La Asociación Nacional de Funcionarios de la Dirección de Aeronáutica Civil (DGAC) reaccionó ante el informe de la Junta Investigadora de Accidentes de Aviación que responsabilizó a esa entidad de entregar información meteorológica errada a los pilotos del Casa 212 de la FACH que se precipitó al mar en el Archipiélago de Juan Fernández.
En una declaración pública, la organización sindical declara que los funcionarios de la DGAC son servidores públicos responsables y profesionales y se agrega que “La estructura que posee la Dirección General de Aeronáutica Civil y la diversificación del Servicio dentro del territorio nacional son de responsabilidad del Director General y las autoridades gubernamentales del ámbito del transporte, tanto en lo que dice relación con la administración de los recursos como en el planeamiento para mejorar las condiciones de la navegación aérea en Chile”.
El texto también denuncia que anteriormente la asociación “informó a la opinión pública que faltan profesionales, técnicos y administrativos que posean las competencias para cumplir la función operativa de la Institución, señalando que la DGAC se esta poblando de ciudadanos pensionados provenientes de las Fuerzas Armadas que son recontratados, ingresando sin concursos formales y que ocupan puestos que tiene relación con la fiscalización que realiza la Institución a quienes acceden al mundo aeronáutico; por tanto, con esa política se restringe a las áreas que prestan directo apoyo a las operaciones aéreas”.
Respecto del caso específico del Casa 212, se señala que “el Aeródromo de Isla Robinson Crusoe, se trata de una unidad aeroportuaria no controlada; vale decir, carece de personal para entregar la información básica a las aeronaves que aproximan, aterrizan y despegan” y se explica que en la isla hay sólo “dos funcionarios, con especialidad de observadores meteorológicos, para transmitir a un tercero la información que entrega una estación de carácter sinóptica instalada en Bahía Camberland, que dicho sea de paso tiene por misión entregar condiciones meteorológicas relacionadas con el tiempo para fines de información científica, cosa muy distinta si estuviese en un Aeródromo controlado”.
La declaración finaliza expresando que “los funcionarios de carrera de la Dirección General de Aeronáutica Civil no son responsables de las condiciones de operación que tenían todas las aeronaves que presentaban plan de vuelo para operar en la pista de la Isla Robinson Crusoe, siendo obligación de las autoridades gubernamentales que tiene atingencia en el tema, el haber proveído y atendido las necesidades operativas que conlleva el aislamiento que ha tenido desde tiempos pretéritos ese territorio insular”.
La Asociación Nacional de Funcionarios de la Dirección de Aeronáutica Civil (DGAC) reaccionó ante el informe de la Junta Investigadora de Accidentes de Aviación que responsabilizó a esa entidad de entregar información meteorológica errada a los pilotos del Casa 212 de la FACH que se precipitó al mar en el Archipiélago de Juan Fernández.
En una declaración pública, la organización sindical declara que los funcionarios de la DGAC son servidores públicos responsables y profesionales y se agrega que “La estructura que posee la Dirección General de Aeronáutica Civil y la diversificación del Servicio dentro del territorio nacional son de responsabilidad del Director General y las autoridades gubernamentales del ámbito del transporte, tanto en lo que dice relación con la administración de los recursos como en el planeamiento para mejorar las condiciones de la navegación aérea en Chile”.
El texto también denuncia que anteriormente la asociación “informó a la opinión pública que faltan profesionales, técnicos y administrativos que posean las competencias para cumplir la función operativa de la Institución, señalando que la DGAC se esta poblando de ciudadanos pensionados provenientes de las Fuerzas Armadas que son recontratados, ingresando sin concursos formales y que ocupan puestos que tiene relación con la fiscalización que realiza la Institución a quienes acceden al mundo aeronáutico; por tanto, con esa política se restringe a las áreas que prestan directo apoyo a las operaciones aéreas”.
Respecto del caso específico del Casa 212, se señala que “el Aeródromo de Isla Robinson Crusoe, se trata de una unidad aeroportuaria no controlada; vale decir, carece de personal para entregar la información básica a las aeronaves que aproximan, aterrizan y despegan” y se explica que en la isla hay sólo “dos funcionarios, con especialidad de observadores meteorológicos, para transmitir a un tercero la información que entrega una estación de carácter sinóptica instalada en Bahía Camberland, que dicho sea de paso tiene por misión entregar condiciones meteorológicas relacionadas con el tiempo para fines de información científica, cosa muy distinta si estuviese en un Aeródromo controlado”.
La declaración finaliza expresando que “los funcionarios de carrera de la Dirección General de Aeronáutica Civil no son responsables de las condiciones de operación que tenían todas las aeronaves que presentaban plan de vuelo para operar en la pista de la Isla Robinson Crusoe, siendo obligación de las autoridades gubernamentales que tiene atingencia en el tema, el haber proveído y atendido las necesidades operativas que conlleva el aislamiento que ha tenido desde tiempos pretéritos ese territorio insular”.
La Asociación Nacional de Funcionarios de la Dirección de Aeronáutica Civil (DGAC) reaccionó ante el informe de la Junta Investigadora de Accidentes de Aviación que responsabilizó a esa entidad de entregar información meteorológica errada a los pilotos del Casa 212 de la FACH que se precipitó al mar en el Archipiélago de Juan Fernández.
En una declaración pública, la organización sindical declara que los funcionarios de la DGAC son servidores públicos responsables y profesionales y se agrega que “La estructura que posee la Dirección General de Aeronáutica Civil y la diversificación del Servicio dentro del territorio nacional son de responsabilidad del Director General y las autoridades gubernamentales del ámbito del transporte, tanto en lo que dice relación con la administración de los recursos como en el planeamiento para mejorar las condiciones de la navegación aérea en Chile”.
El texto también denuncia que anteriormente la asociación “informó a la opinión pública que faltan profesionales, técnicos y administrativos que posean las competencias para cumplir la función operativa de la Institución, señalando que la DGAC se esta poblando de ciudadanos pensionados provenientes de las Fuerzas Armadas que son recontratados, ingresando sin concursos formales y que ocupan puestos que tiene relación con la fiscalización que realiza la Institución a quienes acceden al mundo aeronáutico; por tanto, con esa política se restringe a las áreas que prestan directo apoyo a las operaciones aéreas”.
Respecto del caso específico del Casa 212, se señala que “el Aeródromo de Isla Robinson Crusoe, se trata de una unidad aeroportuaria no controlada; vale decir, carece de personal para entregar la información básica a las aeronaves que aproximan, aterrizan y despegan” y se explica que en la isla hay sólo “dos funcionarios, con especialidad de observadores meteorológicos, para transmitir a un tercero la información que entrega una estación de carácter sinóptica instalada en Bahía Camberland, que dicho sea de paso tiene por misión entregar condiciones meteorológicas relacionadas con el tiempo para fines de información científica, cosa muy distinta si estuviese en un Aeródromo controlado”.
La declaración finaliza expresando que “los funcionarios de carrera de la Dirección General de Aeronáutica Civil no son responsables de las condiciones de operación que tenían todas las aeronaves que presentaban plan de vuelo para operar en la pista de la Isla Robinson Crusoe, siendo obligación de las autoridades gubernamentales que tiene atingencia en el tema, el haber proveído y atendido las necesidades operativas que conlleva el aislamiento que ha tenido desde tiempos pretéritos ese territorio insular”.
