Satisfecho con  la cantidad de estudiantes que votó en estas elecciones, el recién electo presidente de la FECH, Andrés Fielbaum, no demora en aclarar que la participación es mucho más que el proceso eleccionario. “Para transformar Chile no basta con el grupo de los más convencidos. El desafío es demostrarle a nuestros compañeros por qué sigue siendo importante la movilización, si bien las formas siempre deben ser funcionales a los objetivos y ese es un aprendizaje que nos dejó el año 2011” explica, mientras afirma que las marchas van seguir existiendo porque son formas tradicionales de movilización, pero que se complementarán con otras manifestaciones más creativas.

Perteneciente  al  colectivo Izquierda Autónoma, mismo de Gabriel Boric, presidente en ejercicio, Fielbaum opina que los dos grandes bloque políticos del país están alejados de las demandas ciudadanas y responden a pequeños grupos de interés, por lo que resulta muy importante que entre el movimiento social –como el estudiantil, por ejemplo- surjan nuevos referentes que aglutinen mayorías y trasformen la manera de hacer política.  “Sin duda que a partir de las luchas sociales están surgiendo fuerzas que eventualmente entrarán a disputar el espacio político, parlamentario y también presidencial”.

Para graficar lo anterior, recuerda lo ocurrido en las elecciones de la FEUC hace algunos días. “Los resultados de la Católica y de la Chile demuestran que los estudiantes están optando por los nuevos referentes que se han generado a partir de estos procesos de lucha. El 2011 marcó un quiebre, donde las mayorías se dieron cuenta que es posible un país diferente y que esta es la única forma que tiene nuestra generación –que llegó para quedarse- de hacer los cambios que el país requiere”.

Andrés Fielbaum está convencido de que los grupos políticos deberán tomar posición respecto a los grandes temas en debate, porque no pueden quedar aislados de las mayorías sociales.  “Tendrán que conceder algunos avances para tratar de recuperar un poco de legitimidad. Pero durante años hemos visto que los dos bloques hegemónicos no comparten nuestros planteamientos, más allá de  lo que digan. En la práctica las políticas públicas durante 30 años terminan reforzando el estado subsidiario y la educación como un negocio y no como un derecho”, asegura.

Firme partidario de que las federaciones de estudiantes de las universidades privadas integran el Confech, cree que ahí es donde muchas veces se dan las perores condiciones para los estudiantes, pues son las verdaderas “víctimas de la educación empresarial que tenemos en el país.  Nosotros entendemos que las universidades son diferentes, pero los estudiantes somos iguales”.

Al interior de la Universidad de Chile, junto con promover un trato igualitario entre las distintas facultades, propone impulsar el retorno del hospital José Joaquín Aguirre a la red pública “para evitar su actual asfixia económica y para que sirva a los habitantes de la zona norte de Santiago”.  Otra aspiración es recuperar un canal de televisión para la casa de estudios, ya sea por una señal digital o vía el término del contrato de concesión con la empresa Chilevisión. “Es clave recuperar el canal para ofrecer una alternativa distinta en formato y en contenidos”, dice el presidente electo de la Fech, quien agrega otra prioridad a su mandato: “la liberación del conocimiento, tanto del contenido de las cátedras como de la investigación”.