La Escuela de las Américas, que durante décadas funcionó en Panamá, nació en 1946, en plena Guerra Fría, en el marco de la llamada doctrina de seguridad nacional, instalada desde el Pentágono en la oficialidad de todo nuestro continente.
En ella se enseñaba que era deber de las Fuerzas Armadas, combatir al “enemigo interno”, como se calificaba a quienes propugnaban posiciones socialistas o comunistas.
Con la caída de los llamados socialismos reales y debido a presiones internas, la Escuela de las Américas se trasladó a Estados Unidos, cambiando su nombre por el de Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación de Seguridad.
Pese a esto, organizaciones de Derechos Humanos de todo el continente insisten en que sigue siendo un centro de formación ideológica de militares, recordando que quienes participaron en el intento de Golpe de Estado contra el mandatario venezolano Hugo Chávez en 2002 o en el derrocamiento del Presidente hondureño Manuel Zelaya, en 2009, se graduaron en este instituto.
Chile es uno de los pocos países del continente que sigue enviando oficiales a esta escuela, pese a que en 1996 se dieron a conocer manuales que abogaban por el uso de la tortura, la extorsión y la ejecución.
La abogada de Derechos Humanos, Alejandra Arriaza, dijo a Radio Universidad de Chile que esto es una verdadera vergüenza “Chile es el segundo país que tiene mayor cantidad de oficiales y suboficiales con vida instruidos en esta escuela, año a año la Escuela Militar envía incluso cursos completos a los Estados Unidos para que reciban instrucción”.
El diputado Sergio Aguiló, además de mostrarse muy alegre por la iniciativa de los congresistas, aseveró que “a los gobiernos chilenos les ha faltado coraje, para seguir los pasos de la gran mayoría del continente, que ya no manda soldados a esta polémica academia militar”.
Por su parte, el analista internacional, Pablo Jofré, destacó que esta discusión al interior del congreso de los Estados Unidos, es muy positiva, sobre todo por la posibilidad de investigar el papel que aún juega esta escuela en la política internacional de esa potencia respecto de Latinoamérica.
“Hay dos elementos esenciales, primero que hay congresistas norteamericanos que piden el cierre de esta escuela que ha servido para impulsar golpes de Estado en Latinoamérica y al mismo tiempo, que se solicite investigar los vínculos de entrenamiento que esos militares han tenido con violaciones a los Derechos Humanos”, agregó Jofré.
Entre los egresados de la Escuela de las Américas se puede nombrar a Manuel Contreras de Chile o el ex dictador Boliviano, Hugo Banzer.
La Escuela de las Américas, que durante décadas funcionó en Panamá, nació en 1946, en plena Guerra Fría, en el marco de la llamada doctrina de seguridad nacional, instalada desde el Pentágono en la oficialidad de todo nuestro continente.
En ella se enseñaba que era deber de las Fuerzas Armadas, combatir al “enemigo interno”, como se calificaba a quienes propugnaban posiciones socialistas o comunistas.
Con la caída de los llamados socialismos reales y debido a presiones internas, la Escuela de las Américas se trasladó a Estados Unidos, cambiando su nombre por el de Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación de Seguridad.
Pese a esto, organizaciones de Derechos Humanos de todo el continente insisten en que sigue siendo un centro de formación ideológica de militares, recordando que quienes participaron en el intento de Golpe de Estado contra el mandatario venezolano Hugo Chávez en 2002 o en el derrocamiento del Presidente hondureño Manuel Zelaya, en 2009, se graduaron en este instituto.
Chile es uno de los pocos países del continente que sigue enviando oficiales a esta escuela, pese a que en 1996 se dieron a conocer manuales que abogaban por el uso de la tortura, la extorsión y la ejecución.
La abogada de Derechos Humanos, Alejandra Arriaza, dijo a Radio Universidad de Chile que esto es una verdadera vergüenza “Chile es el segundo país que tiene mayor cantidad de oficiales y suboficiales con vida instruidos en esta escuela, año a año la Escuela Militar envía incluso cursos completos a los Estados Unidos para que reciban instrucción”.
El diputado Sergio Aguiló, además de mostrarse muy alegre por la iniciativa de los congresistas, aseveró que “a los gobiernos chilenos les ha faltado coraje, para seguir los pasos de la gran mayoría del continente, que ya no manda soldados a esta polémica academia militar”.
Por su parte, el analista internacional, Pablo Jofré, destacó que esta discusión al interior del congreso de los Estados Unidos, es muy positiva, sobre todo por la posibilidad de investigar el papel que aún juega esta escuela en la política internacional de esa potencia respecto de Latinoamérica.
“Hay dos elementos esenciales, primero que hay congresistas norteamericanos que piden el cierre de esta escuela que ha servido para impulsar golpes de Estado en Latinoamérica y al mismo tiempo, que se solicite investigar los vínculos de entrenamiento que esos militares han tenido con violaciones a los Derechos Humanos”, agregó Jofré.
Entre los egresados de la Escuela de las Américas se puede nombrar a Manuel Contreras de Chile o el ex dictador Boliviano, Hugo Banzer.
La Escuela de las Américas, que durante décadas funcionó en Panamá, nació en 1946, en plena Guerra Fría, en el marco de la llamada doctrina de seguridad nacional, instalada desde el Pentágono en la oficialidad de todo nuestro continente.
En ella se enseñaba que era deber de las Fuerzas Armadas, combatir al “enemigo interno”, como se calificaba a quienes propugnaban posiciones socialistas o comunistas.
Con la caída de los llamados socialismos reales y debido a presiones internas, la Escuela de las Américas se trasladó a Estados Unidos, cambiando su nombre por el de Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación de Seguridad.
Pese a esto, organizaciones de Derechos Humanos de todo el continente insisten en que sigue siendo un centro de formación ideológica de militares, recordando que quienes participaron en el intento de Golpe de Estado contra el mandatario venezolano Hugo Chávez en 2002 o en el derrocamiento del Presidente hondureño Manuel Zelaya, en 2009, se graduaron en este instituto.
Chile es uno de los pocos países del continente que sigue enviando oficiales a esta escuela, pese a que en 1996 se dieron a conocer manuales que abogaban por el uso de la tortura, la extorsión y la ejecución.
La abogada de Derechos Humanos, Alejandra Arriaza, dijo a Radio Universidad de Chile que esto es una verdadera vergüenza “Chile es el segundo país que tiene mayor cantidad de oficiales y suboficiales con vida instruidos en esta escuela, año a año la Escuela Militar envía incluso cursos completos a los Estados Unidos para que reciban instrucción”.
El diputado Sergio Aguiló, además de mostrarse muy alegre por la iniciativa de los congresistas, aseveró que “a los gobiernos chilenos les ha faltado coraje, para seguir los pasos de la gran mayoría del continente, que ya no manda soldados a esta polémica academia militar”.
Por su parte, el analista internacional, Pablo Jofré, destacó que esta discusión al interior del congreso de los Estados Unidos, es muy positiva, sobre todo por la posibilidad de investigar el papel que aún juega esta escuela en la política internacional de esa potencia respecto de Latinoamérica.
“Hay dos elementos esenciales, primero que hay congresistas norteamericanos que piden el cierre de esta escuela que ha servido para impulsar golpes de Estado en Latinoamérica y al mismo tiempo, que se solicite investigar los vínculos de entrenamiento que esos militares han tenido con violaciones a los Derechos Humanos”, agregó Jofré.
Entre los egresados de la Escuela de las Américas se puede nombrar a Manuel Contreras de Chile o el ex dictador Boliviano, Hugo Banzer.
