Un centenar de pobladores del sector Bajos de Mena, comuna de Puente Alto, se tomó la Casa Central de la Universidad de Chile en plena Alameda. La protesta luego derivó en cortar el tránsito por cerca de media hora, hasta ser dispersados por carabineros, ingresando a la Casa de Bello.
La toma tuvo un carácter pacífico, sin daño a las dependencias que están en proceso de restauración. El motivo de esta acción es protestar por la postergación de beneficios y soluciones habitacionales, derivado de la tramitación del Ejecutivo en la Ficha de Protección Social.
Catalina Castillo, vocera de los pobladores, se refirió a la condición que atraviesan las 120 mil personas que viven en este sector y destacó la unión con los estudiantes en esta ocupación: “Lo que ha significado todo esto, es que no podemos postular a ningún subsidio, a ninguna beca ni ninguna ayuda social. Estamos denunciando esta situación, en conjunto con los estudiantes, porque para transformar la sociedad tenemos que estar unidos, todos al servicio del proyecto del poder popular”.
En la manifestación participaron estudiantes de la Universidad de Chile. Nicky Cerón, vocero de la comisión de Trabajo Territorial de la Facultad de Filosofía y Humanidades, se refirió a la relación entre estos movimientos sociales, e indicó que “entendemos que la lucha de ellos es nuestra lucha. Nosotros no conseguiremos nuestras demandas si no nos ponemos al servicio del poder popular, al servicio de los pobres como proyecto para una nueva sociedad”.
Melissa Sepúlveda, presidenta de la FECH, señaló que la Federación de Estudiantes coincide en apoyar este trabajo conjunto entre estudiantes y pobladores. “Aquí tenemos expresiones de un mismo modelo que precariza las condiciones de vida. Las acciones a seguir es la unidad entre sectores sociales, pero hay que cuidar este espacio en restauración. Esperamos que en lo sucesivo tengamos acciones conjuntas, coordinación. La Universidad de Chile no está en contra de la demanda de los pobladores. Se requieren este tipo de acciones, pero dentro de lo posible avanzar y que cuenten con el apoyo de la Federación”.
Hasta el histórico edificio llegó Patricio Aceituno, Vicerrector de Asuntos Académicos, quien señaló que la Casa Central es un espacio abierto a la sociedad, pero no puede ser ocupado libremente, más aun considerando las obras de restauración que están en desarrollo.
“Lo que nos parece que es impropio y fomenta futuros conflictos, es que el grupo entienda que la Casa Central es un espacio que se puede ocupar cuando quieren, sin resguardo necesario. Eso alienta una situación de desorden absoluto, donde la Universidad no puede controlar. No nos parece, comprendemos los problemas sociales, pero no avalamos la ocupación”, indicó.
Pasadas las 13 horas, los propios pobladores hicieron abandono del lugar, luego de una acción destinada a llamar la atención de las autoridades.