La polémica por el nuevo ranking de notas se refiere a que, desde este año, aumenta en un mínimo de 10% la importancia del lugar que tiene el estudiante entre todos sus compañeros del mismo colegio o liceo. Esto significa que hay más competencia al interior de un colegio y menos entre establecimientos. Por eso, los llamados “liceos emblemáticos” alegan que son perjudicados con este ranking de notas, porque para ellos sería más difícil tener una nota alta en comparación con un liceo “no emblemático”.
Sobre la base de lo anterior, la segunda sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, presidida por el ministro Patricio Villarroel y compuesta además por la ministra Jessica González y el abogado integrante Patricio González, negó la “orden de no innovar”; es decir, la solicitud de que se paralizara la aplicación del ranking de notas, presentada en el recurso de protección por parte del Instituto Nacional y el Liceo de Aplicación, ambos de Santiago, y Liceo Nacional de la comuna de Maipú.
La Corte, sin embargo, continúa el trámite de investigación del recurso, para lo cual se encuentra a la espera –en los próximos 5 días- de un informe jurídico y del expediente con los descargos del Departamento de Evaluación, Medición y Registro Educacional (DEMRE), del Ministerio de Educación.
El juez Villarroel aseguró que de todos modos la resolución final del recurso va a dictaminarse antes del uno de diciembre, fecha de inicio de la Prueba de Selección Universitaria (PSU): “sí, yo creo que sí, el informe tiene que llegar en principio dentro de unos cinco días. Claro que no es fatal, pero de todos modos se puede apresurar eso y en todo caso se puede prescindir incluso del informe y después veremos la resolución, así que por el momento se negó la orden de no innovar”, aclara el magistrado.
Sobre esta decisión, el vicerrector del Instituto Nacional de Santiago, Pablo Gutiérrez, prefiere esperar la resolución sobre el fondo de esta acción judicial, recalcando que ellos no están contra el ranking de notas creado por el académico Francisco Javier Gil; sólo piden que se corrija o combine con otras medidas porque se parte del supuesto falso de que todos los colegios tendrían igual exigencia.
“Lo que nosotros afirmamos es que como las condiciones especiales del Instituto Nacional, donde, por ejemplo, tiene un sistema de evaluación de un 70% versus un 40% o 50% como otros colegios, (lo que) quiere decir que hay colegios que están en una condición y el Instituto Nacional está en una condición distinta. Dicho de manera pedestre, el Instituto Nacional, con dificultad pone una nota 7,0, escasamente pone una nota 6,0 y los alumnos están de ahí para abajo” explica el docente.
Los “liceos emblemáticos” demandan medidas de corrección, como otorgar un valor numérico especial a los establecimientos con mayor exigencia, es decir, aquellos que piden mayor cantidad de respuestas correctas para obtener una nota. Además, Pablo Gutiérrez explica el llamado problema de la “dispersión”: “una de las mayores complicaciones es la que se denomina la dispersión, vale decir la distancia que existe entre la mejor nota y el promedio de las tres últimas generaciones. En la mayoría de los colegios la dispersión es de dos puntos y en el Instituto Nacional es de más de ocho, esto genera que el puntaje asignado al promedio, como la distancia es muy grande, es un puntaje bastante menor y genera el perjuicio que señalaba”.
En suma, aun cuando no se ha paralizado la aplicación del nuevo sistema de ponderación de puntaje para ingresar a las universidades tradicionales, la Justicia comprometió decidir a la brevedad si este mecanismo afecta o no el derecho constitucional a la no discriminación.-
La polémica por el nuevo ranking de notas se refiere a que, desde este año, aumenta en un mínimo de 10% la importancia del lugar que tiene el estudiante entre todos sus compañeros del mismo colegio o liceo. Esto significa que hay más competencia al interior de un colegio y menos entre establecimientos. Por eso, los llamados “liceos emblemáticos” alegan que son perjudicados con este ranking de notas, porque para ellos sería más difícil tener una nota alta en comparación con un liceo “no emblemático”.
Sobre la base de lo anterior, la segunda sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, presidida por el ministro Patricio Villarroel y compuesta además por la ministra Jessica González y el abogado integrante Patricio González, negó la “orden de no innovar”; es decir, la solicitud de que se paralizara la aplicación del ranking de notas, presentada en el recurso de protección por parte del Instituto Nacional y el Liceo de Aplicación, ambos de Santiago, y Liceo Nacional de la comuna de Maipú.
La Corte, sin embargo, continúa el trámite de investigación del recurso, para lo cual se encuentra a la espera –en los próximos 5 días- de un informe jurídico y del expediente con los descargos del Departamento de Evaluación, Medición y Registro Educacional (DEMRE), del Ministerio de Educación.
El juez Villarroel aseguró que de todos modos la resolución final del recurso va a dictaminarse antes del uno de diciembre, fecha de inicio de la Prueba de Selección Universitaria (PSU): “sí, yo creo que sí, el informe tiene que llegar en principio dentro de unos cinco días. Claro que no es fatal, pero de todos modos se puede apresurar eso y en todo caso se puede prescindir incluso del informe y después veremos la resolución, así que por el momento se negó la orden de no innovar”, aclara el magistrado.
