La cumbre de las artes mediales en Chile cumple 20 años
Desde este jueves y hasta el 16 de noviembre se realizará la undécima versión de la Bienal de Artes Mediales, que presentará un nutrido programa de exposiciones, charlas, talleres y conciertos. El evento incluye caceroleos activados por Twitter y papas que generan energía, entre otros experimentos.
Rodrigo Alarcón L.
Miércoles 2 de octubre 2013 18:57 hrs.
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Veinte años está cumpliendo la Bienal de Artes Mediales, fundada por el artista y teórico Néstor Olhagaray, que este jueves comienza su undécima versión con numerosas exposiciones, charlas, conciertos, talleres y otras actividades.
La actividad se centrará en el Museo de Bellas Artes, pero también se extenderá hacia la Galería Metropolitana, la Fundación Telefónica, la Galería Macchina de la Universidad Católica y la sala Agustín Siré de la Universidad de Chile, además de algunos espacios callejeros.
La bienal presentará trabajos de artistas extranjeros, como el uruguayo Luis Camnitzer, el alemán Michael Saup, el brasileño Lucas Bambozzi y la española Regina de Miguel. Sin embargo, se nutre principalmente de chilenos como Iván Navarro, Sebastián Jatz, Gabriel del Favero y el mismo Néstor Olhagaray, entre otros.
“Más allá de ser artes digitales, electrónicas o interactivas, son artes que generan una reflexión sobre el contexto actual de la sociedad. Cómo estamos pasando, por ejemplo, de la Revolución Industrial hacia la revolución digital, científica o del conocimiento. Es importante que la bienal no esté supeditada solo al video o a las artes interactivas, sino que también pueda integrar grabado, escultura, pintura, siempre y cuando estén relacionadas con el concepto que se quiere destacar. En ese sentido, un poema puede ser tan potente y revelador como una instalación interactiva súper compleja”, explicó Enrique Rivera, director de la muestra y presidente de la Corporación Chilena del Video.
“Cuando el futuro nos alcance”, de Leonardo Portus.
Rivera dijo que uno de los énfasis de la muestra es relacionar nuevos autores con trabajos pasados que vinculan arte, ciencia y tecnología y que ya forman parte de la colección del Museo de Bellas Artes.
Así, por ejemplo, el artista Matthew Neary presentará La papita, una instalación con mil papas conectadas para producir voltaje y alimentar una bandera chilena construida con luces LED. Esta se exhibirá en conjunto con un grabado de Víctor Grippo, de 1972, que describe un aparato capaz de registrar justamente las variaciones metabólicas de una papa.
En ese sentido, afirmó Rivera, la idea es “dar cuenta de esta vinculación entre arte, ciencia y tecnología en Chile, cuál había sido esta historia. Hicimos una recuperación histórica de diferentes proyectos que se desarrollaron, que fueron presentados en el museo y que son parte de su colección, y éstos dialogan con proyectos de artistas más jóvenes”.
“Nos interesaba mucho relevar la idea de un arte análogo que dialogaba con un arte digital y que, entre ambos, generan una sinergia que es completada por el público. Ahí es donde la interacción con los espectadores es fundamental”, añadió.
“Paradoja (Cacerolazos en 140 caracteres)”, de Carolina Pino.
El rol activo del público será demandado, por ejemplo, en Paradoja (cacerolazos en 140 caracteres), trabajo de Carolina Pino que consiste en un dispositivo con seis ollas ubicadas en el frontis del museo. Éstas serán golpeadas por cucharas que se activarán cuando se envíe un mensaje a través de Twitter con el hashtag #yocaceroleopor, en el cual una persona manifieste su molestia frente a un tema.
Para Enrique Rivera, a 20 años de su nacimiento, la Bienal de Artes Mediales ocupa hoy un lugar que no solo reivindica el trabajo de nuevos autores. En esa línea, destacó que este año el evento sea acogido por el Museo de Bellas Artes: “También es una provocación para que desde instituciones como ésta se expandan aún más los límites de libertades y expresión. Estamos hablando de una institución que recibe miles de visitantes mensualmente e instalar estas prácticas no solo tiene que ver con que artistas jóvenes tengan la oportunidad de mostrar su trabajo en esta institución, sino que también artistas que en su momento fueron relegados en la historia del arte en Chile y ahora tienen la oportunidad de integrarse y ser parte de este contexto”, indicó.
