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Roxana Miranda: “El desprecio que me están haciendo es el que siempre le han hecho al pueblo”

Para Roxana Miranda, su sello popular es lo que la diferencia de todos los otros candidatos a La Moneda. Invisibilizada por los medios de comunicación, la tercera mujer candidata a la presidencia califica como revolucionario e histórico el hecho de que sea una pobladora quien aspire a convertirse en Presidenta. "Por primera vez estamos poniendo la voz de miles de chilenos en espacios a los que nunca íbamos a llegar", destaca.

Oriana Miranda

  Lunes 19 de agosto 2013 20:35 hrs. 
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No es rubia, no es hija de militares. De padre obrero y madre modista, Roxana Miranda, candidata presidencial del Partido Igualdad, nació en Buin y vivió toda su vida en una población de San Bernardo, junto a sus tres hermanos.

Su padre murió cuando ella tenía 6 años, en 1982. Pese a la dificultad de crecer sin un padre, en plena dictadura, Roxana valora los momentos más duros de su vida, calificándolos como “las armas que me permiten estar parada en estas elecciones”.

“Todo lo que me pasó desde niña, todas las carencias que tuve, son las mejores espadas para defenderme de todos estos que pretenden decirme que hicieron las cosas bien. Si les mintieron a mis abuelos, a mis padres y me mintieron a mí, no me vengan con que ahora van a cambiar las cosas. Esas son mis mejores armas, haber sufrido todo lo que me tocó sufrir en este sistema desgraciado que nos perjudicó a muchos chilenos. Porque mientras algunos luchaban por la democracia, otros estábamos luchando por un pedazo de pan”, sostiene.

¿Qué fue lo que la motivó a presentar su candidatura presidencial?

Ni en los mejores sueños me imaginé ser candidata a la presidencia. Es una tremenda responsabilidad lo que estamos afrontando como Partido y como proyecto revolucionario, no es menor esta coyuntura electoral y por supuesto lo tomamos como un desafío. Hasta ahora lo único que han hecho es mentirnos y defraudarnos, nosotros no podemos hacer lo mismo.

¿Nace del descontento, entonces?

Más que del descontento, de la posibilidad. Los nunca, los nadie, los de abajo como decimos nosotros, primero no teníamos partido. Siempre hemos sido instrumentalizados, siempre ocupan a nuestra gente para la coyuntura electoral y ahí te buscan como candidato o te inscriben, como estábamos hablando antes. Por primera vez los pobres de Chile, el pueblo chileno tiene su propia herramienta política, que le permite autonomía. Y nosotros dijimos, si tenemos nuestra propia herramienta política, ¿por qué no presentar una candidatura presidencial, si tenemos el mismo derecho que cualquiera? Y ahí nace ese atrevimiento, porque sentimos nosotros que es un atrevimiento lo que estamos haciendo, a este sistema capitalista, al duopolio político que tienen todo prácticamente cocinado y llegamos, vulgarmente, a mearles el asado.

Para estas elecciones presidenciales hay muchas candidaturas fuera de pacto. ¿Cuál es la diferencia entre todas ellas y su propuesta?

Hay hartas diferencias entre los candidatos. La primera es que yo tengo Ficha de Protección Social y ninguno del resto de los candidatos la tiene. Soy pobladora de una comuna pobre de Chile y ninguno de ellos vive en una comuna de la periferia de Santiago. Yo pertenezco a la casta más pobre de este país. No soy economista, no soy doctora, no fui a la universidad. Entonces, en esas cosas tan simples para algunos pero tan potentes en esta candidatura, se marca la diferencia. Porque yo soy producto de este sistema capitalista, soy víctima de este sistema. No me estoy victimizando, esos son dos conceptos distintos. Pero sí soy víctima de este sistema así como miles de chilenos que estamos siendo perjudicados y ahí radica la gran diferencia entre otros candidatos. Yo hablo del Chile real, de lo que nos pasa al subirnos a una micro, al ir al consultorio, de lo que pasa cuando te pisotean con tus derechos básicos, ese es el Chile al cual yo represento. Al Chile al que le faltan los dientes, que le falta pan, al Chile al que muchas veces no le alcanza para llegar a fin de mes y se tiene que estar endeudando en una casa comercial y que te den un avance en efectivo, de ese Chile soy yo. Y ahí está esa diferencia con el resto de los candidatos. A ellos no les falta el pan en la mesa. Ni siquiera pasa por sus mentes lo que significa para mucha gente que no tiene. No se imaginan porque no les falta el gas, todos los días se bañan con agua caliente y tienen pancito en la mesa, siendo que hay muchos chilenos que no lo tenemos. Esa es la gran diferencia de nuestra candidatura. Y no son matices, son diferencias enormes.

