Santiago ha cambiado desde su fundación en 1541, del mismo modo en que lo han hecho sus más de seis millones de habitantes. Las personas han contribuido en determinados espacios urbanos, pero, en una especie de retroalimentación, ciertos lugares también han aportado en la vida cotidiana de los capitalinos. Son justamente ellos quienes hoy intentan darle un mayor sentido a los territorios que consideran importantes y que creen debieran ser perpetuados, no tan solo por el cariño que le tienen a dichos sectores en sí, sino que además porque comprenden la importancia cultural que éstos otorgan a la vida en la ciudad.

Es por esto que, actualmente, el Consejo Nacional de Monumentos (CNM) está evaluando diez espacios urbanos de la

Barrio Esmeralda

Región Metropolitana para convertirlos en zonas típicas. Algunas de las propuestas son el Barrio Bellavista, el Barrio Esmeralda, el Pueblo de Maipo, el Parque Balmaceda, y el Barrio Matta Sur y Barrio Huemul. Pero ¿Qué significa que se le otorgue esta denominación a un lugar? Implica que la ley 17.288 resguarde el carácter propio de cada sitio. Esto también acoge el hecho de que “el Consejo podrá solicitar que se declare de interés público la protección y conservación del aspecto típico y pintoresco de dichas locaciones”, según menciona el organismo gubernamental.

En cuanto a las nominaciones, la misma secretaría ejecutiva del CNM ha postulado al Parque Balmaceda, ubicado en Providencia, entre la Plaza Baquedano y las Torres de Tajamar. El Consejo menciona que el Parque Balmaceda “posee valores específicos. Fue diseñado por el urbanista austriaco, Oscar Praguer, constituyendo parte del patrimonio moderno de la ciudad”. Por otro lado, también consideran importante su emplazamiento al lado del río Mapocho, además de las fuentes de agua y los monumentos que posee, ya que estos representan los valores patrimoniales del lugar.

Otro de los espacios que intenta convertirse en zona típica es el Barrio Esmeralda, ubicado entre las calles Miraflores y San Antonio, en pleno Santiago Centro. Este sitio se caracteriza por la moda y la arquitectura histórica del lugar, particularidades que se presentan en la mayoría de los locales del sector, y donde también es posible toparse con cafeterías que realzan su identidad. Identidad que se ha intentado resaltar luego del terremoto de febrero de 2010, gracias a la idea que tuvieron Paulina Duarte y Alejandra Rosas: compraron un edificio de 1927 que se encontraba en malas condiciones, lo restauraron y lo convirtieron en lo que hoy es un espacio con una  personalidad sumamente marcada por el diseño independiente.

Rosas, quien ahora es la presidenta de la Junta de Vecinos del sector, explica que la importancia de que el Barrio Esmeralda sea convertido en zona típica, radica en que, en el futuro, se resguarde lo que los vecinos han elegido para el lugar, además de proteger su historia en sí. “Se caracteriza por ser un espacio muy antiguo que se formó de una forma muy natural. Siempre ha sido un puente de transición entre la Chimba y el Santiago antiguo, entre lo típico y lo popular. Queremos destacar que más que un barrio con estilo europeo, es la conformación del barrio a nivel histórico”, señala Alejandra, y agrega que “tiene historia muy propia, rasgos más bien coloniales de un Santiago que ha pasado por muchas etapas, desde la colonia hasta el día de hoy”.

En cuanto a la posibilidad de convertir este espacio en zona típica, Alejandra Rosas señala que “nos importa que el día de mañana se ponga una torre de 50 pisos y nosotros no podamos detenerlo. Queremos que el patrimonio se conserve, al igual que su identidad”.

Postura que comparte Gustavo “Lulo” Arias, integrante del grupo hiphopero “Legua York” y presidente del Consejo de Agrupaciones e Instituciones Sociales y Culturales de La Legua, población que también postulará a la categoría otorgada por el Consejo Nacional de Monumentos. “El objetivo central es estar alerta ante una posible construcción en altura, porque es un territorio que está muy cerca de grandes avenidas. La idea es impedir que lo que edificaron nuestros abuelos, hoy sea destruido. También queremos rescatar lo que hicieron ellos y resguardar la historia”, indica Arias.

La Legua Nueva

Las calles que quieren resguardar sus vecinos, son aquellas que conforman La Legua Nueva, espacio que comprende Santa Rosa, Francis Drake y Las Industrias, originada en 1947 y ubicada en la comuna de San Joaquín. Gustavo Arias ha vivido ahí desde pequeño (y también en el Barrio Franklin), e incluso es nieto de uno de los fundadores del lugar, por lo que su cercanía con el tema no apunta netamente a proteger un espacio, sino también a respaldar un fragmento de la historia propia y familiar, además de la de sus cercanos y amigos. “Nosotros queremos resguardar lo territorial, cómo fue la construcción debido a las circunstancias históricas del país, y el esfuerzo no solo físico, sino que también social y popular. Esos se hacen merecedores de cuidar. La historia que se vivió ahí, fue solamente en ese lugar. Acá se hizo el primer enfrentamiento popular en el 47’ y desde ahí se fue llevando el imaginario hacia otras poblaciones”, menciona el músico de hip hop.

El documento de postulación de La Legua se encuentra en su fase final antes de ser enviado al Consejo de Monumentos, mientras que los otros diez lugares ya están en manos del organismo. Y si bien estos barrios se distinguen entre sí, ya sea por su estética o ubicación, tienen en común el amor que los vecinos y residentes han depositado en su esencia, pero mayormente en su historia e identidad.