Las organizaciones reunidas en la Coordinadora Alerta Andina 244 afirmaron que el proyecto, ubicado en el sector de Río Blanco en el Valle del Aconcagua, intervendría una zona donde hay una serie de glaciares de afectación directa, además de los efectos indirectos a glaciares de otras cuencas como la del río Maipo.
Esto perjudicaría el abastecimiento de agua dulce del Valle Central, según indicó Rebeca Brice de la Fundación Pangea: “Para toda la Región Metropolitana el problema más grave es el tema de los glaciares, donde se afectan 26 glaciares. Este verano se comprobó lo sensible que es el agua potable en Santiago con dos cortes muy masivos. Ahora se está afectando la fuente de nuestra agua dulce. No creo que Chile entero acepte, por el progreso, quedarse sin agua”.
Además del daño directo a las aguas superficiales, desde comunas como Maipú, mostraron también su preocupación por la contaminación a las napas subterráneas, de donde se extrae el recurso. Pero también complican los elementos sólidos y el daño que podría hacerse al Santuario Yerba Loca y otros 67 sitios de interés patrimonial.
En ese sentido, Mariano Salinas, de Huechún, Til Til, quien vive a pasos del relave de Codelco Andina afirmó que los pobladores del sector sufren a diario la contaminación y que ni las autoridades, ni las empresas les dan una respuesta clara.
El habitante de la comuna de Til Til se refirió a un episodio de contaminación que les afectó hace pocos meses atrás: “El 24 de diciembre hubo un evento climático que cambió el viento desde el norte hacia el sur y eso levantó una inmensa polución. Nosotros como ciudadanos y vecinos del pueblo nos tomamos el camino, pero ya estamos en abril y todavía no tenemos una respuesta sobre el tema. Hemos hablado con gente de Codelco, con los gobernadores, con la municipalidad de Til-Til. Yo creo que están los estudios, pero no se los quieren entregar a las personas para que no se alarmen más”.
En cuanto a los residuos sólidos también existe preocupación por lo que ocurrirá en Puchuncaví, decretada como “zona saturada” a donde se trasladará y donde se acopiará el material.
Las organizaciones han manifestado que “no es aceptable que por un potencial aumento de ingresos al país se pongan en juego elementos tan importantes”. En esa línea sostuvieron que estamos frente a una “Definición Estratégica”, si seguir con la expansión minera o buscar otra forma de generar ingresos para el erario nacional.
Por su parte, Lucio Cuenca del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA) criticó la debilidad del estudio de impacto ambiental de Codelco y el proceso de aprobación.
Por esto, el ambientalista indicó que “no le han dado a esta etapa de participación ciudadana el peso que deberían tener estos procesos, o sea, las observaciones que hace la ciudadanía no es vinculante, por lo tanto, si bien estamos acá le queremos hacer ver a la institucionalidad, a las autoridades gubernamentales el rechazo, la preocupación, que muchas organizaciones tanto de la Quinta Región, como de la región Metropolitana, están haciendo a este proyecto, queremos también informarles que estamos dispuestos a llevar este proceso a distintos ámbitos”.
Según indican el proyecto ingresó “silenciosamente” en enero, con lo que se complicó la etapa de información y se perdieron posibilidades de reaccionar, por eso, y pese a recibir cerca de mil observaciones, los dirigentes están solicitando una ampliación del plazo para escuchar así la voz de todas las localidades involucradas.