El pasado martes  se anunció que el comunero mapuche Leonardo Quijón, iniciaría una huelga de hambre al interior de la cárcel de Ángol para exigir su libertad inmediata, sumándose a la medida de presión que ya mantenían dos dirigentes de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) al interior del penal.

Si bien la decisión se está evaluando, el caso de Quijón es complejo, pues el joven se encuentra en prisión preventiva bajo Ley Antiterrorista por el homicidio del parcelero Héctor Gallardo, ocurrido en septiembre pasado.

Sin embargo, su abogado, Lorenzo Morales, aseguró que esta acusación es falsa, ya que los testigos implican a un joven de pelo largo, cuando Leonardo se había cortado el cabello cuatro días antes. Además, indicó que Guijón se encontraba, al menos, a tres kilómetros de distancia de la zona del delito.

En ese sentido, Morales, cuestionó las motivaciones de la Fiscalía: “Se acusó a los sospechosos de siempre, la policía acusa a un círculo determinado y, en este caso, se equivocaron. Él ha sido acusado de varios delitos anteriormente y en todos ha sido absuelto (…) se había cambiado de comunidad, incluso, estaba fuera de lo que se llama Zona Roja”, explicó.

Pese a sus poco más de 20 años, Leonardo Quijón es un reconocido dirigente mapuche, que ha enfrentado a la Justicia desde los 14 años, resultando siempre en libertad. Actualmente, el joven tiene más de 180 perdigonazos en una de sus piernas, debido a los allanamientos y enfrentamientos de los que ha sido testigo.

Para el presidente de la ONG Liberar, Fernando Lira, en este tipo de casos “se está utilizando la prisión preventiva para mantener a la gente controlada en la cárcel”, explicando que “muchas veces nos encontramos con casos en que la gente cumple prisiones preventivas y, posteriormente, los juicios los dan inocentes de todo cargo”.

“Hay un listado de muchachos jóvenes que, en este momento, están perseguidos. Se están generando cargos a como dé lugar para mantenerlos lejos de sus comunidades, de los grupos que están en recuperaciones de tierras”, añadió Lira.

Por otro lado, los históricos dirigentes de la CAM, Héctor Llaitul y Ramón Llanquileo ya llevan más de 15 días en huelga de hambre, exigiendo justicia, pues afirman que se les ha juzgado más de una vez por las mismas causas, violando principios jurídicos, además de habérsele negado beneficios carcelarios.

En este marco, Gendarmería rechazó que Llaitul participe en la presentación de su libro “Weichan, conversaciones con un weychafe en la prisión política”, programada para este sábado 1 de diciembre.

A juicio de Pamela Pessoa, pareja del comunero, esta acción “corresponde a una nueva persecución política en contra de Héctor Llaitul, al que no solamente se le persiguió cuando estaba en libertad, sino que se le sigue persiguiendo estando preso”, sostuvo.

Anteriormente a Llaitul también se le negó la posibilidad de asistir a la primera presentación del texto, realizada en Santiago.Esta medida ha generado preocupación por parte de una serie de organizaciones por la defensa de los derechos humanos y de los pueblos indígenas, ya que estaría violando su derecho a la libertad de expresión.

Pese a ello, Pamela Pessoa afirmó que, de todas maneras, están evaluando realizar la presentación en las afueras del recinto penitenciario de Angol.