El periodista Mauricio Weibel, corresponsal de la agencia alemana DPA que divulgó documentos reservados sobre el funcionamiento de los organismos represivos de la dictadura como la DINA y la CNI, afirmó que éstos contaban con amplias atribuciones políticas y funcionaban “casi como un ministerio más”.
En entrevista con el programa Semáforo de Radio Universidad de Chile, el profesional detalló que se trata de “miles de páginas” de documentos secretos o confidenciales que dan cuenta del rol político que cumplían la DINA y la CNI, más allá de sus funciones represivas, durante la dictadura.
“Los ministros, y a veces citan que por orden del Presidente de la República, mantenían una comunicación permanente, semanal, diaria, con la DINA, dirigida por Manuel Contreras, y luego con la CNI, dirigida por Odlanier Mena, Hugo Salas y Humberto Gordon. La DINA y la CNI no estaban en una catacumba, no estaban ocultos, no eran un grupo de sicópatas cometiendo excesos, sino que mantenían una coordinación política. Daban informes, estrategias, planes de trabajo, en conjunto con los ministros”, explicó.
En esa línea, Mauricio Weibel ejemplificó cuando la Comisión Interamericana de DD.HH. visitó Chile en 1974, Manuel Contreras elaboró el llamado Plan de Operaciones Epsilon, en que designa funciones para distintos ministros y les da su número telefónico para que lo llamen ante “cualquier duda”.
“Hay otros documentos en que los ministros le piden a Contreras y a Odlanier Mena que por favor le manden una copia del Plan Cóndor, que era el de coordinación de las dictaduras militares. Y se hacen designaciones de agentes en Argentina, Brasil, Perú, Bolivia, de común acuerdo con Cancillería, que envía agentes de la CNI a esos países como agregados civiles o administrativos para que hagan toda la coordinación política y de inteligencia con los otros cuerpos de inteligencia”, indicó el periodista, quien añadió que los agentes represivos incluso colaboraban más allá de las relaciones diplomáticas, como continuó sucediendo cuando Chile y Bolivia rompieron relaciones en 1978.
Asimismo, hay documentos en que los ministerios piden a la DINA información sobre detenidos o conformar equipos. En este sentido, Mauricio Weibel sostuvo que ésta “era casi un ministerio más”.
“La CNI tenía funciones represivas que eran exterminar, torturar, tener información por las vías que fuera. Estaba a cargo de chequear a todas las personas que se contrataban en el Estado. De hecho, hay un par de fichas de gente común y corriente, pero que habían postulado a un cargo del Estado, administrativo, y tenían que tener una ficha CNI o DINA”, dijo.
Por otra parte, los documentos dan cuenta también de cómo las Fuerzas Armadas delinearon la transición a la democracia luego de la derrota en el plebiscito de 1988. Mauricio Weibel citó un “informe de apreciación sociológica” elaborado por la Armada que muestra el temor de que “todo lo que han construido a sangre y fuego sea desmoronado si es que el movimiento social o los sectores más de izquierda terminan llegando al poder”.
“Tenían un temor bastante certero después de que habían perdido el plebiscito y Aylwin aún no era candidato. Un temor profundo de que la Constitución fuera derogada y que hubiera un juicio masivo por el tema de los DD.HH. Era una de las hipótesis que más manejaban. Creían que iba a suceder eso y por eso, en ese documento, aparece todo el diseño de la transición, en que dicen que debemos ceder algunos puntos de la Constitución, hacer esto y lo otro. Es bastante impactante cómo dejaban por escrito todo el diseño de la transición”, explicó.
El periodista consideró chocante cómo los documentos preparan la transición “sin que los militares abandonen el principio de autoridad”.
“No es una historia sobre los horrores de las torturas, las detenciones… es una historia sobre el horror de cómo se tomaban las decisiones al más alto nivel de la dictadura. Esa es la historia que estamos contando”, agregó.
Finalmente, respecto a la existencia de fichas de futuros ministros de la Concertación, Mauricio Weibel señaló que la coalición “no quiso” revisar y divulgar posteriormente los documentos y dijo estar preparando un libro con los detalles de su investigación.