Cambio y renovación fueron las palabras más escuchadas en la inauguración de la XXIII Cumbre Iberoamericana, realizada en la noche del viernes en Panamá. Una cita deslucida sobre todo por la masiva ausencia de mandatarios: once de 22 se quedaron en sus países por razones de salud, de agenda o porque no entienden la utilidad de un evento como éste, según reconoció el propio Evo Morales.

Pese a ello, el mandatario anfitrión, Ricardo Martinelli, insistió en la necesidad de integración regional, pese a la grave crisis que viven sus socios europeos: “Las actuales circunstancias económicas que atraviesan Portugal y España convierten a Latinoamérica en un área de oportunidades y en un motor de desarrollo. A su vez, estos socios son la puerta de acceso a Europa, por lo que el fortalecimiento de la integración regional brindará beneficios a todas las naciones”, destacó.

La renovación aparece entonces como la opción para evitar que la cumbre muera, dos décadas después de creada. Así lo reconoció el secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, quien bautizó esta edición como “la del cambio y la transformación”. También habló de cambio el rey de España a través de un video, enviado desde su convalecencia en Madrid tras una operación a la cadera, y lo reiteró el jefe del gobierno español Mariano Rajoy: “Considero un acierto que ésta sea considerada la cumbre de la reforma. Después de 22 años de encuentro y funcionamiento hace falta un nuevo impulso y una renovación para adaptarnos a los cambios producidos en nuestros países y en la esfera internacional. Somos conscientes de las dificultades de este empeño”.

La reforma para adaptarse a los nuevos tiempos será el tema central de las sesiones de este sábado. Entre los puntos a tratar los mandatarios y personeros deberán implementar un sistema de cumbres bianuales. Otro tema importante es el financiamiento. En una Europa en crisis, el 70% que aportan Portugal y España pasará a un 60% y el resto será entregado por los países latinoamericanos. Finalmente, el propio Iglesias deberá ser reemplazado, pues su cargo llega a su fin después de ocho años.