Economista cuestiona costos de producción de mineras privadas

Ex integrante del directorio de Codelco Chuquicamata aduce cifras históricas para afirmar que “no se justifica que las 10 mineras privadas más grandes digan que en promedio su costo de producción se duplicó entre 2003 y 2008, y casi triplicó hasta 2012, justo desde que el precio del cobre subió en 2003”.

Ex integrante del directorio de Codelco Chuquicamata aduce cifras históricas para afirmar que “no se justifica que las 10 mineras privadas más grandes digan que en promedio su costo de producción se duplicó entre 2003 y 2008, y casi triplicó hasta 2012, justo desde que el precio del cobre subió en 2003”.

En los diarios se ven semanalmente declaraciones del Consejo Minero (que agrupa a las grandes transnacionales que explotan minerales en territorio chileno) decir que sus costos de producción habrían subido: los argumentos son “la bajada en la ley mineral” (pureza con que se encuentra el cobre, lo que obligaría a sacar más roca) o “el encarecimiento de la energía”, entre otras versiones que son reproducidas de comunicados de prensa. Tal vez usted suponga que, pese a todo lo anterior, el fisco chileno capitaliza grandes sumas en impuestos o róyalty.

José Gabriel Palma Penco (65), sin embargo, refuta esas versiones. Este doble doctor en economía (universidades de Oxford y de Cambridge) y doctor en ciencias políticas (Universidad de Sussex), quien se desempeño cono miembro del directorio de la División Chuquicamata de Codelco durante el período de la nacionalización del cobre, y renombrado por haber sido el primer latinoamericano que ha llegado a ser profesor titular de la Facultad de Economía de la Universidad de Cambridge, entrega desde Inglaterra su panorámica sobre la situación de la minería, la plata pública que está en juego, y el tejemaneje de las transnacionales para reducir utilidades y evitar el pago de tributos.

-Popularmente se habla del cobre como el ‘sueldo de Chile’. ¿Cuál es hoy la importancia de este mineral para la economía?

-El efecto del cobre en la economía chilena es multifacético, pero hay dos aspectos que son fundamentales: Su influencia en la balanza de pagos, y en la de los ingresos públicos. Si usted mira la cuenta corriente de la balanza de pagos, es decir, la suma de la balanza comercial (exportaciones menos importaciones), la balanza de rentas (intereses y dividendos) y la de transferencias (donaciones y remesas), se encuentra con que Chile, hace 6 años, tenía un excedente de 5 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB). Pero en 2012 se llegó a un déficit de casi 4 por ciento del PIB. O sea, una caída de 9 puntos porcentuales del PIB. En otras palabras, la situación de balanza de pagos, aun con el actual precio del cobre en las nubes, se ha deteriorado a una velocidad realmente impresionante. Y al mirar la cuenta corriente del primer trimestre de 2013, se ve un déficit que es casi 15 veces mayor al del primer trimestre de 2012. ¡Y todo ese deterioro con un precio del cobre aún sobre de 3 dólares la libra!

-¿Y si sigue bajando?

-Si el precio del cobre llega a bajar a 2 dólares la libra, que es algo perfectamente factible, Chile podría perfectamente tener una situación insostenible de balanza de pagos en un plazo relativamente corto, con un déficit de cuenta corriente en dos dígitos, incluso similar al del ’82, lo que forzaría un frenazo muy fuerte de la economía. ¿Cuándo va a bajar? La respuesta depende de muchos factores, pero todo indica que va a bajar, y pronto. Pero lo más probable es que eso sea el “Caballo de Troya” que este gobierno le deje al próximo. Pocas personas en el mundo afirman lo contrario — salvo Ministros de Hacienda, Presidentes de Bancos Centrales y análogos, cuyo ‘job description’ es decir lo contrario, ojalá con cara de jugador de póker. El deterioro de China, en espacial en lo financiero, y el mayor interés de los mercados financieros por especular en el casino financiero con otro tipo de activos, indican que sin duda va a bajar. En China el crédito saltó de 9 millones de millones de dólares al momento de la espectacular caída del Lehman Brothers, a 23 millones de millones hoy día -llegando a representar 221% del PIB. En otras palabras, los chinos replicaron el total del crédito del sistema financiero estadounidense en sólo cinco años. Como resultado de eso, de acuerdo a un informe de la Société Générale, la tasa del servicio de la deuda de las corporaciones chinas este año (de pagarse) podría llegar a 30% del PIB si el Banco Central continua con las altas tasas de interés recientes (destinadas a quitarle el oxigeno al sistema financiero informal —el ‘shadow banking system”—, el cual ha estado inflando las burbujas en construcción y acciones). Por su parte, el Shanghai Composite muestra una caído en el valor de las acciones del 24% desde febrero. Esto es, China puede estar cerca de lo que los economistas keynesianos llamamos el “Momento Minsky” — cuando algo gatilla a la pirámide de deuda a colapsar en si misma, por su propio peso. La consecuencia de esto la vamos a sufrir todos. Pero lo importante a entender es que aun con el precio actual del cobre, y con el Banco Central de China siendo capaz de evitar una crisis financiera, la situación de balanza de pagos en Chile ya es muy complicada. Cualquier movimiento negativo, por pequeño que sea, la puede hacer insostenible, en especial por una posible estampida del peso al dólar de especuladores extranjeros y nacionales. Siempre hay que tener presente que en situaciones como la actual, los mercados pueden moverse en forma rápida y violenta.

