La ministra Secretaria General de Gobierno, Cecilia Pérez, salió a encabezar una nueva ofensiva del Ejecutivo en contra de la ex presidenta Michelle Bachelet, luego de conocerse los nuevos antecedentes aportados por la Policía de Investigaciones (PDI) a la fiscalía en el marco del caso maremoto.
La vocera de la Moneda dijo que los nuevos documentos representan un cambio en la versión inicial entregada por la ex Presidenta, y por lo tanto debe asumir responsabilidades políticas por la fallida alerta de maremoto en la zona centro sur del país.
Refiriéndose a Michelle Bachelet como “la candidata”, Cecilia Pérez, emplazó a la ex Mandataria a pedir perdón a las familias de las víctimas de aquella noche, y apuntó que “la candidata de la Concertación no debiese limitarse a reconocer en forma privada su responsabilidad política, sino dar un paso más y reconocer públicamente su responsabilidad en el desastroso manejo la madrugada del 27 de febrero. Siento que debe romper silencio para pedir perdón a los familiares de las víctimas de ese tsunami”.
A lo anterior se suman otras reacciones en el oficialismo. El diputado Frank Sauerbaum (RN) dijo que se evalúa una eventual nueva querella por “denegación de auxilio”; mientras que el senador de la UDI, Juan Antonio Coloma señaló que es necesario que la secretaria ejecutiva de ONU Mujeres rompa su estrategia del silencio.
Ante estas declaraciones, uno de los ex ministros del Gobierno de Michelle Bachelet, Francisco Vidal, coincidió con el presidente del PS, Osvaldo Andrade, asegurando que esto es una “maniobra electoral”.
Además, Vidal dijo que en el caso no se le lograron atribuir responsabilidades penales, administrativas ni políticas, como aseguran en el gobierno.
El ex colaborador de Bachelet aseveró que “las responsabilidades políticas las dirime la Cámara de Diputados, que ya se pronunció dos veces para liberar a la expresidenta de responsabilidad política. Entonces insistir en eso es desconocer lo que la cámara y los tribunales han planteado. Queda al desnudo la intencionalidad política electoral de dañar a Bachelet”, señaló.
Según la analista del INAP de nuestra casa de estudios, Francisca Quiroga, este debate no conduce a los temas del fondo en el caso. Al respecto, la especialista subrayó que “tiene que ver con este ejercicio político de defensa y empate, sin dar respuestas más amplias. El tema del terremoto y la institucionalidad es un tema de fondo, y no centrarse en defensas o imputaciones muy personalizadas”.
De todos modos, la especialista aseguró que ha funcionado la estrategia de silencio de la ex jefa de estado, fuera de las contingencias nacionales y en un puesto de poder internacional; y que los embates del Gobierno y el oficialismo ha sido mal manejados, victimizándola y proyectando mayor empatía en su figura.
La ministra Secretaria General de Gobierno, Cecilia Pérez, salió a encabezar una nueva ofensiva del Ejecutivo en contra de la ex presidenta Michelle Bachelet, luego de conocerse los nuevos antecedentes aportados por la Policía de Investigaciones (PDI) a la fiscalía en el marco del caso maremoto.
La vocera de la Moneda dijo que los nuevos documentos representan un cambio en la versión inicial entregada por la ex Presidenta, y por lo tanto debe asumir responsabilidades políticas por la fallida alerta de maremoto en la zona centro sur del país.
Refiriéndose a Michelle Bachelet como “la candidata”, Cecilia Pérez, emplazó a la ex Mandataria a pedir perdón a las familias de las víctimas de aquella noche, y apuntó que “la candidata de la Concertación no debiese limitarse a reconocer en forma privada su responsabilidad política, sino dar un paso más y reconocer públicamente su responsabilidad en el desastroso manejo la madrugada del 27 de febrero. Siento que debe romper silencio para pedir perdón a los familiares de las víctimas de ese tsunami”.
A lo anterior se suman otras reacciones en el oficialismo. El diputado Frank Sauerbaum (RN) dijo que se evalúa una eventual nueva querella por “denegación de auxilio”; mientras que el senador de la UDI, Juan Antonio Coloma señaló que es necesario que la secretaria ejecutiva de ONU Mujeres rompa su estrategia del silencio.
