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Plebiscito de 1989: “La reforma de Pinochet y la Concertación”


Viernes 11 de octubre 2013 6:49 hrs.


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Tanto el Gobierno Militar como la Concertación de Partidos por la Democracia llamaron a votar SI en el referéndum del 30 de Julio de 1989. Cincuenta y cuatro reformas que hicieron más rígido el sistema e incambiable durante ya 23 años y quizá varios más. Viera Gallo, Aylwin y la cúpula de la Concertación lo sabían, pero no informaron -Y SIGUEN SIN HACERLO- a la ciudadanía de este retroceso, y ni siquiera a sus bases militantes.

La Dictadura bajo presión de Estados Unidos -y los mismos que respaldaron el Golpe- aceptaba dejar de gobernar y la Concertación aceptaba gobernar sin el poder de cambiar nada y con la obligación de someterse por dos décadas a la Constitución del 80, a los dictados de EEUU y los organismos financieros internacionales que facilitan el camino institucionalmente a las operaciones de las empresas trasnacionales a nivel mundial (FMI, Banco Mundial, etc).

¿Valía la pena sacar a un General con uniforme de la Moneda, para que se vistiera de civil y siguiera dirigiendo el país a través de su voluntad plasmada en una constitución?

¿Existió realmente la Transición?

Claro que no. Nunca ha habido transición alguna, todo lo contrario, fue, como dijo el mismo Pinochet en octubre de 1988, un avance progresivo en la “aplicación del ideario e itinerario constitucional trazado” por la Dictadura. Las reformas de 1989 solo aseguraron que esto se cumpliera a cabalidad.

¿Por qué no existen actas de las reuniones de preparación de las reformas entre Aylwin y el gabinete de Pinochet? ¿por qué no se tomó actas de las reuniones entre la comitiva de la Concertación, entre los cuales estaba Viera Gallo, y las comitivas de RN y el gobierno militar donde discutieron y pactaron las 54 reformas?

Si no tienen nada que esconder entonces que hablen sobre ello, que no evadan este tema como lo han hecho durante 23 años cada vez que se les pregunta.

La Concertación nos dijo a todos que con ese referéndum se iniciaba la transición hacia la democracia plena, que los cambios permitirían otros cambios mayores.
Entonces ¿por qué aceptaron aumentar los quórum a 4/7 y hasta 2/3 para cualquier cambio constitucional? ¿por qué legitimaron el sistema binominal? ¿por qué eliminaron el derecho a plebiscito que sí estaba antes del 89?

Gran parte de los senadores y diputados concertacionistas, con los que Bachelet pretende avanzar hacia una Nueva Constitución y que asumirán luego del 17 de noviembre, participaron de este engaño y hoy buscan impedir la convocatoria a una Asamblea Constituyente (nuevamente).

Bajo este sistema a lo máximo que se puede aspirar es a “proyectos” de reformas que nazcan de la ciudadanía luego de presión masiva, como ocurrió el 2006 con las propuestas de los estudiantes que nos tomamos nuestros colegios y universidades para derogar la LOCE. “Proyectos” porque jamás llegarán a convertirse en ley ni mucho menos en institucionalidad, puesto que, al igual que lo que ocurrió con la LGE, terminan siendo filtrados por las negociaciones que exige el sistema binominal con RN-UDI.

Debemos organizarnos para construir un proceso constituyente y un movimiento con una nueva fuerza superior las cúpulas partidistas, superior a las formas hasta ahora inútiles. Un movimiento que propague y explique de la A a la Z qué significa una Asamblea Constituyente, en cada rincón del país. Llegó la hora de tomar el destino en nuestras propias manos, ya no podemos seguir esperando la venida de un salvador.

A continuación comparto dentro de esta reflexión el link del video de campaña del gobierno militar para llamar a votar SI a las 54 reformas para “perfeccionar el modelo instalado por ellos”. Lo mismo hicieron los partidos de la Concertación pero según ellos para “iniciar la transición”.

PINOCHET dijo que las elecciones presidenciales luego de entregar su cargo eran “tan solo la elección de la persona que debería conducir al país hacia la aplicación plena de la carta fundamental durante el siguiente período presidencial” pues “no está en juego el ideario ni el itinerario constitucional trazado”

JAIME GUZMÁN también lo señaló al decir que “esta constitución está hecha para que, no importa quien gobierne, se vea constreñido a tomar una acción no tan distinta de lo que nosotros haríamos”.

Quienes creen que Bachelet, o cualquiera que resulte electo, puede cambiar las cosas sin Asamblea Constituyente, está perdiendo el tiempo y quienes participan de su campaña bajo conocimiento de esta situación están participando, aunque no lo crean, de un nuevo engaño de proporciones.

No tenemos otra alternativa, solo la Asamblea Constituyente puede devolverle al país la democracia -aun secuestrada-, la soberanía y la cordura, pues la dictadura sigue intacta y quienes gobiernen sin impulsar el proceso constituyente estarán trabajando para la Dictadura. La transición recién comienza con la Asamblea Constituyente.