Hasta la sede administrativa de la Universidad de Chile, llegó el “Comité de Allegados Futura Esperanza” de la Villa La Reina, quienes se tomaron la entrada del edificio para exigir un diálogo con las autoridades de la casa de estudios, respecto de la posible venta de los terrenos ubicados en la población.
Los dirigentes explicaron que los terrenos fueron donados a la universidad por sus abuelos, en la década del 60; a cambio de que se construyera un establecimiento educacional en el sector.
No obstante, los proyectos fueron modificados y el terreno quedó sin uso. Así lo ratificó Gustavo Yáñez, presidente del Comité de Allegados Futura Esperanza, quien recalcó que “no están pidiendo que se les regale nada, sino que les dé prioridad al momento de la venta”.
“Nosotros nos entusiasmamos con este terreno porque la universidad misma había publicado que los iba a vender. Quisimos hacer un proyecto de vivienda integrado donde participen los trabajadores de la Universidad de Chile y los estudiantes junto con los pobladores. Lo que pretendemos es que el plantel negocie la venta con nosotros antes de ofrecerla a los demás. Hoy salimos con el compromiso de establecer una mesa tripartita con el Serviu, la Universidad y los allegados”, comentó Yáñez.
De la misma manera, Fernando Encinas, dirigente del sector ocho del comité, agregó que “la mejor señal que puede y debe dar la Universidad de Chile en un contexto social descontento, es la de tener consideración y trabajar en junto a los pobladores”.
“La mesa ya está conquistada, y eso es lo que nos permite deponer la movilización, tenemos confianza que en Villa La Reina se construirán las viviendas sociales que los pobladores necesitamos”, recalcó Encinas.
“Nosotros estamos conscientes de que la universidad tiene establecido a través de distintos acuerdos de que eso se va a vender. A lo que nosotros nos oponemos es a que ese terreno sea licitado en el mercado porque no somos competencia para las grandes empresas que podrían interesarse por él. Pese a ello, tenemos la claridad de que ese terreno va a servir para construir viviendas sociales en la población Villa La Reina, donde hay un problema de hacinamiento gigantesco. La Universidad de Chile, si es que apuesta a constituirse en una institución pública al servicio del pueblo, va a tener que hacerse parte de un proceso mediante el cual, sin perder los recursos que pretende obtener por la venta del terreno, pueda facilitar el acceso de los pobladores a ese espacio”, sentenció el dirigente.
Respecto de la postura oficial, la pro-rectora de la casa de estudios Rosa Debés, consideró que es “un buen momento” para iniciar las conversaciones con la comunidad, aclarando que “la Universidad de Chile tiene toda la disposición para lograr acuerdos y trabajar en conjunto con Futura Esperanza”.
“Acordamos reunirnos con el Rector y con el vicerrector económico y también estuvimos conversando para ver cómo en conjunto podemos resolver este tema que es importante para todos. La Universidad de Chile valora de manera importante el trabajo y el vínculo con la comunidad y, en ese sentido, estamos esperanzados en que vamos a poder encontrar un camino que sea justo para la universidad y también para la comunidad. Lo que es importante en este momento es que las conversaciones están abiertas en una muy buena disposición de todas las partes”, dijo la autoridad universitaria.
Luego de la demanda exigida por los pobladores, estudiantes y funcionarios de la universidad, organizados en el “Comité de Allegados Futura Esperanza”, se establecerán las mesas de diálogo. Finalmente se llegó a consenso, el que si bien tomará tiempo para concretarlo, según los dirigentes fue calificado como el pago de la lucha social organizada”.
Hasta la sede administrativa de la Universidad de Chile, llegó el “Comité de Allegados Futura Esperanza” de la Villa La Reina, quienes se tomaron la entrada del edificio para exigir un diálogo con las autoridades de la casa de estudios, respecto de la posible venta de los terrenos ubicados en la población.
Los dirigentes explicaron que los terrenos fueron donados a la universidad por sus abuelos, en la década del 60; a cambio de que se construyera un establecimiento educacional en el sector.
No obstante, los proyectos fueron modificados y el terreno quedó sin uso. Así lo ratificó Gustavo Yáñez, presidente del Comité de Allegados Futura Esperanza, quien recalcó que “no están pidiendo que se les regale nada, sino que les dé prioridad al momento de la venta”.
“Nosotros nos entusiasmamos con este terreno porque la universidad misma había publicado que los iba a vender. Quisimos hacer un proyecto de vivienda integrado donde participen los trabajadores de la Universidad de Chile y los estudiantes junto con los pobladores. Lo que pretendemos es que el plantel negocie la venta con nosotros antes de ofrecerla a los demás. Hoy salimos con el compromiso de establecer una mesa tripartita con el Serviu, la Universidad y los allegados”, comentó Yáñez.
De la misma manera, Fernando Encinas, dirigente del sector ocho del comité, agregó que “la mejor señal que puede y debe dar la Universidad de Chile en un contexto social descontento, es la de tener consideración y trabajar en junto a los pobladores”.
“La mesa ya está conquistada, y eso es lo que nos permite deponer la movilización, tenemos confianza que en Villa La Reina se construirán las viviendas sociales que los pobladores necesitamos”, recalcó Encinas.