-¿Este precio del cobre se sustenta en una demanda real?

-No. La demanda mundial de cobre en los años recientes ha crecido sólo al 3 ó 4% al año, incluyendo a China, prácticamente el único país donde crece, ya que en los demás esta estancada o cae, en algunos fuertemente — lo que ha llevado a que China represente hoy día el 40% de la demanda mundial de cobre. Este 3 a 4% es el mismo crecimiento que hace 200 años. Y la oferta mundial de cobre ha sido perfectamente capaz de satisfacer esa demanda, tanto así que el aporte chileno a la producción mundial ha ido cayendo — y la reanudación reciente de algunas operaciones en Grasberg (Indonesia), la segunda mayor mina de cobre del mundo, la cual había parado sus operaciones después de que el colapso de un túnel mató a 28 trabajadores, va a dinamizar aún más la oferta. O sea, no hay nada nuevo ‘real’ que explique el precio del cobre en las nubes; lo que es nuevo es la transformación del cobre en un activo financiero, lo cual, por así decirlo, explica hasta tres cuartas partes del sobreprecio. Entre otras cosas, lo que hace llamativo al cobre — en un mundo en el medio de una crisis financiera global, donde Europa acaba de registrar su sexto trimestre consecutivo de caída del PIB, Japón sigue estancado y Estados Unidos apenas crece a pesar de los estímulos siderales de la Reserva Federal —, es que el cobre, con una demanda que crece al menos al 3% anual, se ha transformado en un producto ‘de resguardo’ atractivo. No es que haya escasez de cobre. Para nada. Las reservas de cobre en Londres están al nivel más alto de los últimos años, y en Shanghai son las más altas de la última década.

-¿Cuál sería un precio “real”, si tal palabra es posible?

-¿Pero qué es ‘real’ para un producto que pasó a ser en parte un activo financiero? Como nos dice Minsky, el precio de los activos financieros se determina en forma muy diferente al de los bienes y servicios. Tiene una alta relación con la liquidez, con las expectativas, con valuaciones subjetivas y la incertidumbre. El problema es que los mercados financieros están tan líquidos, tan desregulados, con tan poca imaginación, con una voracidad tan insaciable, y tan desconectados con la economía real, que los precios de una cantidad muy grande de sus activos no tienen relación alguna con los ‘fundamentos’. Por eso, es muy difícil predecir lo que va a pasar. Son mercados que artificialmente crean burbujas, para luego romperlas, y así ganar en los dos lados del ciclo. Por ejemplo, en los 12 meses a partir de septiembre 2011 el precio del hierro cayó a la mitad, para luego duplicarse en los siguientes 5, sólo para volver a caer 43% de ahí a mayo. A ver si uno de los tantos fundamentalistas de mercado en Chile explica eso —y seguro que, de hacerlo, le echa la culpa a algún gobierno. Esa volatilidad no tiene fundamento de realidad. Cualquier cosa que pase en el mundo real, se amplifica por 50, igual que las ganancias de los especuladores— y los cuentos para justificar eso. Lo único que pasó con el hierro en ese periodo fue que India cambió su política de exportación de hierro no procesado, pero como la demanda china caía en el mismo periodo, no había en realidad un desajuste fundamental; sólo histeria especulativa. Mi expectativa es que en el cobre va a pasar lo mismo que en el hierro: una tendencia fuerte a la baja, pero con grandes fluctuaciones en el camino. Por eso lo que se ha hecho en Chile, en especial pero no sólo en los recientes 3 años de crecimiento —el ajustarse a la bonanza del cobre como si ella fuese permanente y estable, y casi todo vía consumo— es irresponsable, por decir lo menos.

