Negativa fue la calificación entregada por el Departamento de la Evaluación de la Ley de la Cámara de Diputados, a la aplicación de la Ley 20.348 que resguarda el derecho a la igualdad de remuneraciones entre hombres y mujeres en nuestro país. En el informe se reiteró que, pese a la puesta en marcha de la ley, las mujeres siguen ganando –en promedio- un tercio menos que sus pares realizando la misma función.
A casi cuatro años de su promulgación, el Comité encargado de fiscalizar el ejercicio de las leyes, determinó que en materia de igualdad laboral tanto en lo salarial como en los derechos, poco o nada se ha avanzado en el país.
La ausencia de políticas sectoriales, de capacitaciones y la necesidad de un cambio cultural que empuje la aplicabilidad de la normativa, son los puntos donde Viviana Paredes, subdirectora del Servicio Nacional de la Mujer (Sernam) centró las propuestas de trabajo en el corto y mediano plazo.
En este sentido, la autoridad de gobierno señaló que “esto más allá de la aplicación de la ley requiere un cambio cultural y un cambio en la vida laboral de nuestro país y eso parte desde la educación, es decir, que las mujeres y los hombres se formen entendiendo que son iguales en posibilidades y oportunidades, que pueden estudiar las mismas carreras, que se pueden desarrollar en los mismos espacios y para eso tenemos desde los niños tenemos que enseñarles que las mujeres pueden trabajar en Minería y en la Electricidad y que los hombres también pueden trabajar en lo doméstico y en lo privado”.
Es que en las cifras que sustentan el informe, el documento que años atrás modificara el Código del Trabajo con el fin de resguardar los derechos de igualdad entre hombres y mujeres que cumplieran las mismas funciones, obligando a aquellas empresas de más de 200 trabajadores a establecer un registro en el que se consignaran los diversos cargos o funciones de la empresa para ponerla en práctica, ha sido prácticamente letra muerta.
Para Andrea Betancor, Directora de Estudios de Comunidad Mujer, estos números solo confirman una realidad conocida por todos: La ley no sirve, debido a que las políticas de fiscalización atañen a tan sólo el 15% del emprendimiento nacional.
En esa línea, la investigadora explicó que “En la práctica hay muy poco avance porque finalmente todo lo que propone esta ley, todos los procedimientos que se proponen son muy difíciles de llevar adelante. El hecho de que sólo es efectiva para empresas con más de 200 personas, eso es el 15% de las empresas en todo el país y estamos hablando de un universo muy pequeño de trabajadores a los cuales se les aplica esta ley. Para la gran masa de trabajadores, que están entre el 80% y 90% de los trabajadores esta ley no les compete”.
Teresa Valdés del Observatorio de Género y Equidad, dijo que mientras no se avance en equiparar las funciones asociadas al cuidado infantil, modificando artículos de otras leyes, las posibilidades de acción de esta iniciativa serán limitadas.
Por esto, la experta en temas de Género señaló que “es muy difícil que avance, si no hay una reforma de otras leyes, principalmente lo que hace al cuidado infantil, al cuidado de los hijos, porque si tu colocas que el derecho a sala cuna sea de hombres y mujeres y se va estableciendo la igualdad en otros planos, entonces también en el mercado se va a dar la situación de que las mujeres no tienen por qué ser más caras, y por lo tanto, no hay por qué pagarles más barato y en definitiva les pagan menos, porque se presume que la diferencia es para el riesgo de la maternidad de la mujer”.
Para la socióloga, es importante también dejar de pensar que las mujeres son el segundo sueldo de la familia y olvidarse de la idea de que “como género” se negocia mal, criticando fuertemente el accionar privado de la denuncia de discriminación, reemplazándolo por un alcance público de la demanda.
En cuanto a números, la cantidad de mujeres que ganan menos del sueldo mínimo doblan a los sus pares masculinos, situación que se invierte en razón de 3 a 1 en salarios superiores al millón de pesos. Pablo Lorenzini (DC), presidente del Departamento de Evaluación de la Ley señaló que ésta es una de las principales falencias de la iniciativa, y que para ir avanzando, se debería por ejemplo, abogar por la confidencialidad de las denuncias de discriminación salarial.
En este ámbito, el diputado de la DC indicó “confidencialidad en el reclamo, incentivo a las empresas para que efectivamente quienes cumplan o se acerquen tengan un premio, más presupuesto a los organismos de gobierno que tienen que realizar la fiscalización -más fiscalización- y por otro lado más conocimiento de la ley también a organizaciones ciudadanas recursos para que den a conocer en todo el país los objetivos de esta ley, que existe, y que se reclame cuando no se cumple”.
Luego de revisar el contenido de la evaluación, la diputada gremialista María José Hoffman (UDI) comentó que es necesario solucionar asuntos cotidianos como generar mayor conocimiento de la iniciativa y ampliar las soluciones no sólo a los salarios, sino también a los derechos y al conocimiento e integración de los roles que las mujeres desempeñan, más allá de sus trabajos.
En esa perspectiva, la parlamentaria oficialista indicó que “si me preguntas cómo podemos avanzar en igualdad desde el Congreso Nacional, yo te diría nosotros ganamos lo mismo, pero te diría que quizás las correcciones van desde lo cotidiano más que desde las grandes razones. Un poco asumir con simpleza y con sencillez que quizás tenemos que dar ese primer paso desde las cosas más sencillas y cotidianas para poder avanzar ya hacia lo que queremos”.