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¿La reconstrucción o el agotamiento del desarrollo urbano neoliberal?


Martes 26 de febrero 2013 8:55 hrs.


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Ciertamente los terremotos en Chile fueron oportunidades para generar nuevas políticas públicas, nuevas normativas, nueva institucionalidad y hasta gatilladores de procesos de desarrollo. Debemos problematizar a partir de una serie de preguntas abiertas ¿Qué ha sucedido con las políticas públicas urbanas y de vivienda antes y después del 27F, es acaso más de lo mismo? ¿Las catástrofes son naturales o sociales? ¿Son una oportunidad para quién? ¿Estrategia de shock o emancipación?

Muchos analistas, académicos y periodistas hablaron después del terremoto y el tsunami de 2010 de “un terremoto después del terremoto” o del “terremoto social” sobretodo ligado los saqueos que ocurrieron las horas y días siguientes al desastre. Este discurso hizo que luego de 3 días las zonas afectadas se militarizaran frente al supuesto caos, reviviendose imágenes de la dictadura con detenciones y hasta con muertos por la represión para mantener el orden público.

Un académico chileno a los pocos días del terremoto se preguntaba: “¿Por qué en Chile apenas el orden se retira –cuando el brazo armado de la ley deja de atemorizar- los sectores más pobres se sienten con el legitimo derecho de saquear y tomar aquello que de otro modo –los legales- no alcanzan?”. Él mismo respondió: “la sensación de injusticia y de exclusión altamente extendida entre los pobres –que tantas veces se ha diagnosticado como “escandalosa desigualdad”- hace que nuestra sociedad esté pegada con el mismo pegamento que esos edificios nuevos que hoy se derrumban”(…)“el terremoto ha desnudado al capitalismo chileno mostrando vergonzosamente sus pies de barro. Ni nuestra mejor propaganda ni la de los organismos financieros puede esconder que a la hora de repartir entre todos nuestros beneficios, nos parecemos más a los países africanos que a los del primer mundo con los que nos gustaría compararnos”.1

En este sentido el terremoto dejó al desnudo un país con fuertes desigualdades, diagnóstico que algunos medios internacionales hacían ya a los pocos días del desastre con titulares como: “Pese a la pujanza económica: El terremoto dejó al desnudo la deuda social de Chile2 o  “El terremoto deja al descubierto la profunda brecha social de Chile3. Según el historiador Gabriel Salazar en una entrevista a la revista mexicana Proceso4, las expresiones de violencia que siguieron al terremoto responden a un “malestar interior en la clase popular”. Según él, en Chile existe una especie de “volcán social” que se encontraba latente y explotó al perderse la capacidad de respuesta de las autoridades. “Al igual que en el pasado, en Chile existe una gran masa social marginada de las pautas modernas de consumo, frustrada porque no puede acceder a los objetos que la sociedad actual asume como necesario poseer para ser felices”.  Salazar dice que se trata del 68 por ciento de la fuerza de trabajo chilena, ocupada en empleos precarios, sin contrato permanente, sin prestaciones sociales y muy mal pagados. Dice además: “esta es una sociedad neoliberal que tiene una superficie muy bien organizada, con muy buenos equilibrios financieros, pero donde hay frustraciones de fondo que nadie se atreve a plantear públicamente”. El historiador continua diciendo que este terremoto no sólo dejo en evidencia el malestar social, sino que también puso en evidencia, “el terremoto empresarial”. Alude a los numerosos edificios nuevos, carreteras mal diseñadas, a la calidad de las construcciones que son la base del servicio de telecomunicaciones, destruidos por el terremoto.”Todo eso en Chile es privado el día de hoy. Todo eso es responsabilidad empresarial. Yo creo que aquí el terremoto empresarial que es correlativo al terremoto social”.

Como hemos expuesto, y coincidiendo con el diagnóstico de Salazar, nuestro aporte se ha centrado en relacionar las vulnerabilidades y la construcción social del riesgo como un resultado de las politicas neoliberales instaladas en Chile en los últimos 37 años, desde 1975. Estas vulnerabilidades que se han evidenciado con el terremoto y el tsunami de 2010, ya estaban presentes antes, y muchos las identificaban como el problema de la desigualdad y la exclusión. Hemos analizado los efectos de éstas politicas en la ciudad y en los ciudadanos, y como las políticas de reconstrucción, que siguen la misma lógica, podrían profundizarlas en el futuro.

