Lea aquí una entrevista a Fernando Castillo Velasco
Fernando Castillo Velasco destacó en la política y en el mundo universitario, pero fue la arquitectura la disciplina que escogió como primera vocación en 1937 al ingresar a estudiar a la Universidad Católica, en la facultad que luego lo acogió como fue profesor.
Fue desde la arquitectura también que dejó una estampa en la ciudad de Santiago con obras “de gran formato” que proyectó en la oficina que estableció con sus colegas Héctor Valdés, Carlos García Huidobro y Carlos Bresciani.
La Villa Portales, el conjunto Matta-Viel, el edificio de la ex Universidad Técnica del Estado (actual Usach), parte de la Remodelación San Borja y las Torres de Tajamar forman parte de ese legado, al que se deben sumar trabajos en otras regiones: la piscina de Rocas de Santo Domingo; las poblaciones Ex Estadio y Chinchorro, el casino y el estadio Carlos Dittborn en Arica; y hosterías en Chañaral y San Felipe.
Reconocido con el Premio Nacional de Arquitectura en 1983, Castillo Velasco es catalogado como un “moderno” e “innovador” en su labor como arquitecto. Así lo calificó, por ejemplo, el presidente del Colegio de Arquitectos, Sebastián Gray, quien distinguió dos periodos en su carrera: “La primera es su etapa de oficina con Bresciani, Valdés y Huidobro, que dura hasta el golpe de Estado. La segunda es como arquitecto más bien independiente, una vez que regresó del exilio, en que se dedicó a algo que tenía que ver también con sus convicciones personales, que es la vida en comunidad. Desarrolló modelos de vivienda que además eran modelos de gestión y que terminaron siendo lo que hoy conocemos como las famosas comunidades Castillo Velasco, conjuntos de casas de ladrillo, muy austeras, pero con mucha arquitectura, mucho valor agregado”, dijo.
Fernando Pérez, ex decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica y actual jefe del doctorado de Arquitectura y Estudios Urbanos de esa casa de estudios, explicó que Castillo Velasco y sus compañeros destacaron en un movimiento modernista que también incluye a Mario Pérez de Arce, Alberto Cruz y Emilio Duhart, entre otros.
De acuerdo al especialista, autor del libro Bresciani, Valdés, Castillo, Huidobro (2006), el trabajo de la oficina marcó un antes y un después: “El aspecto exterior del cambio es que surgen edificios que acogen nuevas tecnologías y se despojan de una decoración tradicional, exhiben sus materiales. En otros aspectos, es una arquitectura que aspiraba a intervenir en la vida social, que aspiraba a hacer una nueva ciudad, lo que se expresa en muchísimos planos: desde el cambio en la enseñanza de la arquitectura hasta la forma que tienen los edificios y el surgimiento de grandes políticas de vivienda o reforma urbana. Todo eso es un movimiento que se va desarrollando durante la segunda mitad del siglo XX”, indicó.
Entre esas iniciativas de vivienda se encuentra la Villa La Reina, levantada por sus propios vecinos cuando Castillo Velasco se convirtió en 1964 en el primer alcalde de esa comuna.
Según Fernando Pérez, “la Villa La Reina representa un momento de la historia de la vivienda en Chile que es la autoconstrucción, que fue muy importante en los ’60. A través de la Villa La Reina e involucrando incluso a antiguos alumnos de la Universidad Católica, él planeó hacer una población autoconstruida de calidad. Creo que debe ser uno de los mejores ejemplos que se conservan”.
CMNcasos Unidad Vecinal Portales from Consejo de Monumentos Nacionales on Vimeo.
Articular y relacionar su labor como arquitecto con su actividad social, política y académica es una de las virtudes en la que coinciden los especialistas al hablar de Castillo Velasco. “Es una mezcla que muy pocos pueden exhibir en Chile”, afirmó Fernando Pérez.