relación a su felicidad. Por lo tanto, es tremendamente relevante para ir modificando y avanzando en materia política y social”.
Moreno, sin embargo, no quiso aventurarse criticando al Ejecutivo por no entregar las cifras ni menos sobre los motivos para esto, pese a reconocer que, a su entender, la Cepal ya cuenta hace una semana con los datos.
El director ejecutivo de la Fundación para la Superación de la Pobreza enfatizó, no obstante, que se deben hacer cambios importantes en este instrumento de medición: “Cualquiera sea la situación, queremos volver a poner énfasis en entender que es una medida por ingreso que está bastante obsoleta. Tenemos una línea de la pobreza que viene hace demasiados años, producto de la composición de la canasta de satisfacción de las necesidades básicas que se ocupa y que viene de 1985. Por tanto, creemos que hay que poner énfasis en otros elementos que están dando vuelta hace mucho tiempo ya en materia de pobreza y desigualdad”, señaló.
Esta crítica no es nueva. Colectividades como el Partido Progresista ya antes habían llamado a transparentar la realidad al dar a conocer un estudio que cifra el nivel de precariedad en un 35 por ciento en nuestro país, tasa superior al 15,1 por ciento registrado por el Gobierno.