El analista internacional Raúl Sohr escribía una semana después del terremoto diciendo Chile “Tiene un poderoso y bien estructurado Estado centralista, vertical y con enormes atribuciones. Pero en cambio cuenta con una sociedad civil extremadamente frágil. El nivel de organización y participación popular en instancias locales, sindicales, gremiales o barriales, es muy bajo. Y como toda sociedad con cierto desarrollo, se confía en que las instituciones cumplirán con su cometido. Si ello no ocurre cunde el pavor y la población, no acostumbrada a organizarse para enfrentar los problemas, clama al Estado por ayuda. El modelo político e ideológico imperante ha empujado a la población a actuar con una perspectiva de acendrado individualismo. Acumular riqueza es la llave que resuelve los problemas.5

Habría que relativizar esta postura, indicando que si existían organizaciones antes del terremoto, pero sobretodo, como hemos analizado en este trabajo, se trata de la emergencia de los movimientos sociales después del terremoto, y sobretodo su convergencia a nivel nacional. El analisis que hemos realizado a diferentes escalas de la FENAPO y del MNRJ, demuestran que son resultado de este proceso. Además debemos entender esta emergencia, en un contexto de tiempos históricos más largos, los ciclos de los movimientos sociales, por eso era importante entender a ambos movimientos actuales, como parte del histórico movimiento de pobladores en Chile. De ahí nuestra propuesta del doble movimiento telúrico y social, en el entendido del terremoto como un evento catalizador o movilizador de procesos que ya se venían desarrollando “subterraneamente”.

La discusión está ahora entonces en las proyecciones del movimiento social, su impacto en las políticas públicas y en la política en general del país. En esa línea Barozet (2011)6 concluía uno de sus artículos recientes: “el impacto de esas movilizaciones sobre las instituciones es todavía limitado: los movimientos sociales locales en Chile, a pesar de su diversidad y su agresividad, no han logrado crear un impacto siginificativo sobre el sistema político ni sobre las politicas públicas nacionales o locales, debido a que aún no han sido capaces de poner en práctica nuevas lógicas institucionales y no parecen responder a una real  transformación de la estructura de oportunidades politicas”. Esta posición es relativa, ya que como hemos mostrado en este trabajo, si han existido impactos tanto políticos, como a nivel de la política pública gracias a la acción de los movimientos sociales estudiados, claro que no son aún definitivos ni estructurales. Vemos en ese sentido como se abre un nuevo ciclo político, con los movimientos sociales como protoganistas (llegando a proponer una Asamblea Constituyente). Aquí vemos las resiliencias de los actores sociales frente al desastre, pero sobretodo las resistencias de los movimientos sociales frente al neoliberalismo. Por ejemplo, uno de los principales actores del movimiento estudiantil, la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES),  en uno de sus recientes documentos de propuestas titulado  “la educación que queremos”7, declaran que se oponen al lucro en la educación con el lema “no al terremoto neoliberal”, coincidiendo con las posturas del movimiento de pobladores, que han entendido la relación entre reconstrucción y los procesos de acumulación por desposesión inherentes a las políticas urbanas neoliberales.

Otro factor a considerar son las recientes convergencias de los diferentes movimientos sociales vigentes, en una reciente declaración  pobladores,  estudiantes y trabajadores organizados declaraban: “nuestras luchas que pueden parecer dispersas, tienen un mismo origen. El modelo económico, político y social chileno con su carga de injusticias y sufrimiento. Hasta ahora la mentira del juego democrático de la concertación y de la derecha había conseguido contener las enormes ansias de justicia e igualdad del pueblo chileno. Sin embargo por donde se mire hoy surgen y se articulan organizaciones que se plantean la lucha directa, en la calle, con la fuerza de la razón como único camino para doblegar a los que usan el poder para sus intereses privados.”8 Esta convergencia la podemos con otra faceta en el nacimiento del partido político “Igualdad”, nacido desde la base del movimiento de pobladores. Así como otros actores políticas que comienzan a configurar un nuevo panorama post-neoliberal.

