La ministra del Medioambiente, María Ignacia Benítez, señaló ante la comisión de Pesca de la Cámara Baja, que el efecto de las descargas que las termoeléctricas tienen sobre la temperatura del mar, no sería un elemento relevante para explicar el varamiento de poblaciones de camarones y jaibas en la ciudad de Coronel.
La jefa de la cartera medioambiental indicó que, “dependiendo de dónde se descargue, la temperatura máxima autorizada será de 30 grados”, añadiendo que, en este caso, “la descarga de las termoeléctricas se produce antes de que llegue al borde costero, por lo que la temperatura descendería unos grados antes de su llegada final en el mar”. María Ignacia Benítez fue enfática al argumentar que “el impacto de la temperatura en el mar no es un impacto que esté siendo relevante en ninguna parte” y recalcó que los científicos han corroborado esta versión.
Sin embargo, desde la comisión de Pesca de la Cámara se permiten dudar de dicha explicación. Para ellos es necesario investigar a fondo todas las causas que puedan estar ocasionando este desastre marino. Los parlamentarios solicitaron nuevos informes técnicos para seguir adelante con el estudio.
En esa línea, el presidente de la comisión, diputado Alejandro Santana (RN), explicó que “aquí no estamos poniendo en tela de juicio a la ministra. Uno siempre sostiene que las termoeléctricas generan un gran daño ecológico y pueden ser variables que afectan, en este caso, lo que ha sido el tema de los camarones en la octava región. Dentro de esa zona hay termoeléctricas y lo único que buscamos es descartar que esas posiciones no generen un daño ecológico o con la fauna marina”
Para la directora del departamento de Ciencias Medioambientales de la Universidad de Chile, Vivian Montecinos, estos fenómenos se producen por una suma de factores, más cuando se trata de un área con alta actividad industrial. La experta indicó que un posible factor causal sería la capa mínima de oxígeno, que en esas áreas se superficializa.
“En general todos estos problemas se producen por la conjunción de la actividad humana en la naturaleza, entonces cuando se combinan las dos se potencian y pasan estas cosas. Esa es la sospecha, sobre todo, en un lugar con tanta industria”, dijo la especialista.
Respecto a la temperatura máxima del agua, fijada en 30° por organismos internacionales, la científica manifiesta que cada especie tiene tolerancia a la temperatura de su ambiente y son bastante “estrictos” a estos márgenes, por lo que un alza por sobre el promedio causa daño en sus organismos.
En todo caso, todavía queda esperar los resultados que los parlamentarios solicitaron a Subsecretaría de Pesca y el Instituto de Fomento Pesquero (IFOP), para saber cuáles han sido las causas de la muerte de miles de camarones y jaibas en Coronel.