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Caso Rinconada de Maipú: El desmontaje en busca de justicia

Aún sin justicia, los familiares de las víctimas acribilladas en 1975, en el caso conocido como “Rinconada de Maipú”, buscan resignificar el dramático recuerdo a través de un desmontaje simbólico, en función de la memoria y la tan anhelada resolución que ponga fin a la impunidad.

Paula Campos

  Miércoles 6 de noviembre 2013 18:20 hrs. 
Protest against torture

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Miles de recuerdos asoman en el colectivo, particularmente este año, en la conmemoración de los cuarenta años del golpe cívico-militar, recuerdos que a diario acompañan a las familias de miles de víctimas que pese a sus constantes ruegos, aún siguen sin justicia.

A juicio de testimonios y relatos de sobrevivientes de la dictadura, uno de los eventos más dramáticos de las violaciones a los derechos humanos en Chile fue el caso conocido como “Montaje Rinconada de Maipú”, que tras pantalla escondía la violenta tortura y posterior acribillamiento contra integrantes de dos familias unidas en el dolor.

rinconada

Connotados periodistas de ese entonces, hoy sancionados éticamente por el Colegio gremial, difundieron un presunto enfrentamiento que el día 19 de noviembre de 1975 habría acabado con la vida de Alberto (63) y Catalina Gallardo (30), Luis Ganga y Mónica Pacheco (26), embarazada de tres meses, quienes fueron calificados como miembros de “grupúsculos” que se habían enfrentado a tiros con miembros militares.

Años después, sumando testimonios e indagaciones, se quitó el manto de humo tendido sobre el caso para revelar una cruenta verdad: las muertes no habían sido causa de enfrentamientos, sino de sádicas torturas llevadas a cabo en el centro Villa Grimaldi.

Hoy, familiares de los ejecutados políticos siguen exigiendo justicia para sus muertos. Mediante la organización de un evento de desmontaje, en principio estipulado para el próximo 23 de noviembre, buscan poner en agenda las verdaderas imágenes que hace 38 años atrás eran encubiertas por cuadros de verosimilitud.

Así lo explicó Alberto Gallardo Rodríguez, quien en ese momento tenía sólo seis meses de edad, y quedó huérfano producto del hecho.

“Hemos conversado de esta misma situación con el juez que lleva la causa y él está de acuerdo con que se desarrollen instancias conmemorativas, también desde el Programa de Derechos Humanos del ministerio del Interior, por intermedio de la abogada Marcela Prieto, también está de acuerdo con la idea. Lo que nosotros estamos esperando es una resolución, mi abuela, la principal impulsora de búsqueda de justicia, ya tiene 88 años y le queda poco tiempo de vida y nosotros esperamos, como familia, que se dicte una resolución antes de ello”, comentó Gallardo.

Alicia Lira, cabeza nacional de la Agrupación de Ejecutados Políticos (AFEP) habló del caso, de sus recuerdos y del ensañamiento que se tuvo con las víctimas.

“Hubo un ensañamiento como se hizo con cada mujer y hombre que torturaron en este país. Eso significó también que al demostrar ensañamiento en las personas y dejar algunos vivos fue para atemorizar. Ese mensaje lo hacen cuando montan en la Rinconada de Maipú este falso enfrentamiento, hacen todo un aparataje porque ellos ya los llevan muertos al lugar, y ahí viene la maquinaria siniestra, que no tiene ninguna disculpa: los periodistas que pudieron ver lo que pasaba en realidad y prefirieron mentir”, dijo la dirigenta, refiriéndose al actuar de los periodistas Carlos Araya, Vicente Pérez, Manfredo Mayol, Julio López Blanco y Cristián Sánchez Venegas.

A 38 años del hecho, la querella interpuesta sigue durmiendo en tribunales. Pese a ello, la familia está expectante de resultados, según adelantó Gallardo Rodríguez.

“Lo que sí puedo adelantar es que la situación jurídica, tanto del montaje como del asesinato está bastante avanzado. Sabemos quiénes son los responsables, los asesinos, entre los cuales se repiten los nombres de la cúpula de la DINA, en una noche sórdida, dentro de la cual todos los sobrevivientes que estaban esa noche en Villa Grimaldi, recuerdan esa noche como una noche atípica, en un lugar tan siniestro como ese centro de tortura”, relató el conmocionado sobreviviente.

A la espera de condenas, la familia afina los detalles para realizar el evento de resignificación, en función de la memoria y de la justicia, para que hechos como este no se repitan en el futuro.

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