Sobre esta decisión, el vicerrector del Instituto Nacional de Santiago, Pablo Gutiérrez, prefiere esperar la resolución sobre el fondo de esta acción judicial, recalcando que ellos no están contra el ranking de notas creado por el académico Francisco Javier Gil; sólo piden que se corrija o combine con otras medidas porque se parte del supuesto falso de que todos los colegios tendrían igual exigencia.
“Lo que nosotros afirmamos es que como las condiciones especiales del Instituto Nacional, donde, por ejemplo, tiene un sistema de evaluación de un 70% versus un 40% o 50% como otros colegios, (lo que) quiere decir que hay colegios que están en una condición y el Instituto Nacional está en una condición distinta. Dicho de manera pedestre, el Instituto Nacional, con dificultad pone una nota 7,0, escasamente pone una nota 6,0 y los alumnos están de ahí para abajo” explica el docente.
Los “liceos emblemáticos” demandan medidas de corrección, como otorgar un valor numérico especial a los establecimientos con mayor exigencia, es decir, aquellos que piden mayor cantidad de respuestas correctas para obtener una nota. Además, Pablo Gutiérrez explica el llamado problema de la “dispersión”: “una de las mayores complicaciones es la que se denomina la dispersión, vale decir la distancia que existe entre la mejor nota y el promedio de las tres últimas generaciones. En la mayoría de los colegios la dispersión es de dos puntos y en el Instituto Nacional es de más de ocho, esto genera que el puntaje asignado al promedio, como la distancia es muy grande, es un puntaje bastante menor y genera el perjuicio que señalaba”.
En suma, aun cuando no se ha paralizado la aplicación del nuevo sistema de ponderación de puntaje para ingresar a las universidades tradicionales, la Justicia comprometió decidir a la brevedad si este mecanismo afecta o no el derecho constitucional a la no discriminación.-
La polémica por el nuevo ranking de notas se refiere a que, desde este año, aumenta en un mínimo de 10% la importancia del lugar que tiene el estudiante entre todos sus compañeros del mismo colegio o liceo. Esto significa que hay más competencia al interior de un colegio y menos entre establecimientos. Por eso, los llamados “liceos emblemáticos” alegan que son perjudicados con este ranking de notas, porque para ellos sería más difícil tener una nota alta en comparación con un liceo “no emblemático”.
Sobre la base de lo anterior, la segunda sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, presidida por el ministro Patricio Villarroel y compuesta además por la ministra Jessica González y el abogado integrante Patricio González, negó la “orden de no innovar”; es decir, la solicitud de que se paralizara la aplicación del ranking de notas, presentada en el recurso de protección por parte del Instituto Nacional y el Liceo de Aplicación, ambos de Santiago, y Liceo Nacional de la comuna de Maipú.
La Corte, sin embargo, continúa el trámite de investigación del recurso, para lo cual se encuentra a la espera –en los próximos 5 días- de un informe jurídico y del expediente con los descargos del Departamento de Evaluación, Medición y Registro Educacional (DEMRE), del Ministerio de Educación.
El juez Villarroel aseguró que de todos modos la resolución final del recurso va a dictaminarse antes del uno de diciembre, fecha de inicio de la Prueba de Selección Universitaria (PSU): “sí, yo creo que sí, el informe tiene que llegar en principio dentro de unos cinco días. Claro que no es fatal, pero de todos modos se puede apresurar eso y en todo caso se puede prescindir incluso del informe y después veremos la resolución, así que por el momento se negó la orden de no innovar”, aclara el magistrado.
Sobre esta decisión, el vicerrector del Instituto Nacional de Santiago, Pablo Gutiérrez, prefiere esperar la resolución sobre el fondo de esta acción judicial, recalcando que ellos no están contra el ranking de notas creado por el académico Francisco Javier Gil; sólo piden que se corrija o combine con otras medidas porque se parte del supuesto falso de que todos los colegios tendrían igual exigencia.
“Lo que nosotros afirmamos es que como las condiciones especiales del Instituto Nacional, donde, por ejemplo, tiene un sistema de evaluación de un 70% versus un 40% o 50% como otros colegios, (lo que) quiere decir que hay colegios que están en una condición y el Instituto Nacional está en una condición distinta. Dicho de manera pedestre, el Instituto Nacional, con dificultad pone una nota 7,0, escasamente pone una nota 6,0 y los alumnos están de ahí para abajo” explica el docente.
Los “liceos emblemáticos” demandan medidas de corrección, como otorgar un valor numérico especial a los establecimientos con mayor exigencia, es decir, aquellos que piden mayor cantidad de respuestas correctas para obtener una nota. Además, Pablo Gutiérrez explica el llamado problema de la “dispersión”: “una de las mayores complicaciones es la que se denomina la dispersión, vale decir la distancia que existe entre la mejor nota y el promedio de las tres últimas generaciones. En la mayoría de los colegios la dispersión es de dos puntos y en el Instituto Nacional es de más de ocho, esto genera que el puntaje asignado al promedio, como la distancia es muy grande, es un puntaje bastante menor y genera el perjuicio que señalaba”.
En suma, aun cuando no se ha paralizado la aplicación del nuevo sistema de ponderación de puntaje para ingresar a las universidades tradicionales, la Justicia comprometió decidir a la brevedad si este mecanismo afecta o no el derecho constitucional a la no discriminación.-
