“Al filetear a los salmones, les sacan las costras que tienen en la piel, de manera que el filete interior se vea anaranjado y limpio. Luego de eso se pone a la venta”. Esa es una de las conclusiones del informe dado a conocer por Héctor Kol, biólogo marino de la Universidad de Chile e investigador acuícola de la Fundación Parque Pumalín.
Las plagas y problemas presentes en los filetes son el Síndrome Rickettsial; la Anemia Infecciosa del Salmón, conocida también como virus ISA; el piojo del salmón; y sobredosis de antibióticos, que inyectan a los peces y de pesticidas que les dan en la comida.
El salmón es el cuarto producto de exportación del país después del cobre, la celulosa y la fruta de mesa, pero este alimento con plagas no solo sale del país, sino que se pone a la venta en mercados, vegas y supermercados de Chile, según constató Héctor Kol.
“Cubiertos de piojos, llenos de llagas por virus, con derrames, se les caen la cola y la aleta dorsal, etc. Así los tienen, después pelan todo eso, lo filetean, lo venden por merluza o lo ahúman para disfrazar que no tiene color y la gente se lo come. ¿Que están comiendo? No tienen la menor idea. No hay controles efectivos sobre el uso de antibióticos, pesticidas y fungicidas. Nada”, enfatizó.
El control y la fiscalización es un tema crítico, según el informe de la Fundación Parque Pumalín, ligada al empresario estadounidense Douglas Tompkins. El Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) no tiene suficientes lanchas propias para fiscalizar a una industria que hoy se extiende por 2.200 kilómetros de costa. Hay pocas fiscalizaciones y, encima, dice Héctor Kol, el Sernapesca avisa 20 días antes a la empresa que irá a fiscalizar el estado sanitario.
“El estado sanitario de la industria salmonera hoy es peor que en el 2007. En algunos casos, hay salmones hasta con 400 piojos encima. Un salmón con piojos no come y, por lo tanto, no engorda, no se tiñe y se enferma. Para combatir esos piojos, tiran pesticidas al mar y -más aun- ahora están tirando pesticidas en el alimento. Ese alimento, como ese pesticida que se aplica en baños, queda disponible para la fauna silvestre. Estos pesticidas se están usando por lo menos hace dos años y recién hace seis meses que la subsecretaría de Pesca encargó los estudios para ver los efectos sobre el medio ambiente acuático. Primero disparan y después preguntan”, cuestionó.
El 80% de los 450 centros de cultivos están con las plagas mencionadas. Incluso, según el informe, la limitada fiscalización permite que se destinen salmones muertos por estas enfermedades para el consumo humano.
Desde Sernapesca, el coordinador de Acuicultura en la región de Los Lagos, Branny Montecinos, dice que trabajan en contener la expansión de las enfermedades: “Lo que queremos con esto es efectivamente tener una biocontención. Es decir, que el virus no se expanda a los demás vecinos y afecte al bien común. Si hay que sacar los peces del agua rápidamente, lo vamos a hacer”, aseguró.
El informe dice que el Gobierno se apuró al afirmar que las distintas enfermedades del salmón no afectarían la salud humana, puesto que no hay estudios que se extiendan en el tiempo. De hecho, Chile cultiva salmones desde 1994 y no hay investigaciones sobre los impactos de comer salmón con estas plagas durante varios años, o sobre los efectos de comer salmón con dosis de antibióticos que superan en 36 mil veces a la dosis que se producen en países como Noruega y que se venden en la Unión Europea.
La principal conclusión del investigador a cargo del estudio publicado por la Fundación Parque Pumalín es: “Evite comer salmón”.