Este es el debut en un rol protagónico de la campeona de Muay Thai –una forma de kigboxing- Gina Carano, la primera norteamericana en ganar un campeonato de esta disciplina en Tailandia. En “Agentes Secretos” ambas cosas se notan.  A pesar de la siempre virtuosa cámara de Steven Soderbergh el talento actoral de Carano no se manifiesta con mucha gracia, y no es que importe mucho en todo caso, acá lo que vale es su presencia física, su habilidad corporal y su manera impresionante de lanzar patadas y combos por doquier.

La historia no es muy original. Un agente secreto que se transforma en un problema para quienes lo han empleado, por lo que urden un rebuscado plan para deshacerse de él. Al darse cuenta de esto el agente deberá salvarse, ajusticiar a sus enemigos y reivindicar su nombre. Lo original es que acá ese agente es una chica. Una chica bastante guapa, pero no por eso menos dura. De hecho una de las cosas que puede hacer más interesante este personaje es que esta agente no utiliza entre sus recursos la seducción que ha caracterizado a las sexys y fatales mujeres del cine de acción, ella no es Nikita, ni le interesa serlo. Lo suyo es pelear con los hombres con los mismos recursos que ellos: balazos, puños y tecnología.

Steven Soderbergh es un cineasta experimentado y reconocido por su gran capacidad de moverse entre el cine comercial de Hollywood y el independiente. Y en general en ambos con muy buenos resultados, siempre dándole una nueva mirada al cine de género. Desde el remake de “Ocean’s eleven” y sus dos secuelas hasta la eficiente “Traffic”, y sus películas iniciales y aquellas más independientes, Soderbergh en general cumple y entretiene. Acá se nota le interés por la experimentación, por revisitar la lógica del cine de acción y no sólo instalando a una mujer en un rol histórica y eminentemente masculino, sino filmando un película de acción sin efectos especiales, sin escenas de cama, y en donde las persecuciones y las peleas son a pie, en secuencias largas y sin música. Y a pesar de que meritos no le faltan el resultado es irregular.

No basta la larga lista de secundarios renombrados y de gran nivel actoral – Ewan McGregor, Michael Douglas, Antonio Banderas, Bill Paxton, Michael Fassbinder, Mathieu Kassovitz-, ni la estupenda –a la vez retro y super actual- banda sonora de David Holmes, ni los ya referidos recursos de Gina Carano, a la historia le cuesta desenvolverse y mantener el interés. Puede ser que resulte interesante por lo subversivo de la propuesta en términos de género tanto cinematográfico como femenino. Si eso es o no un avance respeto a los imaginarios sobre las mujeres construidos en el cine, depende de desde donde se mire.