-¿Y Chile, como gran productor, puede incidir?

-Lo importante a entender en la determinación del precio internacional del cobre, es que el precio se decide por una cantidad de factores que son casi todos externos a Chile, y por lo tanto son nuestros costos de producción los que tienen que ajustarse al precio internacional. Si Chile usara su gran participación de mercado —mucho mayor que la de Arabia Saudita en el petróleo —para influir en el precio del cobre, el cuento seria otro. Pero no se hace —seria sacrilegio desde el punto de vista narcisista neo-liberal, donde la adoración del mercado no tiene límites (cuando a un colega le preguntaron por la crisis financiera actual, su respuesta fue que eventos como ese no son “empirically efficient”). El precio del cobre no va a dejar de caer a 2 dólares la libra, o quizás menos, tan sólo porque a ese precio varias mineras en Chile, incluyendo algunas filiales de Codelco, podrían dejar de ser rentables. Lo que hay que entender es que como el cobre pasó en parte a ser un activo financiero, en la determinación de su precio internacional, en buen romance, ahora rige la ley de Moraga (la que nos dice que el que se perjudica se perjudica)… Son las empresas las que van a tener que ajustarse a ese precio, y no al revés. El hecho de que el costo de producción esté subiendo en Chuquicamata por razones reales, va a tener muy poco que ver en el precio al que llegue el cobre, menos aún sus posibles oscilaciones. Cuando sucedió el enorme vaivén en el precio del hierro, nadie le pregunto su opinión a Vale en Brasil, a Sesa Goa en India, Zanaga en la República del Congo, IOC en Canadá, o a Rio Tinto y BHP Billiton en Australia. Con el cobre va a pasar (y ya pasa) lo mismo. Así como las empresas de hierro tuvieron que ajustarse al cambio de precio, y a su enorme incertidumbre, las cupríferas van a tener que hacer la misma cosa. No hay un piso exógeno dado por los costos de producción en Chile — menos aún cuando pocos creen la magnitud de su supuesta alza rápida y generalizada desde el 2003. Yo no la creo. En eso hay mucho de contabilidad García–Marqueana.

-En Chile, las mineras publican casi a diario informaciones sobre supuestos motivos del aumento del costo de producción.

-El costo de producción ha subido en algunos casos por razones obvias. En Chuquicamata hay un problema geológico, pues la veta se les fue hacia abajo. Pero en muchas minas privadas el aumento de costos de producción es bastante más etéreo. Creerle a las mineras privadas sus justificaciones es como creerle a un(a) acusado(a) en un juicio que es inocente, tan sólo porque el o ella dice que es inocente. Hay que mirar el detalle de la evidencia.

-Pero las mineras hablan de cosas tan concretas como la paralización de proyectos por judicialización ambiental, de las nuevas obligaciones como la ley de abandono de faenas, de la carencia de recursos humanos, y además de la baja en la ley mineral, está el costo de la energía.

-Si usted mira las cifras de Cochilco, el costo de producción de cátodos era bastante constante a 65 centavos de dólar la libra, y eso por un montón de años. Y, de repente, justo cuando en 2003 empieza a subir el precio del cobre, misteriosamente justo comienzan a subir los costos —y las 10 mineras privadas más grandes reportan que en promedio su costo de producción, después de haber estado prácticamente constante por varios años, se duplicó entre 2003 y 2008 (y casi triplicó hasta el 2011), justo cuando el precio del cobre comenzó a subir hasta las nubes en 2003. Al resto de los chilenos se nos pide que creamos que la sincronización de los dos ciclos es pura coincidencia. Este aumento tiene un alto componente virtual que reduce las utilidades contables, lo que implica menor pago de impuestos al Estado de Chile. Y resulta que no sólo los costos declarados se duplicaron en 5 años y casi triplicaron en 9, en el mismo minuto en que suben los precios del cobre, sino que también paso lo mismo con los cuentos para justificar eso. Una parte muy importante del mayor costo de producción de cobre es una ficción de las mineras privadas.