En cuanto a la crisis del modelo urbano y de la política de vivienda, vemos cómo la agenda de profundización neoliberal sigue vigente con intentos de expandir el límites urbano de la Región Metropolitana de Santiago, para beneficiar procesos especulativos. En estos momentos se discute la nueva politica de desarrollo urbano en el MINVU (a puertas cerradas), y no hay más información que lo que se ha dicho sobre la propuesta de creación de un ministerio de las ciudades9, el que no tendrá gran impacto sin una transformación de las políticas y de centralización del país.

En cuanto a la política de vivienda, vemos como ya no sólo es criticada al interior del país por sus efectos perversos desde el mundo académico, profesional o desde los propios movimientos sociales, sino que recientemente en el último informe de la relatora de ONU por el Derecho Humano a la Vivienda Adecuada, ha tratado sobre la “financiarización de la producción habitacional10”, poniendo el caso de Chile como paradigma. En el informe, la Relatora Especial analiza el paradigma imperante de las políticas de vivienda, que se centra en la financiación como principal medio de fomentar la propiedad de las viviendas. El informe evalúa la repercusión que estas políticas de financiación tienen en el derecho a una vivienda adecuada de las personas que viven en la pobreza. La conclusión de la Relatora es que la plena realización del derecho a una vivienda adecuada, sin discriminación, no puede promoverse exclusivamente con mecanismos financieros (subsidiarios), sino que requiere políticas y intervenciones del Estado en materia de viviendas más integrales y holísticas. La Relatora pide que se abandone el paradigma de las políticas centradas en la financialización de las viviendas para adoptar un enfoque de dichas políticas basado en los derechos humanos11.

Llegamos entonces a la discusión sobre las proyecciones y desafíos que se nos presenta este análisis. Desde el cuadro de la justicia espacial, debemos discutir sobre el conflicto latente entre el enfoque de la justicia distributiva y de la justicia procesual. Entendiendo que la distributiva pone el énfasis en los resultados de la estructura social e institucional que determinan patrones distributivos injustos, bienes, ingresos, recursos, posición, entre otros. Por otra parte, como hemos visto en el trabajo, la acción de los movimientos sociales, está en la senda de la justicia espacial procesual. A través de sus resiliencias y resistencias van produciendo socialmente y cotidianamente esa ciudad otra, con procesos de autogestión. Pero a la vez se hacen parte de la política pública (subvirtiéndola), e ingresan  a la política institucional, jugando en el campo de la justicia distributiva. Es decir, no descartan ninguno de los dos ámbitos de acción, proyectándose en ambos. Vemos en este conflicto la dialéctica de la justicia espacial, en el entendido de que  lo social produce lo espacial, y a la vez lo espacial reproduce lo social.

Para profundizar la noción de justicia espacial nos parece pertinente discutir a partir de la propuesta que hacen Gervais-Lambony y Dufaux (2009) en el siguiente párrafo:

“¿El tratamiento homogéneo de todos los espacios es la condición de la justicia espacial?, ¿su definición acaso? ¿O la política es sólo una política de reequilibrio de las desigualdades, con formas de discriminación positiva? ¿O incluso la política “justa” debe ser de no intervención en los territorios y simplemente acompañar las dinámicas territoriales ? Hay que preguntarse si el objetivo último de la justicia espacial todavía puede establecer estructuras espaciales “justas” sosteniblemente y estables (territorio equilibrado, armónico …). ¿O bien se trata de establecer dispositivos de regulación flexibles capaces de revaluar las acciones, sin privilegiar la figura espacial a priori, regulación cuyo objetivo es reducir las injusticias del momento, sin un tipo ideal de territorio en el equilibrio? Finalmente, ¿la imagen territorializada de acciones apuntando a la justicia, aún cuando puedan resultar ilusorias, no es esencial a cualquier acción?Este es el problema del sentido y el fondo de la territorialización de las políticas públicas”.12

Estamos entonces frente a un doble desafío : primero el de la política pública urbana y de vivienda después del terremoto de 2010 en Chile. Y segundo, pero relacionado con el primero, el desafío que presentan las propuestas y las demandas de los movimientos sociales urbanos en Chile. Hoy vemos que el modelo y paradigma neoliberal sigue vigente, pero claramente las condiciones han cambiado y desde 2010, con el terremoto, ha comenzado un nuevo ciclo socio-politico, que seguramente se verá reflejada en las ciudades en los próximos años.

