Voyager 1 se aproxima a los límites del sistema solar
Treinta y cinco años después de su lanzamiento, la sonda estadounidense recorrió más de 18.000 millones de kilómetros y se apresta a franquear la frontera del sistema solar, más allá de la comprensión científica del universo. Voyager 1, que ha superado todos los objetivos de su misión inicial, podría seguir transmitiendo información hasta el año 2025.
Sábado 8 de septiembre 2012 16:08 hrs.
Cuando la sonda estadounidense Voyager 1 fue lanzada el 5 de septiembre de 1977, su objetivo era estudiar los planetas que se encuentran en los confines del Sistema Solar: Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Treinta y cinco años después, el artefacto de 772 kilos se apresta a abandonar el sistema solar, a más de 18.000 millones de kilómetros de la Tierra.
De acuerdo con la revista británica Nature, la sonda explora una “región de transición” en la frontera con el espacio interestelar, “la heliopausa”, en la que el viento solar se encuentra con el espacio interestelar, y cuya localización se ignora. Se sabe que Voyager 1 debe salir en algún momento de la zona de influencia del Sol (helioesfera), para entrar en el gas interestelar o galáctico, a partir del cual se forman las estrellas.
Contra todos los pronósticos, los flujos de viento solar medidos en esta región de transición fueron prácticamente inexistentes.
Para franquear el sistema solar, y ser el primer producto humano en ingresar en esta región desconocida, podrían pasar “días, meses o años”, según el equipo de Robert Decker (Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, Maryland).
Se espera que Voyager 1, así como Voyager 2 (lanzada con un mes de intervalo y en otra trayectoria) continúen transmitiendo informaciones sobre los confines del universo hasta 2025. A bordo, Voyager 1 lleva consigo música, audios explicativos y fotos de la Tierra y del ser humano en caso de toparse con una forma de vida inteligente.
Cuando la sonda estadounidense Voyager 1 fue lanzada el 5 de septiembre de 1977, su objetivo era estudiar los planetas que se encuentran en los confines del Sistema Solar: Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Treinta y cinco años después, el artefacto de 772 kilos se apresta a abandonar el sistema solar, a más de 18.000 millones de kilómetros de la Tierra.
De acuerdo con la revista británica Nature, la sonda explora una “región de transición” en la frontera con el espacio interestelar, “la heliopausa”, en la que el viento solar se encuentra con el espacio interestelar, y cuya localización se ignora. Se sabe que Voyager 1 debe salir en algún momento de la zona de influencia del Sol (helioesfera), para entrar en el gas interestelar o galáctico, a partir del cual se forman las estrellas.
Contra todos los pronósticos, los flujos de viento solar medidos en esta región de transición fueron prácticamente inexistentes.
Para franquear el sistema solar, y ser el primer producto humano en ingresar en esta región desconocida, podrían pasar “días, meses o años”, según el equipo de Robert Decker (Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, Maryland).
Se espera que Voyager 1, así como Voyager 2 (lanzada con un mes de intervalo y en otra trayectoria) continúen transmitiendo informaciones sobre los confines del universo hasta 2025. A bordo, Voyager 1 lleva consigo música, audios explicativos y fotos de la Tierra y del ser humano en caso de toparse con una forma de vida inteligente.
Cuando la sonda estadounidense Voyager 1 fue lanzada el 5 de septiembre de 1977, su objetivo era estudiar los planetas que se encuentran en los confines del Sistema Solar: Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Treinta y cinco años después, el artefacto de 772 kilos se apresta a abandonar el sistema solar, a más de 18.000 millones de kilómetros de la Tierra.
De acuerdo con la revista británica Nature, la sonda explora una “región de transición” en la frontera con el espacio interestelar, “la heliopausa”, en la que el viento solar se encuentra con el espacio interestelar, y cuya localización se ignora. Se sabe que Voyager 1 debe salir en algún momento de la zona de influencia del Sol (helioesfera), para entrar en el gas interestelar o galáctico, a partir del cual se forman las estrellas.
Contra todos los pronósticos, los flujos de viento solar medidos en esta región de transición fueron prácticamente inexistentes.
Para franquear el sistema solar, y ser el primer producto humano en ingresar en esta región desconocida, podrían pasar “días, meses o años”, según el equipo de Robert Decker (Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, Maryland).
Se espera que Voyager 1, así como Voyager 2 (lanzada con un mes de intervalo y en otra trayectoria) continúen transmitiendo informaciones sobre los confines del universo hasta 2025. A bordo, Voyager 1 lleva consigo música, audios explicativos y fotos de la Tierra y del ser humano en caso de toparse con una forma de vida inteligente.