-Pero se ha dicho que la ley mineral está bajando notablemente.

-Por supuesto que una caída de la ley de mineral significa que hay que sacar más roca por cantidad de cobre, pero la tecnología de extracción, de chancado y flotación también mejora constantemente. La caída de la ley del mineral ha sido un fenómeno constante desde que Chile comenzó a exportar cobre hace un siglo y medio. Nada nuevo. Eso, para nada explica que, según Cochilco, el costo unitario de producir una libra de cátodo se haya casi triplicado en 7 años. No es creíble. Otros países también compensan la posible caída de la tasa de ganancia por los problemas de la ley del mineral, ganando más por el lado de aumentar el grado de procesamiento del mineral. A las mineras privadas en Chile nadie las obliga a exportar una parte muy importante de su producción de cobre con el mínimo posible de procesamiento local, el pobre, rudimentario y arcaico concentrado, con tan sólo un 30% de contenido de metal.

-¿Entonces?

-Por eso yo creo que la subida de costos tiene al menos tantos elementos de contabilidad virtual como real. Y hay que tener en claro que las mineras privadas en Chile no son las únicas corporaciones en el mundo que hacen malabarismos contables — al puro estilo ‘realismo mágico’. Aquí en Inglaterra se acaba de destapar un gran escándalo porque se descubrió que ni Google, Apple, Vodafone, Amazon o Starbucks pagan impuestos a la renta, pues sus contabilidades muestran ganancias impositivas mínimas. Apple, una empresa que dice ganar en promedio 400 mil dólares por trabajador que emplea en el mundo, más que Goldman Sachs, o Exxon Mobil, fuera de un impuesto mínimo que paga en Estados Unidos, según un estudio de Forbes “el holding no paga impuestos a ningún otro gobierno… Además, no reconoce tener ninguna residencia fiscal.” Según un informe del Senado de Estados Unidos, entre 2009 y 2012 Apple se las arregló ‘legalmente’ para no pagar impuestos en ese país por lo menos sobe 74 mil millones de dólares de utilidades mediante la creación de filiales en Irlanda que no tenían otro propósito que ese. ¡Es más fácil creer en el Viejito Pascuero que en los balances corporativos! Y las empresas medias y pequeñas, y el resto de los mortales tenemos que pagar más impuestos para compensar la evasión y elusión de las grandes corporaciones. En el caso del cobre, es cierto que la ley de algunos minerales está cayendo, pero la subida de costos se ha amplificado de manera contable virtual y no por razones reales. Básicamente, nadie como la minería privada del cobre ha utilizado tanto el sobre endeudamiento con filiales en paraísos fiscales para remesar utilidades bajo la forma de intereses, eludiendo impuestos. Nadie ha usado como ellos los beneficios de la depreciación acelerada. También, como varios informes lo han mostrado, es común sub-declarar el contenido de oro, plata, molibdeno y otros subproductos en los concentrados que venden a sus filiales en el extranjero — incluso el contenido de cobre del concentrado. La base del problema es que Aduana en Chile no tiene los medios para efectuar el control de la ley de los concentrados — ni siquiera de su tonelaje—, y dicho control se sub-contrata a empresas que son filiales de las mismas mineras que se deben fiscalizar, o que trabajan para ellas.

-¿Cómo es eso de que el Servicio Nacional de Aduanas subcontrata a filiales de las mismas transnacionales, o a empresas que trabajan para ellas?