 

1 José Luis Ugarte, profesor de Derecho Laboral de la Universidad Diego Portales, citado por Herreros, Francisco. “Chile: las razones del terremoto social o el país que hemos construido” In El Siglo, 6-3-2010.
http://aquevedo.wordpress.com/2010/03/07/chile-las-razones-del-terremoto-social-o-el-pas-que-hemos-construido/, Consulté el 25/09/12

 

2 Vergara, Carlos. “El terremoto dejó al desnudo la deuda social de Chile”. La Nación. Argentina. 07.03.2012.
http://www.lanacion.com.ar/1240773-el-terremoto-dejo-al-desnudo-la-deuda-social-de-chile, Consulté el 25/09/12

 

3 Fuentes, Manuel.  “El terremoto deja al descubierto la profunda brecha social de Chile”. El Mundo. España. 08.03.2010. http://www.elmundo.es/america/2010/03/09/noticias/1268094854.html,  Consulté el 25/09/12
4Chile, la catástrofe social”. Revista Proceso. México. 08.03.2010. http://www.proceso.com.mx/?p=108367, Consulté el 25/09/12

 

5 Sohr, Raúl. Historia de dos terremotos. Diario La Nación. 05.03.2010.   http://www.lanacion.cl/historia-de-dos-terremotos/noticias/2010-03-04/182427.html, Consulté el 25/09/12.

 

6l’impact de ces mobilisations sur les institutions est encore limité: les mouvemens sociaux locaux au Chili, malgré leur diversité et leur pugnacité, n’ont pas réussi a créer un impact signicatif sur le système politique nis sur les politiques publiques nationales ou locales, car elles n’ont pas encore réussi à mettre en place de nouvelles logiques institutionalles et ne semblant pas non plus répondre à une réelle transformation de la structure d’opportunité politique”. En: Barozet, Emmanuelle. De la démobilisation au réinvestissement ” local “. Mouvements sociaux locaux et territoires au Chili. Cahiers des Amériques latines n°66, 2011/1. Mouvements sociaux et espaces locaux. Dossier Mouvements sociaux et espaces locaux en Amérique Latine. IHEAL. 2010. Disponible en:http://www.iheal.univ-paris3.fr/spip.php?article3102

 

7 http://es.scribd.com/doc/103876719/ACES-Propuesta-para-la-educacion-que-queremos-2012

 

8 Chile. Organizaciones sociales se unifican: “La protesta popular como una alternativa legitima de lucha”
http://www.kaosenlared.net/america-latina/item/24750-chile-organizaciones-sociales-se-unifican-%E2%80%9Cla-protesta-popular-como-una-alternativa-legitima-de-lucha%E2%80%9D.html?tmpl=component&print=1

 

9 Correa, Paula. “Propuesta para crear un “ministerio de la Ciudad” sorprende a urbanistas” http://radio.uchile.cl/noticias/173786/

 

10  “Le droit à un logement convenable” Rapporteuse spéciale des Nations Unies sur le droit à un logement convenable en tant qu’élément du droit à un niveau de vie suffisant. A/67/286 , rapport du 10 août 2012. Disponible en: http://direitoamoradia.org/wp-content/uploads/2012/09/A-67-286-FR.pdf

 

11 Rapporteuse spéciale des Nations Unies sur le droit à un logement convenable: http://direitoamoradia.org/?p=16787&lang=es

 

12 P. Gervais-Lambony, F. Dufaux “Justice… spatiale !”, Annales de Géographie, n° 665-666, 2009, p. 12