Esa característica “popular” de su candidatura. ¿Es una ventaja o le ha jugado en contra?

La parte mala es el prejuicio, que me han descalificado. Pero, ¿sabes qué? Esa parte mala la hemos dado vuelta porque, en el fondo, el desprecio que me están haciendo a mí es el desprecio que por historia le han hecho al pueblo. Eso refleja su esencia, el despreciarme como candidata, que no me den ventana mediática, que me bajen de muchas pautas. Y hoy día ese desprecio se palpa, se nota. Lo bueno es que por primera vez estamos poniendo la voz de miles de chilenos en estos espacios a los que nunca íbamos a llegar, nunca. Por primera vez estamos ahí, de igual a igual. Decirle a estos conglomerados políticos y a toda esta gente que a pesar de que ellos pasaron por tremendas universidades, a pesar de que tuvieron lucas desde que nacieron, yo me pongo de igual a igual a ellos. Y eso ha sido lo más positivo, que la voz nuestra por primera vez está sonando y les está doliendo lo que estamos diciendo: ustedes no nos representaron, ustedes hicieron lo que quisieron con nosotros y aquí estamos. A pesar de que ellos intentaron eliminar a mucha gente que quería cambiar esta sociedad, igual quedó la semilla y las ideas no las asesinaron. Nosotros por supuesto que no íbamos a dejar de participar de esta coyuntura, porque es clave hoy día decirles en su cara lo que ellos son, a quienes representan y, por supuesto, que nosotros ya no les creemos, a ninguno de ellos.

La “Nueva Pillería”

¿Qué impresión tiene respecto de sus rivales de la Concertación y la Alianza, Michelle Bachelet y Evelyn Matthei? ¿Existe la nueva mayoría y la “centro derecha popular”, a la que aludió la UDI en la campaña de Pablo Longueira?

La Nueva Mayoría existe porque hablar de Concertación ya era… Entonces ellos, como una forma de embobar a la gente que no sabe, se ponen Nueva Mayoría y es como… un lavado de imagen, lavado de carita, que es lo que acostumbran. La Nueva Mayoría para nosotros es un disfraz y lo hemos dicho en varias oportunidades, para mí es como Halloween, se disfrazan, se ponen máscaras. Son los mismos, que están tratando de ponerse la chaqueta al revés, ponerse los calcetines para el otro lado a ver si pasan piola. Y no solamente en el nombre, además están hablando como nosotros, hablando de asamblea constituyente, de cambiar las AFP, no, están hablando espectacular. Pero nosotros ya sabemos, si tontos no somos, somos pobladores pero no tontos. Sabemos dónde está apuntando esta Nueva Pillería, como le pusieron por ahí en Facebook y que me parece que es el nombre adecuado, la Nueva Pillería. Y en cuanto al bloque de la derecha y la “centro derecha popular”, esta derecha oficialista que también se quiere poner su nombre popular, Evelyn Matthei se está subiendo al Transantiago, no sé quién le prestó la tarjeta. Es ridículo, pero es lo que tienen que hacer, en el fondo, para lograr adherentes, porque no tienen otra fórmula. Es un chiste, a mí me gustaría que por un periodo largo ella se fuera a vivir a mi población y yo me fuera a vivir a su mansión, para que vea la diferencia. Y chuta, andaría con el pelo teñido, me estarían arreglando, a lo mejor me estarían haciendo masajes. No sé, sería interesante que cambiáramos realidades por un ratito y ahí va a terminar depresiva. Otra más que se va a caer. No, es un chiste, un circo, ellos tienen que disfrazarse con otros nombres para lograr el propósito que les encomendó el empresariado: seguir haciendo y deshaciendo con los derechos de la gente, todo en favor de las transnacionales, de los capitalistas, de los generales.

Hablaba de la Nueva Mayoría o Nueva Pillería, de que ya no se les cree y son siempre los mismos. Sin embargo, Michelle Bachelet logró una alta votación en las primarias. ¿Cómo se explica eso?

La gente les va a creer, ellos ya están en las poblaciones entregando cajas de mercadería, le están entregando lentes a la gente, les están arreglando los dientes a las vecinas, pagando las cuentas de la luz. Están comprando votos, con clientelismo a gran escala, nosotros sabemos que están en eso y es por eso el apoyo que tienen, pero no es porque la gente sienta el compromiso. Es porque los tienen acostumbrados. Yo doy esto, pero inmediatamente tienes que firmar el contrato con el diablo, o con las diablas en este caso.

