El Ministro de Desarrollo Social, Joaquín Lavín, y el Gobierno tuvieron que dar excusas luego de revelar los resultados de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional 2011 (Casen), herramienta de medición de la pobreza cuestionada por sus parámetros y alcances.
Es por ello que el titular del ex Mideplan y otrora candidato presidencial, adelantó la semana pasada cambios a la encuesta de Casen, que apuntan a incorporar categorías como “vulnerabilidad social” y metodologías nuevas para identificar la pobreza y la indigencia.
Por otra parte, en RN el parlamentario José Manuel Edwards planteó contar con dos metodologías: “Mantener la actual para poder comparar cómo está progresando el país y con eso poder evaluar las políticas públicas en general y los indicadores económico, pero además hacer otra metodología que sea capaz de incorporar la nueva realidad de Chile. Chile ya no es un país pobre como lo era en la década de los 80, es un país de ingreso medio y las necesidades han ido cambiando”, sostuvo.
Sin embargo, el oficialismo y el Gobierno insisten en la metodología, criticada por ser un debate de números, relegando al ministerio de Desarrollo Social a una cartera “contadora de pobres”.
En distintos sectores se ha planteado que se debe contar con una visión más amplia del problema, como una dificultad de carácter económica y social, que no se soluciona con bonos, según planteó el director de proyectos de la Corporación de Estudios para Latinoamérica (Cieplan), Patricio Meller.
De hecho, el académico no quiso referirse al tema de la metodología Casen, por no estarse tratando del “tema de fondo”.
De todas maneras, el diputado socialista Carlos Montes, coincidió en que el verdadero problema que debe ser tratado y atacado es la desigualdad: “La desigualdad genera pobreza. Antes se trataban como cosas diferentes, pero el tema de las leyes laborales, del sistema tributario que tenemos, son parte de los factores que hay que enfrentar en la raíz de la pobreza. No puede ser que tengamos un sistema tributario tan favorable a lo que más ganan”, aseguró.
Asimismo, el legislador reiteró que “contar a los pobres” no es una alternativa para hacer frente al problema.
“La política social no puede ser pasar ‘contando los pobres’, pobre es aquella persona que recibe en el día menos de 2400 pesos promedio y es indigente aquel que recibe menos de 1200 pesos. Alguien que recibe 2450 ya dejó de ser pobre. Estas son técnicas que pueden hacer un aporte, pero no nos pueden llevar a transformar el debate en esta contabilidad de los pobres”, agregó.
Todos estos aspectos reafirman ideas como la expuesta por el director de la Escuela de Economía y Administración de la Universidad de Chile, Óscar Landerretche, quien acusó “un abuso enorme en el sistema político de la Encuesta Casen”, ya que se ha convertido “en un botín político”.
El Ministro de Desarrollo Social, Joaquín Lavín, y el Gobierno tuvieron que dar excusas luego de revelar los resultados de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional 2011 (Casen), herramienta de medición de la pobreza cuestionada por sus parámetros y alcances.
Es por ello que el titular del ex Mideplan y otrora candidato presidencial, adelantó la semana pasada cambios a la encuesta de Casen, que apuntan a incorporar categorías como “vulnerabilidad social” y metodologías nuevas para identificar la pobreza y la indigencia.
Por otra parte, en RN el parlamentario José Manuel Edwards planteó contar con dos metodologías: “Mantener la actual para poder comparar cómo está progresando el país y con eso poder evaluar las políticas públicas en general y los indicadores económico, pero además hacer otra metodología que sea capaz de incorporar la nueva realidad de Chile. Chile ya no es un país pobre como lo era en la década de los 80, es un país de ingreso medio y las necesidades han ido cambiando”, sostuvo.
Sin embargo, el oficialismo y el Gobierno insisten en la metodología, criticada por ser un debate de números, relegando al ministerio de Desarrollo Social a una cartera “contadora de pobres”.
En distintos sectores se ha planteado que se debe contar con una visión más amplia del problema, como una dificultad de carácter económica y social, que no se soluciona con bonos, según planteó el director de proyectos de la Corporación de Estudios para Latinoamérica (Cieplan), Patricio Meller.