“Nosotros estamos conscientes de que la universidad tiene establecido a través de distintos acuerdos de que eso se va a vender. A lo que nosotros nos oponemos es a que ese terreno sea licitado en el mercado porque no somos competencia para las grandes empresas que podrían interesarse por él. Pese a ello, tenemos la claridad de que ese terreno va a servir para construir viviendas sociales en la población Villa La Reina, donde hay un problema de hacinamiento gigantesco. La Universidad de Chile, si es que apuesta a constituirse en una institución pública al servicio del pueblo, va a tener que hacerse parte de un proceso mediante el cual, sin perder los recursos que pretende obtener por la venta del terreno, pueda facilitar el acceso de los pobladores a ese espacio”, sentenció el dirigente.
Respecto de la postura oficial, la pro-rectora de la casa de estudios Rosa Debés, consideró que es “un buen momento” para iniciar las conversaciones con la comunidad, aclarando que “la Universidad de Chile tiene toda la disposición para lograr acuerdos y trabajar en conjunto con Futura Esperanza”.
“Acordamos reunirnos con el Rector y con el vicerrector económico y también estuvimos conversando para ver cómo en conjunto podemos resolver este tema que es importante para todos. La Universidad de Chile valora de manera importante el trabajo y el vínculo con la comunidad y, en ese sentido, estamos esperanzados en que vamos a poder encontrar un camino que sea justo para la universidad y también para la comunidad. Lo que es importante en este momento es que las conversaciones están abiertas en una muy buena disposición de todas las partes”, dijo la autoridad universitaria.
Luego de la demanda exigida por los pobladores, estudiantes y funcionarios de la universidad, organizados en el “Comité de Allegados Futura Esperanza”, se establecerán las mesas de diálogo. Finalmente se llegó a consenso, el que si bien tomará tiempo para concretarlo, según los dirigentes fue calificado como el pago de la lucha social organizada”.
Hasta la sede administrativa de la Universidad de Chile, llegó el “Comité de Allegados Futura Esperanza” de la Villa La Reina, quienes se tomaron la entrada del edificio para exigir un diálogo con las autoridades de la casa de estudios, respecto de la posible venta de los terrenos ubicados en la población.
Los dirigentes explicaron que los terrenos fueron donados a la universidad por sus abuelos, en la década del 60; a cambio de que se construyera un establecimiento educacional en el sector.
No obstante, los proyectos fueron modificados y el terreno quedó sin uso. Así lo ratificó Gustavo Yáñez, presidente del Comité de Allegados Futura Esperanza, quien recalcó que “no están pidiendo que se les regale nada, sino que les dé prioridad al momento de la venta”.
“Nosotros nos entusiasmamos con este terreno porque la universidad misma había publicado que los iba a vender. Quisimos hacer un proyecto de vivienda integrado donde participen los trabajadores de la Universidad de Chile y los estudiantes junto con los pobladores. Lo que pretendemos es que el plantel negocie la venta con nosotros antes de ofrecerla a los demás. Hoy salimos con el compromiso de establecer una mesa tripartita con el Serviu, la Universidad y los allegados”, comentó Yáñez.
De la misma manera, Fernando Encinas, dirigente del sector ocho del comité, agregó que “la mejor señal que puede y debe dar la Universidad de Chile en un contexto social descontento, es la de tener consideración y trabajar en junto a los pobladores”.
“La mesa ya está conquistada, y eso es lo que nos permite deponer la movilización, tenemos confianza que en Villa La Reina se construirán las viviendas sociales que los pobladores necesitamos”, recalcó Encinas.
“Nosotros estamos conscientes de que la universidad tiene establecido a través de distintos acuerdos de que eso se va a vender. A lo que nosotros nos oponemos es a que ese terreno sea licitado en el mercado porque no somos competencia para las grandes empresas que podrían interesarse por él. Pese a ello, tenemos la claridad de que ese terreno va a servir para construir viviendas sociales en la población Villa La Reina, donde hay un problema de hacinamiento gigantesco. La Universidad de Chile, si es que apuesta a constituirse en una institución pública al servicio del pueblo, va a tener que hacerse parte de un proceso mediante el cual, sin perder los recursos que pretende obtener por la venta del terreno, pueda facilitar el acceso de los pobladores a ese espacio”, sentenció el dirigente.
Respecto de la postura oficial, la pro-rectora de la casa de estudios Rosa Debés, consideró que es “un buen momento” para iniciar las conversaciones con la comunidad, aclarando que “la Universidad de Chile tiene toda la disposición para lograr acuerdos y trabajar en conjunto con Futura Esperanza”.
“Acordamos reunirnos con el Rector y con el vicerrector económico y también estuvimos conversando para ver cómo en conjunto podemos resolver este tema que es importante para todos. La Universidad de Chile valora de manera importante el trabajo y el vínculo con la comunidad y, en ese sentido, estamos esperanzados en que vamos a poder encontrar un camino que sea justo para la universidad y también para la comunidad. Lo que es importante en este momento es que las conversaciones están abiertas en una muy buena disposición de todas las partes”, dijo la autoridad universitaria.
Luego de la demanda exigida por los pobladores, estudiantes y funcionarios de la universidad, organizados en el “Comité de Allegados Futura Esperanza”, se establecerán las mesas de diálogo. Finalmente se llegó a consenso, el que si bien tomará tiempo para concretarlo, según los dirigentes fue calificado como el pago de la lucha social organizada”.