-El tema de Aduanas es particularmente revelador de lo que es el ‘modelo’. Si uno exporta un lingote de cobre, es relativamente fácil saber su pureza; pero el de una tonelada de concentrado es mucho más complicado, pues puede tener un contenido de cobre entre 30% y 50%. Igual, puede tener distintos grados de humedad (el precio es el equivalente ‘en seco’). Además, la escoria no es toda basura — para nada; hay oro, plata, molibdeno, azufre, renio, selenio etc. También está el tema de que en el concentrado el cobre puede tener una variada gama de composiciones químicas. Por eso, un lingote vale un precio relativamente fácil de determinar, pero una tonelada de concentrado puede valer un monto muy diferente al de otra. Ahí, Aduanas debería tener el mecanismo para medir todo eso, pero no lo tiene, con la excuse de moda en Chile que todo debe ser ‘sub-contratarlo’. Esto se agrava porque según el Servicio Nacional de Aduanas son las mismas empresas exportadoras de concentrados las que deciden cual mineral adicional contenido en el concentrado (fuera del oro y plata) se debe declarar. Y como hay pocas empresas que pueden investigar eso, Aduanas termina subcontratando el control del contenido de cobre, oro y plata del concentrado a empresas que, a la vez, trabajan para las mismas mineras privadas, o, incluso, son filiales de ellas. ¿Conflicto de interés? ¡Ninguno! Por supuesto, como todos los economistas que se dedican a políticas publicas, además de ser consultores/directores/advisors, de grandes corporaciones/instituciones ¡we are all gentleman here! Además, como dijo un influyente personero de la derecha, con la arrogancia correspondiente, en Chile parece que hay que ir al Hogar de Cristo para encontrar personas sin conflicto de interés. Cuesta creer que Aduanas funcione de esta manera, pero es así, y no sólo pasa con en el cobre. Y eso pasa porque el cimiento de la ideología neoliberal (a diferencia diametral del keynesianismo) se caracteriza por creer que el ‘capitalismo’, entre otras cosas, consiste en tener un Estado cuyas instituciones están hechas a la medida para apoyar los intereses rentistas del gran capital, nacional o extranjero — un Estado cuya misión histórica es hacer lo que es acorde al famoso 1%, y a su compadre, el capital extranjero —, en lugar de resguardar el interés de la plebe, o incluso la eficiencia del ‘modelo’. Es el mismo principio (más la corrupción de los Chicago Boys & asociados en la privatizaciones del ’70 y ‘80) lo que llevó a regalar el agua de las lluvias y nieves a Endesa y similares (en lugar de licitar a San Isidro y el potencial hídrico del país); a regalar los derechos de pesca a los ‘usual suspects’ (en lugar de licitarlos); a aceptar que continúe un sistema de concesiones para inversión en infraestructura en el cual se asignan miles de millones de dólares sin licitación competitiva; a que no hay royalty de verdad, lo que ha permitido a la inversión extranjera, fundamentalmente minera, a sacar del país por 7 años consecutivos, bajo el concepto de ‘renta de la inversión directa’, un promedio de 19 mil millones de dólares por año, un monto que equivale a más de la mitad del total de ingresos tributarios del Estado — IVA incluido, monto que llegó a ser 1.6 veces el PIB de Bolivia y dos veces el PIB de Paraguay; y es el mismo principio ideológico por el cual se crea un sistema de pensiones y de seguros de salud como el chileno; se permite que las grandes corporaciones financien una parte importante de las campañas parlamentarias, etc., etc. Este es el mismo principio por el cual se justifica lo que en otra columna llamo ‘la piñata de los bienes públicos’. Y es la misma ideología por la cual se afirma que la enorme desigualdad que hay en Chile se debe sólo a problemas en la educación — ésta, por supuesto, no tiene nada que ver con esa piñata. Y la misma por la cual ingenuamente se cree que dentro de la camisa de fuerza que impone esa ideología, versión chilensis, al mercado caben más distribuciones del ingreso que la actual. La Concertación trató (bueno, a su manera) por 20 años y apenas logro mejorar en Gini en dos puntos porcentuales (de 0.57 en 1990 a 0.55 en 2009), y logró mejorar el índice de lo que gana el 10% más rico versus el 40% más pobre, un índice mucho más transparente, decidor y útil para políticas públicas, apenas de 3.5 veces a 3.4, respectivamente. Y eso en 20 años de (supuestamente) intentar. A esa velocidad, quizás en el próximo milenio Chile será un paradigma de igualdad. Por eso, con un Estado de esta naturaleza y una piñata pública de esta magnitud, una sin precedentes en nuestra historia contemporánea, hasta ahora ha hecho poca diferencia si ese Estado es manejado por la Concertación o la Alianza. Veremos que viene para adelante. La historia es harto más imaginativa que la mente humana.