De hecho, el académico no quiso referirse al tema de la metodología Casen, por no estarse tratando del “tema de fondo”.
De todas maneras, el diputado socialista Carlos Montes, coincidió en que el verdadero problema que debe ser tratado y atacado es la desigualdad: “La desigualdad genera pobreza. Antes se trataban como cosas diferentes, pero el tema de las leyes laborales, del sistema tributario que tenemos, son parte de los factores que hay que enfrentar en la raíz de la pobreza. No puede ser que tengamos un sistema tributario tan favorable a lo que más ganan”, aseguró.
Asimismo, el legislador reiteró que “contar a los pobres” no es una alternativa para hacer frente al problema.
“La política social no puede ser pasar ‘contando los pobres’, pobre es aquella persona que recibe en el día menos de 2400 pesos promedio y es indigente aquel que recibe menos de 1200 pesos. Alguien que recibe 2450 ya dejó de ser pobre. Estas son técnicas que pueden hacer un aporte, pero no nos pueden llevar a transformar el debate en esta contabilidad de los pobres”, agregó.
Todos estos aspectos reafirman ideas como la expuesta por el director de la Escuela de Economía y Administración de la Universidad de Chile, Óscar Landerretche, quien acusó “un abuso enorme en el sistema político de la Encuesta Casen”, ya que se ha convertido “en un botín político”.
El Ministro de Desarrollo Social, Joaquín Lavín, y el Gobierno tuvieron que dar excusas luego de revelar los resultados de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional 2011 (Casen), herramienta de medición de la pobreza cuestionada por sus parámetros y alcances.
Es por ello que el titular del ex Mideplan y otrora candidato presidencial, adelantó la semana pasada cambios a la encuesta de Casen, que apuntan a incorporar categorías como “vulnerabilidad social” y metodologías nuevas para identificar la pobreza y la indigencia.
Por otra parte, en RN el parlamentario José Manuel Edwards planteó contar con dos metodologías: “Mantener la actual para poder comparar cómo está progresando el país y con eso poder evaluar las políticas públicas en general y los indicadores económico, pero además hacer otra metodología que sea capaz de incorporar la nueva realidad de Chile. Chile ya no es un país pobre como lo era en la década de los 80, es un país de ingreso medio y las necesidades han ido cambiando”, sostuvo.
Sin embargo, el oficialismo y el Gobierno insisten en la metodología, criticada por ser un debate de números, relegando al ministerio de Desarrollo Social a una cartera “contadora de pobres”.
En distintos sectores se ha planteado que se debe contar con una visión más amplia del problema, como una dificultad de carácter económica y social, que no se soluciona con bonos, según planteó el director de proyectos de la Corporación de Estudios para Latinoamérica (Cieplan), Patricio Meller.
De hecho, el académico no quiso referirse al tema de la metodología Casen, por no estarse tratando del “tema de fondo”.
De todas maneras, el diputado socialista Carlos Montes, coincidió en que el verdadero problema que debe ser tratado y atacado es la desigualdad: “La desigualdad genera pobreza. Antes se trataban como cosas diferentes, pero el tema de las leyes laborales, del sistema tributario que tenemos, son parte de los factores que hay que enfrentar en la raíz de la pobreza. No puede ser que tengamos un sistema tributario tan favorable a lo que más ganan”, aseguró.
Asimismo, el legislador reiteró que “contar a los pobres” no es una alternativa para hacer frente al problema.
“La política social no puede ser pasar ‘contando los pobres’, pobre es aquella persona que recibe en el día menos de 2400 pesos promedio y es indigente aquel que recibe menos de 1200 pesos. Alguien que recibe 2450 ya dejó de ser pobre. Estas son técnicas que pueden hacer un aporte, pero no nos pueden llevar a transformar el debate en esta contabilidad de los pobres”, agregó.
Todos estos aspectos reafirman ideas como la expuesta por el director de la Escuela de Economía y Administración de la Universidad de Chile, Óscar Landerretche, quien acusó “un abuso enorme en el sistema político de la Encuesta Casen”, ya que se ha convertido “en un botín político”.