A propósito de las primarias, los candidatos fuera de pacto fueron bastante críticos de este proceso, ya que a su juicio propiciaba la invisibiliazción de quienes no participaban de ella. ¿Continúa operando esa invisibilización? ¿Cómo y por qué?

Eso continúa y va a continuar, yo creo. Los parlamentarios se sentaron, legislaron y le dieron minutos televisivos y plata para que hicieran esta franja estos dos bloques. Imagínate lo que te estoy diciendo, se sentaron a legislar para que ellos tuvieran más tiempo mediático. Pero no se sientan a legislar para resolver los problemas que hemos denunciado por años. Entonces, uno sabe que va a estar difícil la cosa. Eso permitió poner el broche: acá hay dos candidatas y no más, olvídense del resto. Y lo siguen haciendo con la tercera candidata: yo, Roxana Miranda, no existo. Solo hay dos candidatas, las dos rubias, las dos blanquitas, las dos hijas de generales. Eso continúa y bueno, nosotros sabemos que no va a ser fácil, lo sabíamos cuando iniciamos esto, sabíamos que iban a responder con clientelismo a gran escala en las poblaciones, que iban a hacer cualquier cosa porque yo no esté con Bachelet ni con la Matthei en ningún debate.

Se estaban proponiendo debates entre las dos, incluso uno en cada región.

Sí, solo las dos, como si no hubiesen más candidatos. Eso ya no es responsabilidad nuestra, es responsabilidad del pueblo chileno que se levante a exigir lo que corresponde por derecho. Si aquí hay diez candidatos, los diez tienen que estar, no se puede seguir permitiendo que no estemos porque eso es seguirnos pisoteando, en un proceso que debería ser más democrático. ¿Cuál es el temor que nos tienen? ¿Cuál es el temor que le tienen a esta vieja, que no tiene idea de economía, según ellos, que no tiene idea de política? Ellos me podrían dejar en ridículo, entonces, ¿por qué no se atreven a hacerlo? ¿O temerán que sea al revés, que la que no sabía nada al final termina sabiendo más que ellos mismos? Nosotros esperamos que eso se revierta y bueno, haremos las presiones que sean necesarias, con movilización, si habrá que hacer presentaciones judiciales en los tribunales, las haremos. Buscaremos todas las instancias, intentaremos que esto salga al exterior, que sean presiones de distintos lados que obliguen a esta prensa, que tampoco nos representa, a exigir visibilidad, que es lo que corresponde.  Ahí veremos cómo revertimos el escenario, aunque sea tomándonos los canales de televisión. Estamos dispuestos a todo eso, a esa disputa por una ventana mediática, solo por el espacio.

La universidad de la calle

¿En qué se traduce, en la práctica, el lema de su campaña: “Que el pueblo mande”?

Que el pueblo mande significa que nosotros le vamos a entregar el poder al pueblo. Que la gente se empiece a empoderar, el control popular de las organizaciones. Nosotros hablamos, por un lado, de recuperar los recursos naturales, ¿pero para que el empresario siga administrándolos? No, nosotros decimos recuperar lo que se nos ha quitado para que sea la ciudadanía, el pueblo chileno, quien se apodere, se apropie y controle. Que el pueblo mande significa que el pueblo se empodere, controle, elabore su propia Constitución, eso es.

Que deje de ceder la representación en otras personas.

Exacto. Lo que pasa es que nos adoctrinaron a que todo tenía que venir cortadito. A que uno tiene que esperar lo que le llega y eso se vota. Nosotros estamos diciendo hoy día que queremos un pueblo con soberanía. Que la gente sienta que es responsable de lo que está pasando. Este proceso es más allá de esta coyuntura electoral. Nosotros iniciamos un proceso de empoderar a la gente y sabemos que no va a ser fácil ni va a ser en este periodo, es un proceso largo que dura más de cuatro años pero nosotros queremos iniciarlo. Y ya lo iniciamos hace 500 años. Hoy día necesitamos retomar eso que se inició. Nos mantuvieron dormidos, nos mantuvieron ahí, acorralados, pero hoy día nosotros estamos rompiendo cadenas, rompiendo puertas, abriendo las grandes avenidas para que nuestra gente empiece a salir. Ese vientecito nuevo tiene que empezar a llegar a las casas. Hoy día no hay muchos lugares donde la gente se pueda reunir y hablar de política, todo es la teleserie y el reality, para que la gente no se organice. Eso es lo que nosotros tenemos que cambiar.

Otro periodo histórico en el que la gente empezó a organizarse se vio abruptamente interrumpido por una dictadura de 17 años. ¿Eso también tendría que ver con lo adormecida que está la gente hoy?

