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Colombia inicia histórico proceso de diálogo con las FARC

El Presidente colombiano, Juan Manuel Santos, confirmó la firma de un acuerdo con las FARC, en vías de establecer un proceso de diálogo que termine con casi medio siglo de conflicto interno. En tanto, el actual líder de la guerilla, Rodrigo Londoño Echeverri, ratificó las palabras del mandatario, indicando que “la salida no es la guerra sino el diálogo civilizado”, asegurando que “otra Colombia es posible y entre todos podemos modelarla".

Daniela Ruiz

  Martes 4 de septiembre 2012 23:16 hrs. 
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Después de asegurar hace una semana que su gobierno mantenía conversaciones con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Presidente Juan Manuel Santos, confirmó este martes a través de cadena nacional, la firma de una hoja de ruta “para llegar a un acuerdo que termine de una vez por todas esta violencia entre hijos de una misma nación”, según dijo el mandatario.

El jefe de Estado explicó que las “conversaciones exploratorias” se iniciaron hace seis meses, de manera directa y discreta, en Cuba y Noruega donde se acordó “una visión compartida del fin del conflicto”, en el cual se estableció el propósito, la agenda y las reglas del proceso que “debe ser serio, digno, realista y eficaz”.

En este sentido, Santos enfatizó que se trata de un proceso diferente al que han emprendido otros gobiernos colombianos, “porque no tiene despejes y no tiene cese el fuego, las conversación se llevarán a cabo fuera de Colombia, para trabajar con seriedad”.

Según el Presidente colombiano, la segunda fase, que se enmarca en mesas de trabajo, se basa en cinco puntos concretos en los que se debe llegar a acuerdo con la guerrilla: desarrollo rural; garantías para el ejercicio de la oposición política y participación ciudadana; el fin del conflicto armado, que “incluye la dejación de las armas y la reintegración de las FARC a la vida civil”; el narcotráfico y los derechos de las víctimas, “que implica un esclarecimiento de la verdad”.

Esta etapa comenzaría la primera quincena de octubre en la ciudad de Oslo, donde participarán como países acompañantes Cuba, Noruega, Venezuela y Chile, que ya confirmó al jefe de gabinete de Cancillería, Milenko Skolnik, como embajador especial del proceso.

Por su parte, luego del discurso de Juan Manuel Santos, los voceros de la FARC reafirmaron la voluntad del Ejecutivo colombiano, asegurando que en este proceso de paz y reconciliación “otra Colombia es posible y entre todos podemos modelarla”.

Por medio de la difusión de un video, el actual líder de la guerrilla, Rodrigo Londoño Echeverri -alias “Timochenko”-, aseveró que “la tregua únicamente contribuye a este nuevo intento de reconciliación para recoger nuestras aspiraciones políticas y sociales”, apuntando que para terminar el conflicto que ya alcanza el medio siglo “la salida no es la guerra sino el diálogo civilizado”.

“La ampliación de la democracia es fundamental para la salida de la paz (…) “la llave de la paz no reposa en el bolsillo del Presidente de la República ni en la del Comandante de las Fuerzas Armadas, sino en los ciudadanos del país”, agregó Londoño, por lo que hizo un llamado a los colombianos a participar de este proceso, sobre todo, considerando que son los ciudadanos los que “han puesto la mayor cuota de víctimas en el conflicto”.

Según el analista internacional, Pablo Jofré, este diálogo surge dentro de un contexto “que hace posible que un acuerdo que se estaba manejando de manera bastante secreta salga a la luz”, pues se ha advertido de “las dificultades que enfrenta Colombia, desde el punto de vista político y económico, con la constatación de que ya no hay posibilidades de seguir en este conflicto sin que eso signifique mayores penurias para el pueblo colombiano”.

Jofré destacó que “no solo es positivo para un gobierno de derecha como el de Santos, sino que también para las FARC, que han sufrido muchos golpes a lo largo de estos años”.

Efectivamente, entre 2008 y 2011 la guerrilla ha debido enfrentar la muerte de sus máximos líderes (Manuel Marulanda “Tirofijo” y Luis Edgar Devia “Raúl Reyes” en 2008, Jorge Briceño “Mono Jojoy” en 2010 y Guillermo León Sáez “Alfonso Cano” en 2011); la significativa disminución de sus guerrilleros  -que pasó de entre 12 mil y 17 mil en 2008 a entre 8500 y 9 mil que se calculan en la actualidad-, además de la reducción de sus zonas de actividad militar dentro de Colombia.

En este contexto, también cabe preguntarse si en este proceso se podría emular uno de los casos más emblemáticos del paso de una guerrilla a un referente político de oposición, como sucedió en El Salvador con el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, que luego de un proceso de paz que finalizó en 1992, se constituyó en un partido político que venció en las elecciones de 2009 y hoy se encuentra en el poder bajo la presidencia de Mauricio Funes.

De acuerdo a Pablo Jofré, para estos fines, es crucial el punto de la agenda informada por Santos que hace hincapié en las garantías para el ejercicio de la oposición política, ya que “ahí hay un propósito claro y explícito respecto a la necesidad de que estos movimientos que, en un momento están armados, logren una participación política más cívica”, aunque advirtió que, a su juicio, “las FARC nunca dejaron de ser un movimiento político militar”.

En tanto, mientras varios gobiernos de la región y el mundo han celebrado el proceso colombiano, incluyendo al Presidente de Estados Unidos, Barack Obama,  también se han manifestado voces para que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia se una al diálogo, tal como lo expresó el ex líder de la organización, Francisco Galán, quien instó a sus compañeros a que “tomen la decisión de dejar la guerra, si aún no la han dejado con este proceso se puede dar, es la última oportunidad”, dijo.

Conozca el Acuerdo General para la terminación del conflicto en Colombia

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