-¿Cómo lo hace Google y las otras que mencionó para reducir u ocultar utilidades?

-Aquí en Europa la que está más de moda para hacer desaparecer las utilidades, y no pagar impuestos a la renta, a-la-Harry Potter, se llama el “double Irish con un sándwich holandés”, para así explotar las franquicias tributarias de esos países y el Caribe. Es una técnica que implica el uso de una combinación de filiales irlandesas y holandesas para transferir las ganancias a jurisdicciones donde no pagan impuestos a la renta. En términos generales, el mecanismo implica transacciones virtuales con una sociedad irlandesa, la que a su vez hace lo mismo con una empresa holandesa, la cual vuelve a operar con una segunda compañía irlandesa, cuya sede está en un paraíso fiscal, generalmente Las Bahamas. Por tanto, se requieren dos compañías en Irlanda —el “doble irlandés” —, y una en el medio en Holanda — “el sándwich holandés”. Y eso es perfectamente legal, también en Chile. En este paraíso terrenal neo-liberal, las grandes corporaciones, incluidas las mineras privadas en Chile, pagan impuesto a las utilidades como si fuese un ‘optional extra’. Como ya dijeron los estudiantes en Chile, y dice ahora un millón de brasileros hoy en la calle, y dice el croupier, ¡no va más!

-¿Qué se hace ante esto?

-Claramente, lo que hay que hacer es tanto poner un poco de orden en la contabilidad de las mineras privadas, al igual que en las otras corporaciones que operan en Chile, nacionales y extranjeras, como hacer cambios legislativos que terminen con la piñata de los bienes públicos. Pero poco o nada se habla de eso ahora en Chile en el debate actual sobre posibles reformas tributarias. Como en el Chicago de Al Capone en los ’30, hoy día en Chile también tenemos “intocables”…

-Usted dijo que el otro tema importante para entender la importancia del cobre es el ingreso público.

-Es que no solamente la cuenta corriente de la balanza de pagos se ha deteriorado en forma inquietante, por decir lo menos; eso también está pasando en los ingresos públicos. Si usted mira las cuentas fiscales desde el año 2005, los ingresos tributarios ‘por cobre bruto’, como porcentaje de los ‘ingresos tributarios netos’ cayeron de un máximo del 34% en el tercer trimestre del 2006, a un 11% en el primer trimestre de 2012, y a menos de un 1% en el del 2013. No hay que ser un erudito en la “Dismal Science” —o “Ciencia Lúgubre”, como un historiador victoriano llamo a la Economía —para darse cuenta que esta tendencia, como la de la balanza de pagos, no son sostenibles, aun en el poco probable escenario en el cual precio del cobre continúa en su nivel actual de más de 3 dólares la libra. Si a este precio, que tiene poco o nada que ver con los ‘fundamentos’ actuales de la economía mundial ‘real’, ya estamos con un déficit de cuenta corriente de más del 4% del PIB, y con un cobre que ya prácticamente no contribuye directamente a las arcas fiscales, ¿se imaginan lo que va a pasar si el precio baja a 2 dólares la libra, o menos? Y si el precio baja, no deberíamos extrañarnos en demasía si las mineras privadas empiezan a pedir subsidios, como los salmoneros —como ya quedó evidente en la actual crisis financiera global, los neoliberales son los peores fundamentalistas de mercado cuando ganan plata, pero los peores ‘estatistas’ cuando la pierden…

Pobre ex colega mío en Cambridge, el gran y único John Maynard Keynes: ¡Se debe estar dando vueltas en su tumba de pura rabia! Cómo se usa su nombre en vano para justificar la mantención de dinosaurios financieros en cuidados intensivos —a costa del resto de los mortales que tenemos que pagar impuestos para ese subsidio astronómico. En suma, hoy ya tenemos una cuenta corriente que se deteriora a niveles que pronto serán insostenibles, y un sector público que ya ha perdido casi la totalidad de los ingresos brutos del cobre. Y si el precio del cobre cae, o si cae con fuertes fluctuaciones, como en el caso del hierro, lo cual es lo más probable, como se dice popularmente en Chile, que nos pille confesados —y con pocas deudas y los ahorros en dólares.-





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