Sí, estamos a 40 años de que se nos quitó el derecho soñar. Eso se nos quitó. Y se nos puso una vacuna en la que había que dormir 40 años. Hoy día la gente está despertando de esa vacuna de susto, de miedo, de temor de muerte. Esas semillitas que quedaron por ahí repartidas están de nuevo sacando sus hojitas, sus brotes. En el fondo eso es lo que refleja esta candidatura. Por primera vez una vieja común y corriente, una pobladora de Chile es candidata a la presidencia. Eso es un hecho histórico. Por primera vez en Chile somos las mujeres pobres, de la clase trabajadora, con una candidatura a la presidencia. Ahí es donde radica esa cosa revolucionaria, porque nosotros decimos que haber salido con las ollas a la calle a defender un derecho, eso es revolucionario. Estar soñando con ser presidenta es revolucionario. Y no nos estamos poniendo las trancas nosotros, los prejuicios están poniendo las trancas. Somos choros por naturaleza. Es el sistema capitalista el que nos tiene convencidos de que el que habla bonito es el que la lleva, el que está en la mejor universidad es el que la lleva. Y nosotros decimos que no es así. Quienes han hecho el daño en nuestro país no fuimos nosotros, los que no sabíamos, fueron los que sabían: economistas, ingenieros, doctores. Ellos son los que vendieron nuestro país, lo han contaminado, los que nos tienen como nos tienen. Ahí está la esencia de este proceso de llegar a La Moneda sin saber lo que ellos creen que deberíamos saber. Yo confío en la sabiduría popular. La mejor universidad es la universidad de la calle, de la experiencia, de lo que transmiten nuestros abuelos y lo que transmitieron nuestros ancestros. Ahí está la sabiduría.

¿Chile está preparado para tener el nivel de organización popular que describe su candidatura?

Está preparado, pero no está con la conciencia de que lo está. Porque si nosotros abriéramos solamente un par de ventanitas mediáticas y tuviéramos la posibilidad de llegar a más gente, ahí nos daríamos cuenta de que estamos preparados. Tenemos la tremenda capacidad de hacer ese proceso. Lo mismo con la candidatura. Si nosotros hubiésemos creído que el que sabía podía ser presidente, no estaríamos en esta. Yo creo que tenemos las capacidades pero tapadas, ocultas. Solo falta sacudir el polvo un poco y estoy segura de que todos sabíamos lo que hay que hacer, dónde hay que ir y cuándo. Es un proceso de años, lo que no significa que no lo vamos a hacer. Lo que yo estoy soñando hoy día no lo voy a disfrutar yo y a lo mejor ni siquiera mis hijos. Pero alguien va a disfrutarlo, estoy segura.

Existen muchas demandas ciudadanas para mejorar las actuales condiciones del país: reforma tributaria, nueva constitución, educación gratuita, renacionalización de los recursos naturales, reivindicación del pueblo mapuche. ¿Cuál de ellas es más urgente implementar?

¿En la eventualidad de que seamos gobierno? El cambio inmediato a la Constitución. Porque de ahí radican todas las enfermedades que nosotros tenemos. Si nosotros empezamos al revés, es seguir resolviendo síntomas con una pastillita. O das un remedio en su totalidad, o sigues con los parches. Es por eso que hay que hacer inmediatamente el cambio a la Constitución. Y ahí es donde estamos poniendo harto ojo y estamos bien preocupados. Porque si la Nueva Pillería llega a ser gobierno, esa asamblea constituyente se va a transformar de nuevo en echar la Constitución en una juguera, le van a dar un par de vueltas, ocho meses, un año, dos años, van a sacar una nueva Constitución, vamos a tener que ir a votarla, la van a aprobar y ahí nos van a tener treinta años más. Por eso es que nosotros decimos asamblea constituyente y social. No podemos permitir que la elite política, que los parlamentarios, la mismas garrapatas de siempre, que los senadores que han hecho el negocio, sean quienes vuelvan a definir el camino de nuestro país. No podemos. Ya lo han hecho, por historia lo han hecho, a punta de muerte y de sangre. Nosotros queremos garantizar un proceso más democrático. Y este proceso que estamos iniciando, esa soberanía y empoderamiento no va a ser rápido, pero que nuestro gobierno lo inicie sería espectacular. Y se llama al cambio a la Constitución, empezamos a trabajar en asambleas, hasta el último vecino trabajando, se van a ir sacando delegados de estos procesos y así se seguirá hasta lograr esta asamblea constituyente y social. Si son ellos, va a ser la misma mugre. Si somos nosotros va a estar más difícil, porque significa empoderarse de cada letra que estamos escribiendo. Hay que darle el tiempo al tiempo al tiempo para que esa Constitución tenga los frutos que queremos disfrutar.

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