La ley de Fármacos que se vota en el Parlamento el próximo martes no deja de levantar diversas opiniones. Las regulaciones en bioequivalencia, la venta en góndola y el cambio en la naturaleza de la receta médica, son los puntos de desacuerdo del proyecto.
A nivel parlamentario, las opiniones están divididas. Si bien se espera que el proyecto cuente con los votos de las bancadas oficialistas, esto no garantiza su aprobación. Desde la oposición, uno de los más críticos ha sido el diputado Juan Luis Castro (PS), quien no ha escatimado en críticas para referirse al proyecto de salud.
En este sentido, el diputado socialista indicó que “según lo que quiere el ministerio de Salud es el vendedor de la farmacia quien va a poder disponer de ofrecer distintas alternativas, toda una distorsión que hoy sucede en la farmacia, y por otro lado, hay un problema relacionado con la venta de remedios en las góndolas. Las góndolas en el supermercado se han puesto en el tapete, como la alternativa a las farmacias, supuestamente para bajar los precios, pero resulta que no hay tal rebaja de precios como lo ha dicho el Gobierno, sino más bien el traspaso desde tres cadenas de farmacias a tres cadenas de supermercados”.
El legislador señaló que los problemas con los que se enfrenta el proyecto son, por un lado, el artículo 101, que cambia la naturaleza de la receta médica y, por otro, el número 129, que permite que los grandes consorcios participen de la venta de remedios.
Hernán Calderón, presidente de la Conadecus, comparte lo expresado por el diputado Castro, agregando además que los consumidores “no queremos seguir siendo engañados con una bioequivalencia a la chilena”, esto último con relación al real efecto que tendrá en los consumidores una medida que –en el papel- debe disminuir los precios de los medicamentos.
Por esto, el dirigente de la asociación de consumidores señaló que “a quién vamos a favorecer en esto, no hay que olvidarse que dentro de las tres farmacias hay una integración vertical, y que por lo tanto esta bioequivalencia a la chilena, a los únicos que favorece es a las farmacias, que va a poder vender el producto que antes era genérico como bioequivalente, porque no ha existido un proceso de certificación de los laboratorios chilenos”.
El punto en común de diversos actores, es la negativa de que los medicamentos se vendan en supermercados. No obstante desde la Asociación de Farmacias Independientes, no ven con ojos tan negativos el proyecto.
Héctor Rojas, presidente del gremio, apoya el cambio de las recetas médicas. Para el vocero este es un punto que beneficiará tanto a farmacias como a pacientes.
En esa línea, el vocero de las farmacias independientes precisó que “creo que todos estamos por una parte perjudicados en el tema de la venta en góndolas y beneficiados por el asunto del fraccionamiento y de la obligación del médico de colocar el nombre del genérico del remedio y además permitir que sea el farmacéutico quien informe a las personas para darles la posibilidad de comprar el bioequivalente, el más económico”.
Respecto de la votación del martes, si bien se espera una reñida discusión, resulta probable que por los artículos 101 y 129 el proyecto quede sin efecto. Así lo expresó Marisol Turres, presidenta de la comisión de salud, quien espera que “al menos los aspectos más relevantes sean votados a favor”.
“Espero que en el tema de recetas, al menos los bioequivalentes puedan ser intercambiables. Sin embargo, lo de la venta en góndola veo más difícil que se apruebe” concluyó la parlamentaria de la UDI.
La ley de Fármacos que se vota en el Parlamento el próximo martes no deja de levantar diversas opiniones. Las regulaciones en bioequivalencia, la venta en góndola y el cambio en la naturaleza de la receta médica, son los puntos de desacuerdo del proyecto.
A nivel parlamentario, las opiniones están divididas. Si bien se espera que el proyecto cuente con los votos de las bancadas oficialistas, esto no garantiza su aprobación. Desde la oposición, uno de los más críticos ha sido el diputado Juan Luis Castro (PS), quien no ha escatimado en críticas para referirse al proyecto de salud.
En este sentido, el diputado socialista indicó que “según lo que quiere el ministerio de Salud es el vendedor de la farmacia quien va a poder disponer de ofrecer distintas alternativas, toda una distorsión que hoy sucede en la farmacia, y por otro lado, hay un problema relacionado con la venta de remedios en las góndolas. Las góndolas en el supermercado se han puesto en el tapete, como la alternativa a las farmacias, supuestamente para bajar los precios, pero resulta que no hay tal rebaja de precios como lo ha dicho el Gobierno, sino más bien el traspaso desde tres cadenas de farmacias a tres cadenas de supermercados”.
El legislador señaló que los problemas con los que se enfrenta el proyecto son, por un lado, el artículo 101, que cambia la naturaleza de la receta médica y, por otro, el número 129, que permite que los grandes consorcios participen de la venta de remedios.
Hernán Calderón, presidente de la Conadecus, comparte lo expresado por el diputado Castro, agregando además que los consumidores “no queremos seguir siendo engañados con una bioequivalencia a la chilena”, esto último con relación al real efecto que tendrá en los consumidores una medida que –en el papel- debe disminuir los precios de los medicamentos.
