Los jefes beduinos, a pesar de ser hostiles al gobierno central, prometieron ayuda a las autoridades egipcias en una reunión celebrada la noche del jueves con el ministro de Interior en Al Arish, ciudad situada a unos 50 kilómetros de la frontera con Gaza, territorio palestino controlado por el movimiento islamista Hamas.
Camiones militares que transportaban decenas de vehículos blindados equipados con ametralladoras cruzaron Al Arish en dirección al este, donde activistas islamistas beduinos ocuparon pueblos cercanos a la frontera palestina, según las mismas fuentes.
Israel dio luz verde a Egipto la noche del jueves para el despliegue de helicópteros de combate con el fin de luchar contra presuntos militantes islamistas en el Sinaí, fronteriza con el Estado hebreo, indicó un responsable israelí en Jerusalén.
En su reunión con el ministro Ahmed Gamal Al Din, los jefes beduinos pidieron ver los cuerpos de los 20 presuntos activistas muertos el miércoles a manos del Ejército egipcio durante una operación de gran envergadura.
“Les pedimos que nos presenten los cuerpos, uno o dos cuerpos nada más, para estar convencidos”, declaró Eid Abu Marzuka, uno de los beduinos que participó en la reunión.
Otros beduinos dijeron que tenían dudas sobre estas informaciones confirmadas por un comandante del ejército en el Sinaí.
Los jefes tribales indicaron también que dieron su acuerdo para ayudar al Ejército y a la policía a restaurar la seguridad en esa zona de no derecho y para cerrar los túneles utilizados para el contrabando y para el transporte de armas a la Franja de Gaza.
“Hubo consenso entre las tribus para destruir los túneles. Que esto moleste a Hamas nos trae sin cuidado. Egipto debería comerciar con los palestinos pasando por el puesto fronterizo de Rafah”, declaró Marzuka.
“Nosotros estamos en contra del contrabando y en contra del asedio”, añadió, en alusión al semibloqueo impuesto por Israel al enclave desde 2007.
Tras la reunión, el ministro de Interior aseguró a la prensa que el ejército sirio ganaría a los activistas con ayuda de las tribus beduinas, que sin embargo reprochan al Gobierno que las tenga marginadas.
“Con la ayuda de las poblaciones (del Sinaí), la misión se cumplirá”, declaró a los periodistas.
Otro alto responsable egipcio de la seguridad basado en el Sinaí reconoció que están confrontados a un enemigo difícil de encontrar y que cuenta con la ventaja del terreno, sus temibles montañas y el desierto.
“Lo conseguiremos poco a poco”, declaró bajo anonimato por no estar autorizado a hablar a la prensa. “La geografía, el desierto y las montañas harán muy difícil la operación”, recalcó.
El ataque de un puesto fronterizo el pasado domingo por presuntos activistas islamistas, que costó la vida a 16 guardias fronterizos, conmocionó al Gobierno y condujo al presidente egipcio, Mohamed Morsi, a destituir al jefe del servicio de información y a dos generales.
Según el ejército, los activistas recibieron apoyo de fuego de morteros disparados desde Gaza durante su ataque.
La operación terrestre y aérea en el Sinaí fue calificada el miércoles de “éxito total” por el Ejército egipcio.
No obstante, se registraron tiros el jueves en Al Arish, coincidieron diversas fuentes. Según Nile TV, estos disparos se produjeron delante de un puesto de policía, pero las circunstancias del incidente seguían siendo confusas.
Por otra parte, según informó el viernes esta televisión de Estado, Egipto decidió abrir en un solo sentido el terminal de Rafah, cerrado tras el ataque en el Sinaí, para permitir que los palestinos que se hallan en su territorio puedan retornar a la Franja de Gaza.