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Argo: Cuando la ficción supera a la realidad…y viceversa

Antonella Estévez

  Viernes 2 de noviembre 2012 20:34 hrs. 
ARGO

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Ben Affleck dirige acá su segundo largometraje un thriller político, basado en la historia real de la crisis de rehenes en 1979 en Irán. El resultado es una película muy entretenida que maneja con destreza los recursos del thriller y que desliza más de una crítica a la política exterior norteamericana.

En 1979 luego de la revolución Iraní, Estados Unidos acoge al derrocado Sha quien durante su gobierno –que contó con la venia de Estados Unidos- asesina y tortura a miles de iranís. Bajo el nuevo régimen los iranís quieren de regreso a su anterior gobernante para juzgarlo por sus crímenes y ante la negativa de EEUU un grupo de manifestantes ingresa violentamente a la embajada de Estados Unidos en Teherán tomando cautivos a todos los trabajadores del lugar. Seis de ellos escapan por una puerta lateral y reciben refugio en la casa del Embajador de Canadá, allí pasan varios meses en la espera de poder salir del país, las posibilidades son mínimas ya que cualquier estadounidense que se encuentre en las calles o intentando cruzar las fronteras será acusado de espionaje. La única posibilidad que tienen es de la mano de un agente de la CIA que proponer hacerlos pasar por el equipo de producción de una película canadiense en busca de locaciones en el turbulento Teherán.

El actor Ben Affleck decide tomar esta historia real, desclasificada en los años ‘90 bajo el gobierno de Bill Clinton, y transformarla en su tercera película como director. El resultado es una cinta cautivante que maneja con destreza los recursos del thriller manteniendo la tensión en el filme y la atención entre los espectadores, especialmente en los últimos minutos de la película en que el ambiente en la sala se llena de la atmosfera palpitante de la película.

A estas alturas de la historia es difícil para un espectador relativamente informado ser seducido por una cinta en que se glorifica la política exterior estadounidense y probablemente uno de los meritos que tiene “Argo” es que desde la introducción del filme –que se hace eficientemente mediante un relato en off e imágenes de storyboard- la cinta revela la responsabilidad de Estados Unidos en el sanguinario régimen anterior en Irán y la crisis de rehenes como una respuesta del pueblo iraní a la decisión estadounidense de proteger al Sha. Si bien durante el desarrollo de la película si se exalta el rol de la CIA, y particularmente el de Tony Mendez –el agente encargado del rescate- las decisiones de la Casa Blanca son continuamente cuestionadas por el discurso de la película. No deja de ser llamativo que en los últimos años sean actores como Robert Redford, George Clooney (quien además es productor de “Argo”) y ahora Ben Affleck los que se ponen detrás de películas que, desde el cine comercial, disparan contra la Casa Blanca y sus decisiones políticas internas y externas.

Como película “Argo” funciona. Logra instalar rápidamente una situación política compleja y sumergir al espectador en el difícil ambiente de esos meses en Teherán.

Tomando como referencias fotografías de la época, reconstruye la violencia contra los estadounidenses instalada durante esos momentos en Irán y la dinámica con que desde Estados Unidos se elabora el plan de rescate de este grupo de ciudadanos. Con una cámara en constante movimiento, pero que no distrae, logra hacer el seguimiento de los personajes y mediante un montaje paralelo va creando la tensión propia del thriller manteniendo al espectador en la punta de su asiento. “Argo” es una película muy entretenida de ver y que nos permite reflexionar sobre como la realidad supera a la ficción…eso, hasta que la ficción toma la realidad y la hace suya.

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