En 2008 la candad de mujeres que aspiraban a ser alcaldesas o concejalas llegaba al 17, 2 por ciento del total, muy similar al proceso electoral anterior. Esta vez, la proporción es incluso más baja y no alcanza ni al 15 por ciento.
A juicio de las organizaciones que promueven la igualdad de derechos entre ambos géneros, las causas son múltiples, pero finalmente son las mismas que las de todas las discriminaciones sociales de nuestro país.
Esta asimetría se da en todo el arco político, por lo que buscar la causa en la mirada ideológica de las colectividades no sería correcto, según señalan.
Carolina Carrera, presidenta de la Corporación Humanas, indicó a Radio Universidad de Chile que las cúpulas políticas en general no han comprendido con suficiente claridad que la ciudadanía pide más mujeres en política, como lo demuestra que en comunas donde las disputas son muy estrechas, sean mujeres quienes representan a partidos opositores.
Corporación Humanas no es partidaria del voto voluntario, por cuanto diversos estudios han demostrado que éste tiene un sesgo socioeconómico y reproduce en las urnas las brechas sociales.
Para Carolina Carrera , los roles que juegan las mujeres, tanto en sus trabajos -que habitualmente son más precarios que los de los hombres- como en sus familias, donde generalmente asumen el papel de jefas de hogar, obligan a que nuestra legislación facilite su participación por medio de acciones afirmativas.
“En esta elección hemos bajado el número de candidatas a alcadesa y concejala con respecto a 2008, en que ya teníamos una proporción muy similar a la elección anterior. Esto responde no solo a que los partidos políticos no están poniendo mujeres, sino también a que Chile no cuenta con un mecanismo de acción afirmativa, es decir, una ley de representación equilibrada o una ley de cuotas, al menos”, dijo.
A propósito del debate de la Ley de Primarias en la comisión de Constitución, Legislación y Justicia del Senado, se discutió incorporar una ley de cuotas por género, iniciativa que finalmente fue rechazada.
Para Teresa Valdés, del Observatorio de Género y Equidad, fue positivo que se diera esta discusión por primera vez en dicha instancia legislativa y que se escuchara a voces como las de su institución. No obstante, agregó que el foco no estaba bien puesto, porque siguen siendo los partidos quienes determinan sus representantes en dichas elecciones.
Teresa Valdés aseguró que al igual que el resto de los graves problemas de nuestra democracia, el enfoque debe ponerse en la necesidad de una nueva Constitución y un sistema electoral distinto: “Para las mujeres, en general, las primarias no son muy buenas, porque significan dos campañas y las mujeres tenemos muchos menos recursos para enfrentarlas. Era muy importante para nosotros marcar que es un tema que tiene que estar, pero el tema es la reforma que todos esperamos, que es de la Constitución, del sistema político y electoral, de la ley de partidos y de la ley de elecciones, que signifique asumir que la igualdad es un valor para la democracia”, dijo.
Para las organizaciones de mujeres que levantaron la campaña “Más mujeres al poder”, el desafío de la democratización social, de alcanzar la calidad de la democracia y profundizarla requiere de una ciudadanía activa que haga de su derecho a voto un efectivo instrumento para impulsar los cambios que el país requiere en representatividad, igualdad, equidad y diversidad en este nuevo ciclo político.