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Europa y las materias primas de Sudamérica

Columna de opinión por Roberto Meza
Lunes 22 de abril 2013 12:29 hrs.


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En su reciente informe de “Perspectivas de la Economía Mundial”, el FMI dijo que, aunque la actividad internacional se ha estabilizado, el crecimiento global este año no será superior al 3,3%, es decir, 0,2 % menos del estimado en el informe de enero pasado, añadiendo que mientras EE.UU. da señales de fortalecimiento –con posibilidades de crecer 1,9% en 2013-, la zona Euro arriesga desvincularse del resto de la economía global, al contraerse 0,3% este año, más de lo previsto en el informe anterior.

La persistente debilidad de Europa se explicaría por una combinación de recortes fiscales, caída de las exportaciones, menor demanda y baja confianza de consumidores e inversionistas, hechos que están generando una “recuperación mundial a tres velocidades”, según dijera la directora del Fondo, Christine Lagarde: fuerte en países emergentes y en desarrollo, débil en EE.UU. y casi nulo en la zona Euro.

Porque en Europa, tras la crisis de Chipre y problemas de España, Portugal, Grecia, Irlanda e Italia, Francia se está convirtiendo en su nuevo peligro, según la Comisión de la UE. El saldo negativo de su balanza de pagos, competitividad en deterioro, alto endeudamiento fiscal, contracción de sus exportaciones y estancamiento del empleo, podrían terminar por impedir que Paris sostenga su déficit fiscal comprometido en 3% del PIB, mientras ya corrigió su pronóstico de crecimiento para 2013, desde 0,8% a un escuálido 0,1%.

Atrás quedan las afirmaciones del presidente Hollande, quien, al asumir el cargo dijo acabaría con la “banda de Sarkozy” y que Francia se convertiría en un país “socialmente justo y económicamente fuerte” gracias a la aplicación de su modelo socialdemócrata, contrario a la “República del Ahorro” de la canciller Merkel. Y aunque la crisis podría haber sido un momento para Hollande, la denuncia contra su ministro de Hacienda, Jérome Cahuzac, en el sentido de que estaba evadiendo impuestos por 600 mil euros en cuentas secretas en Suiza y Singapur le han hecho perder manejo político. Como añadidura, los galos dudan hoy de Hollande y, según Le Figaro, si el jefe de Estado no toma medidas en las próximas semanas, Francia se expone a una crisis de gobierno. En efecto, sólo 25% de los franceses confía en su presidente, mientras pierde apoyo de los Verdes, del Partido de Izquierda e integrantes de sus propias filas.

Christophe Barbier, de L’Express, ha recordado que Hollande quería una socialdemocracia renovada, un Estado más fuerte y solidario, intervencionismo económico favorable a las empresas nacionales y, al mismo tiempo, una reforma tributaria más a la izquierda. Pero su propuesta, dijo Barbier, ha fracasado: los galos no lo apoyan y “en Europa no hay nadie que asuma su modelo”.

La esperanza en el motor alemán, en tanto, decaen. Su índice de confianza en la economía cayó fuertemente en abril, un retroceso vinculado a datos por debajo de las expectativas, especialmente las exportaciones, tanto en la Eurozona como a nivel mundial, razón por la que su industria está apostando cada vez más por Sudamérica –zona en crecimiento- para aumentar su comercio y abastecerse de materias primas, metas que Berlín apoya con acuerdos políticos de cooperación con diversos países de la región. Transnacionales germanas, como Thyssen-Krupp, Bayer, Bosch, VW y BMW formaron una alianza estratégica para acceder a materias primas, mientras que, desde comienzos de 2013, el Gobierno alemán ha reforzado las garantías de crédito para proyectos en torno a esos bienes primarios.

Esta iniciativa partió con la participación de la canciller Merkel en la reciente cumbre UE-CELAC, en Santiago, a inicios de este año. Hasta ese momento, el interés alemán por Latinoamérica era escaso. Pero sólo tres meses después del encuentro en nuestra capital, Merkel ha impulsado una cita con el Presidente de Ecuador, Rafael Correa, en Berlín, a quien le ha ofrecido acuerdos de colaboración, mientras que el mandatario ha invitado a los alemanes a invertir en proyectos extractivos de “beneficio mutuo”, poniendo en alerta a movimientos ecologistas.

Peter Buchholz, director de la Agencia Alemana para las Materias Primas, ha dicho que Chile, Brasil y Perú tienen alto potencial de recursos naturales y son atractivos por su estabilidad política. Además de cobre, litio y hierro, la región muestra grandes yacimientos de zinc y plomo, así como elementos para aleaciones como manganeso, níquel, cromo y molibdeno, dijo Buchholz a la DW. Y es que Berlín depende fuertemente de los grandes mercados tradicionales de materias primas (EE.UU., Brasil y China), al tiempo que compite por ellas con los mismos EE.UU. y China, así como con Canadá y Australia. Beijing, por su parte, se ha convertido en uno de los socios relevantes de Brasil, Chile y Ecuador e invierte grandes sumas en faenas extractivas en América Latina.

Si Berlín desvía inversiones hacia Sudamérica, las perspectivas de la Eurozona son de una recuperación aún más lenta –hasta 2023, como ya dijera el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann al WSJ- ayudando, empero, a asegurar mejor ritmo de crecimiento a esta región, en una competencia por materias primas con China que refuerza aún más las expectativas locales. Como contraparte, empero, varias ONG observan con escepticismo esta avidez global por recursos naturales y sus efectos medioambientales, tema del que el Presidente Correa ya fue testigo en Berlín y en el que ambiente, agricultura y minería se enfrentan con aspereza. En Chile, Brasil y Perú, por lo demás, similares situaciones ya tienen sus respectivas expresiones y seguramente seguiremos viéndolas.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.