Enrique Rivera. Foto: Arte y Crítica.
La Bienal de Artes Mediales contempla además la realización de ocho conciertos de rock, música electroacústica y electrónica, talleres y charlas relacionadas con arte, ciencia y tecnología.
Veinte años está cumpliendo la Bienal de Artes Mediales, fundada por el artista y teórico Néstor Olhagaray, que este jueves comienza su undécima versión con numerosas exposiciones, charlas, conciertos, talleres y otras actividades.
La actividad se centrará en el Museo de Bellas Artes, pero también se extenderá hacia la Galería Metropolitana, la Fundación Telefónica, la Galería Macchina de la Universidad Católica y la sala Agustín Siré de la Universidad de Chile, además de algunos espacios callejeros.
La bienal presentará trabajos de artistas extranjeros, como el uruguayo Luis Camnitzer, el alemán Michael Saup, el brasileño Lucas Bambozzi y la española Regina de Miguel. Sin embargo, se nutre principalmente de chilenos como Iván Navarro, Sebastián Jatz, Gabriel del Favero y el mismo Néstor Olhagaray, entre otros.
“Más allá de ser artes digitales, electrónicas o interactivas, son artes que generan una reflexión sobre el contexto actual de la sociedad. Cómo estamos pasando, por ejemplo, de la Revolución Industrial hacia la revolución digital, científica o del conocimiento. Es importante que la bienal no esté supeditada solo al video o a las artes interactivas, sino que también pueda integrar grabado, escultura, pintura, siempre y cuando estén relacionadas con el concepto que se quiere destacar. En ese sentido, un poema puede ser tan potente y revelador como una instalación interactiva súper compleja”, explicó Enrique Rivera, director de la muestra y presidente de la Corporación Chilena del Video.
“Cuando el futuro nos alcance”, de Leonardo Portus.
Rivera dijo que uno de los énfasis de la muestra es relacionar nuevos autores con trabajos pasados que vinculan arte, ciencia y tecnología y que ya forman parte de la colección del Museo de Bellas Artes.
Así, por ejemplo, el artista Matthew Neary presentará La papita, una instalación con mil papas conectadas para producir voltaje y alimentar una bandera chilena construida con luces LED. Esta se exhibirá en conjunto con un grabado de Víctor Grippo, de 1972, que describe un aparato capaz de registrar justamente las variaciones metabólicas de una papa.
En ese sentido, afirmó Rivera, la idea es “dar cuenta de esta vinculación entre arte, ciencia y tecnología en Chile, cuál había sido esta historia. Hicimos una recuperación histórica de diferentes proyectos que se desarrollaron, que fueron presentados en el museo y que son parte de su colección, y éstos dialogan con proyectos de artistas más jóvenes”.
“Nos interesaba mucho relevar la idea de un arte análogo que dialogaba con un arte digital y que, entre ambos, generan una sinergia que es completada por el público. Ahí es donde la interacción con los espectadores es fundamental”, añadió.
“Paradoja (Cacerolazos en 140 caracteres)”, de Carolina Pino.
El rol activo del público será demandado, por ejemplo, en Paradoja (cacerolazos en 140 caracteres), trabajo de Carolina Pino que consiste en un dispositivo con seis ollas ubicadas en el frontis del museo. Éstas serán golpeadas por cucharas que se activarán cuando se envíe un mensaje a través de Twitter con el hashtag #yocaceroleopor, en el cual una persona manifieste su molestia frente a un tema.
Para Enrique Rivera, a 20 años de su nacimiento, la Bienal de Artes Mediales ocupa hoy un lugar que no solo reivindica el trabajo de nuevos autores. En esa línea, destacó que este año el evento sea acogido por el Museo de Bellas Artes: “También es una provocación para que desde instituciones como ésta se expandan aún más los límites de libertades y expresión. Estamos hablando de una institución que recibe miles de visitantes mensualmente e instalar estas prácticas no solo tiene que ver con que artistas jóvenes tengan la oportunidad de mostrar su trabajo en esta institución, sino que también artistas que en su momento fueron relegados en la historia del arte en Chile y ahora tienen la oportunidad de integrarse y ser parte de este contexto”, indicó.
Enrique Rivera. Foto: Arte y Crítica.