Por esto, el dirigente de la asociación de consumidores señaló que “a quién vamos a favorecer en esto, no hay que olvidarse que dentro de las tres farmacias hay una integración vertical, y que por lo tanto esta bioequivalencia a la chilena, a los únicos que favorece es a las farmacias, que va a poder vender el producto que antes era genérico como bioequivalente, porque no ha existido un proceso de certificación de los laboratorios chilenos”.
El punto en común de diversos actores, es la negativa de que los medicamentos se vendan en supermercados. No obstante desde la Asociación de Farmacias Independientes, no ven con ojos tan negativos el proyecto.
Héctor Rojas, presidente del gremio, apoya el cambio de las recetas médicas. Para el vocero este es un punto que beneficiará tanto a farmacias como a pacientes.
En esa línea, el vocero de las farmacias independientes precisó que “creo que todos estamos por una parte perjudicados en el tema de la venta en góndolas y beneficiados por el asunto del fraccionamiento y de la obligación del médico de colocar el nombre del genérico del remedio y además permitir que sea el farmacéutico quien informe a las personas para darles la posibilidad de comprar el bioequivalente, el más económico”.
Respecto de la votación del martes, si bien se espera una reñida discusión, resulta probable que por los artículos 101 y 129 el proyecto quede sin efecto. Así lo expresó Marisol Turres, presidenta de la comisión de salud, quien espera que “al menos los aspectos más relevantes sean votados a favor”.
“Espero que en el tema de recetas, al menos los bioequivalentes puedan ser intercambiables. Sin embargo, lo de la venta en góndola veo más difícil que se apruebe” concluyó la parlamentaria de la UDI.
La ley de Fármacos que se vota en el Parlamento el próximo martes no deja de levantar diversas opiniones. Las regulaciones en bioequivalencia, la venta en góndola y el cambio en la naturaleza de la receta médica, son los puntos de desacuerdo del proyecto.
A nivel parlamentario, las opiniones están divididas. Si bien se espera que el proyecto cuente con los votos de las bancadas oficialistas, esto no garantiza su aprobación. Desde la oposición, uno de los más críticos ha sido el diputado Juan Luis Castro (PS), quien no ha escatimado en críticas para referirse al proyecto de salud.
En este sentido, el diputado socialista indicó que “según lo que quiere el ministerio de Salud es el vendedor de la farmacia quien va a poder disponer de ofrecer distintas alternativas, toda una distorsión que hoy sucede en la farmacia, y por otro lado, hay un problema relacionado con la venta de remedios en las góndolas. Las góndolas en el supermercado se han puesto en el tapete, como la alternativa a las farmacias, supuestamente para bajar los precios, pero resulta que no hay tal rebaja de precios como lo ha dicho el Gobierno, sino más bien el traspaso desde tres cadenas de farmacias a tres cadenas de supermercados”.
El legislador señaló que los problemas con los que se enfrenta el proyecto son, por un lado, el artículo 101, que cambia la naturaleza de la receta médica y, por otro, el número 129, que permite que los grandes consorcios participen de la venta de remedios.
Hernán Calderón, presidente de la Conadecus, comparte lo expresado por el diputado Castro, agregando además que los consumidores “no queremos seguir siendo engañados con una bioequivalencia a la chilena”, esto último con relación al real efecto que tendrá en los consumidores una medida que –en el papel- debe disminuir los precios de los medicamentos.
Por esto, el dirigente de la asociación de consumidores señaló que “a quién vamos a favorecer en esto, no hay que olvidarse que dentro de las tres farmacias hay una integración vertical, y que por lo tanto esta bioequivalencia a la chilena, a los únicos que favorece es a las farmacias, que va a poder vender el producto que antes era genérico como bioequivalente, porque no ha existido un proceso de certificación de los laboratorios chilenos”.
El punto en común de diversos actores, es la negativa de que los medicamentos se vendan en supermercados. No obstante desde la Asociación de Farmacias Independientes, no ven con ojos tan negativos el proyecto.
Héctor Rojas, presidente del gremio, apoya el cambio de las recetas médicas. Para el vocero este es un punto que beneficiará tanto a farmacias como a pacientes.
En esa línea, el vocero de las farmacias independientes precisó que “creo que todos estamos por una parte perjudicados en el tema de la venta en góndolas y beneficiados por el asunto del fraccionamiento y de la obligación del médico de colocar el nombre del genérico del remedio y además permitir que sea el farmacéutico quien informe a las personas para darles la posibilidad de comprar el bioequivalente, el más económico”.
Respecto de la votación del martes, si bien se espera una reñida discusión, resulta probable que por los artículos 101 y 129 el proyecto quede sin efecto. Así lo expresó Marisol Turres, presidenta de la comisión de salud, quien espera que “al menos los aspectos más relevantes sean votados a favor”.
“Espero que en el tema de recetas, al menos los bioequivalentes puedan ser intercambiables. Sin embargo, lo de la venta en góndola veo más difícil que se apruebe” concluyó la parlamentaria de la UDI.
