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Informe PNUD

Radiografía de la democracia en Chile: “Hay mayor desesperanza en la capacidad de cambiar las cosas”

La democracia aumentó su respaldo como el régimen político preferido entre los chilenos, que sin embargo consideran que el sistema actual funciona en forma regular y disminuyeron su confianza en los partidos políticos y el Congreso. Esto, según la tercera encuesta Auditoría a la Democracia, que además reveló preocupantes cifras sobre la confianza en los resultados de las últimas elecciones municipales.

Rodrigo Alarcón L.

  Martes 15 de enero 2013 18:22 hrs. 
democracia

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Como “una paradoja” calificaron los especialistas los resultados que reveló la tercera encuesta Auditoría a la Democracia, coordinada por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Centro de Estudios Públicos (CEP) y apoyada por el Consorcio de Centros de Pensamiento, conformado por Cieplan, Libertad y Desarrollo, ProyectAmérica, Instituto Libertad, Chile 21 y la Fundación Jaime Guzmán.

El estudio, efectuado entre el 29 de octubre y el 30 de noviembre pasado, señaló que el porcentaje de chilenos que consideran que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno aumentó a un 64 por ciento desde el 58 por ciento establecido en 2010.

Sin embargo, la percepción sobre la democracia chilena no es buena. Un 57 por ciento cree que ésta funciona en forma regular y aumentan desde un 13 a un 20 por ciento los que creen que funciona mal.

Asimismo, todas las instituciones caen en su confiabilidad, salvo los tribunales de justicia, y las que menos confianza generan son las empresas privadas (18%) el Congreso (15%) y los partidos políticos (9%).

Del mismo modo, los encuestados que se declaran para nada interesados en política aumenta de un 42 a un 50 por ciento y el 62 por ciento dice no sentirse vinculado con un partido.

A juicio de la oficial del Programa de Gobernabilidad del PNUD, Marcela Ríos, esta es la paradoja que demuestran los resultados de la encuesta: “Los chilenos y chilenas cada vez valoran más la democracia como la única forma de gobierno, pero también están diciendo que la democracia que tenemos funciona mal y no se sienten representados”, dijo.

Marcela Ríos explicó que “hay una muestra de que están con una sensación más profunda de desesperanza en la capacidad de cambiar las cosas. La mayoría de la gente dice que no ha hecho nada para cambiar las cosas y cuando le preguntas qué pasaría si hiciera algo, responde que no tendría ningún efecto o no serán escuchados. Las personas sienten que la distancia con los representantes es tal, que aunque intenten cambiar o que los escuchen, no los van a escuchar”.

Por otra parte, las elecciones municipales influyeron directamente en la encuesta, realizada inmediatamente después. Esto, porque luego de la alta abstención registrada en los comicios, la adhesión al voto voluntario bajó de 77 a 57 por ciento y el respaldo al voto obligatorio aumentó desde un 22 a un 41 por ciento.

Según Francisco Díaz, especialista de Cieplan, el cambio al voto voluntario solo evidenció más aun el desinterés en la política: “Fue un cambio que hizo más evidente un síntoma, pero no es causa de la enfermedad. El síntoma es evidente, hubo mayor abstención en esta elección y la encuesta demuestra incluso por qué la gente no voto: en su inmensa mayoría, no fue para protestar contra el sistema, sino porque no está interesada en la política”, señaló.

Asimismo, la percepción de que el recuento de votos fue deshonesto aumentó desde un 7 a un 38 por ciento, mientras las personas que consideraron que los comicios fueron honestos disminuyeron desde el 67 al 31 por ciento. Para Francisco Díaz, “el proceso electoral fue mal organizado y por eso la gente dice que no le da confianza el sistema de conteo y recuento de votos. Eso es una nota de extrema alarma pensando en las próximas elecciones.”

En este contexto, el especialista de Libertad y Desarrollo, Álvaro Bellolio, sostuvo que “se retrocedió a los niveles de confianza institucional de 2008 y esperamos que se pueda volver a los de 2010 e incluso que podamos llegar a niveles de confianza como hay en Uruguay y otras democracias desarrolladas de nuestro continente”.

De acuerdo al experto, “hay una falta de capital social bastante importante en Chile, que se puede explicar por la falta de educación cívica, por la falta de convocatoria y por el estatus quo y la falta de renovación. El tema de la educación cívica es bastante importante y no solo es rol de los colegios. También los partidos, los candidatos y la misma sociedad tienen una parte importante”.

La encuesta también abordó otros temas como descentralización, gobiernos locales, reformas políticas y pueblos indígenas. Los resultados se pueden revisar en detalle en este enlace.

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