La Bienal de Artes Mediales contempla además la realización de ocho conciertos de rock, música electroacústica y electrónica, talleres y charlas relacionadas con arte, ciencia y tecnología.
Veinte años está cumpliendo la Bienal de Artes Mediales, fundada por el artista y teórico Néstor Olhagaray, que este jueves comienza su undécima versión con numerosas exposiciones, charlas, conciertos, talleres y otras actividades.
La actividad se centrará en el Museo de Bellas Artes, pero también se extenderá hacia la Galería Metropolitana, la Fundación Telefónica, la Galería Macchina de la Universidad Católica y la sala Agustín Siré de la Universidad de Chile, además de algunos espacios callejeros.
La bienal presentará trabajos de artistas extranjeros, como el uruguayo Luis Camnitzer, el alemán Michael Saup, el brasileño Lucas Bambozzi y la española Regina de Miguel. Sin embargo, se nutre principalmente de chilenos como Iván Navarro, Sebastián Jatz, Gabriel del Favero y el mismo Néstor Olhagaray, entre otros.
“Más allá de ser artes digitales, electrónicas o interactivas, son artes que generan una reflexión sobre el contexto actual de la sociedad. Cómo estamos pasando, por ejemplo, de la Revolución Industrial hacia la revolución digital, científica o del conocimiento. Es importante que la bienal no esté supeditada solo al video o a las artes interactivas, sino que también pueda integrar grabado, escultura, pintura, siempre y cuando estén relacionadas con el concepto que se quiere destacar. En ese sentido, un poema puede ser tan potente y revelador como una instalación interactiva súper compleja”, explicó Enrique Rivera, director de la muestra y presidente de la Corporación Chilena del Video.
“Cuando el futuro nos alcance”, de Leonardo Portus.
Rivera dijo que uno de los énfasis de la muestra es relacionar nuevos autores con trabajos pasados que vinculan arte, ciencia y tecnología y que ya forman parte de la colección del Museo de Bellas Artes.
Así, por ejemplo, el artista Matthew Neary presentará La papita, una instalación con mil papas conectadas para producir voltaje y alimentar una bandera chilena construida con luces LED. Esta se exhibirá en conjunto con un grabado de Víctor Grippo, de 1972, que describe un aparato capaz de registrar justamente las variaciones metabólicas de una papa.
En ese sentido, afirmó Rivera, la idea es “dar cuenta de esta vinculación entre arte, ciencia y tecnología en Chile, cuál había sido esta historia. Hicimos una recuperación histórica de diferentes proyectos que se desarrollaron, que fueron presentados en el museo y que son parte de su colección, y éstos dialogan con proyectos de artistas más jóvenes”.
“Nos interesaba mucho relevar la idea de un arte análogo que dialogaba con un arte digital y que, entre ambos, generan una sinergia que es completada por el público. Ahí es donde la interacción con los espectadores es fundamental”, añadió.
“Paradoja (Cacerolazos en 140 caracteres)”, de Carolina Pino.
El rol activo del público será demandado, por ejemplo, en Paradoja (cacerolazos en 140 caracteres), trabajo de Carolina Pino que consiste en un dispositivo con seis ollas ubicadas en el frontis del museo. Éstas serán golpeadas por cucharas que se activarán cuando se envíe un mensaje a través de Twitter con el hashtag #yocaceroleopor, en el cual una persona manifieste su molestia frente a un tema.
Para Enrique Rivera, a 20 años de su nacimiento, la Bienal de Artes Mediales ocupa hoy un lugar que no solo reivindica el trabajo de nuevos autores. En esa línea, destacó que este año el evento sea acogido por el Museo de Bellas Artes: “También es una provocación para que desde instituciones como ésta se expandan aún más los límites de libertades y expresión. Estamos hablando de una institución que recibe miles de visitantes mensualmente e instalar estas prácticas no solo tiene que ver con que artistas jóvenes tengan la oportunidad de mostrar su trabajo en esta institución, sino que también artistas que en su momento fueron relegados en la historia del arte en Chile y ahora tienen la oportunidad de integrarse y ser parte de este contexto”, indicó.
Enrique Rivera. Foto: Arte y Crítica.
La Bienal de Artes Mediales contempla además la realización de ocho conciertos de rock, música electroacústica y electrónica, talleres y charlas relacionadas con arte, ciencia y tecnología.