Ante estas declaraciones, uno de los ex ministros del Gobierno de Michelle Bachelet, Francisco Vidal, coincidió con el presidente del PS, Osvaldo Andrade, asegurando que esto es una “maniobra electoral”.
Además, Vidal dijo que en el caso no se le lograron atribuir responsabilidades penales, administrativas ni políticas, como aseguran en el gobierno.
El ex colaborador de Bachelet aseveró que “las responsabilidades políticas las dirime la Cámara de Diputados, que ya se pronunció dos veces para liberar a la expresidenta de responsabilidad política. Entonces insistir en eso es desconocer lo que la cámara y los tribunales han planteado. Queda al desnudo la intencionalidad política electoral de dañar a Bachelet”, señaló.
Según la analista del INAP de nuestra casa de estudios, Francisca Quiroga, este debate no conduce a los temas del fondo en el caso. Al respecto, la especialista subrayó que “tiene que ver con este ejercicio político de defensa y empate, sin dar respuestas más amplias. El tema del terremoto y la institucionalidad es un tema de fondo, y no centrarse en defensas o imputaciones muy personalizadas”.
De todos modos, la especialista aseguró que ha funcionado la estrategia de silencio de la ex jefa de estado, fuera de las contingencias nacionales y en un puesto de poder internacional; y que los embates del Gobierno y el oficialismo ha sido mal manejados, victimizándola y proyectando mayor empatía en su figura.
La ministra Secretaria General de Gobierno, Cecilia Pérez, salió a encabezar una nueva ofensiva del Ejecutivo en contra de la ex presidenta Michelle Bachelet, luego de conocerse los nuevos antecedentes aportados por la Policía de Investigaciones (PDI) a la fiscalía en el marco del caso maremoto.
La vocera de la Moneda dijo que los nuevos documentos representan un cambio en la versión inicial entregada por la ex Presidenta, y por lo tanto debe asumir responsabilidades políticas por la fallida alerta de maremoto en la zona centro sur del país.
Refiriéndose a Michelle Bachelet como “la candidata”, Cecilia Pérez, emplazó a la ex Mandataria a pedir perdón a las familias de las víctimas de aquella noche, y apuntó que “la candidata de la Concertación no debiese limitarse a reconocer en forma privada su responsabilidad política, sino dar un paso más y reconocer públicamente su responsabilidad en el desastroso manejo la madrugada del 27 de febrero. Siento que debe romper silencio para pedir perdón a los familiares de las víctimas de ese tsunami”.
A lo anterior se suman otras reacciones en el oficialismo. El diputado Frank Sauerbaum (RN) dijo que se evalúa una eventual nueva querella por “denegación de auxilio”; mientras que el senador de la UDI, Juan Antonio Coloma señaló que es necesario que la secretaria ejecutiva de ONU Mujeres rompa su estrategia del silencio.
Ante estas declaraciones, uno de los ex ministros del Gobierno de Michelle Bachelet, Francisco Vidal, coincidió con el presidente del PS, Osvaldo Andrade, asegurando que esto es una “maniobra electoral”.
Además, Vidal dijo que en el caso no se le lograron atribuir responsabilidades penales, administrativas ni políticas, como aseguran en el gobierno.
El ex colaborador de Bachelet aseveró que “las responsabilidades políticas las dirime la Cámara de Diputados, que ya se pronunció dos veces para liberar a la expresidenta de responsabilidad política. Entonces insistir en eso es desconocer lo que la cámara y los tribunales han planteado. Queda al desnudo la intencionalidad política electoral de dañar a Bachelet”, señaló.
Según la analista del INAP de nuestra casa de estudios, Francisca Quiroga, este debate no conduce a los temas del fondo en el caso. Al respecto, la especialista subrayó que “tiene que ver con este ejercicio político de defensa y empate, sin dar respuestas más amplias. El tema del terremoto y la institucionalidad es un tema de fondo, y no centrarse en defensas o imputaciones muy personalizadas”.
De todos modos, la especialista aseguró que ha funcionado la estrategia de silencio de la ex jefa de estado, fuera de las contingencias nacionales y en un puesto de poder internacional; y que los embates del Gobierno y el oficialismo ha sido mal manejados, victimizándola y proyectando mayor empatía en su figura.
