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Ginebra para la paz

Nada parece detener el baño de sangre en Siria. Las recién finalizadas conversaciones en la ciudad Suiza de Ginebra, se transformaron en un vano y estéril escenario diplomático.

Pablo Jofré

  Lunes 17 de febrero 2014 12:39 hrs. 
Siria (1)

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Ginebra II representó el segundo acto de una conferencia, con el  objetivo de buscar solución a un conflicto, que ha significado ya 130 mil muertos, 300 mil heridos  7 millones de desplazados internos y externos y una gran devastación en pueblos y ciudades en este país del levante mediterráneo. Acto segundo que se da un año y medio después del primer encuentro celebrado en junio del año 2012 (llamado Ginebra I). 

Este nuevo esfuerzo diplomático,  tuvo un marco político – militar distinto, pues el gobierno de Bashir al Assad no se encuentra acorralado, ni los días contados, como lo señalaba la prensa internacional en junio del 2012. Por su parte, la oposición siria, agrupada en la Coalición Nacional Siria (CNS) no es el grupo homogéneo  de antaño, que ha debido excluir de su seno a los grupos rebeldes yihadistas, que a estas alturas del contencioso representan un enemigo no sólo para Damasco, sino también para la CNS y para los países que financian a los rebeldes sirios.

Ginebra II ya tuvo su primer tiempo entre el 21 de enero y el 30 del mismo mes de este año 2014. Al cierre de esta edición, se desarrollaba el segundo tiempo de este partido por la paz, pero que ya vislumbra lo que los analistas y diplomáticos presentes en Ginebra, han considerado que este encuentro además de infructífero, ha consolidado un diálogo de sordos.

Efectivamente, la delegación del Gobierno sirio calificó como “infructuosas” las rondas de conversaciones con la fragmentada oposición siria, que rechaza discutir uno de los temas centrales para Damasco: la lucha contra el terrorismo. Los grupos opositores sirios,  insisten en un objetivo  que se idéntico al esgrimido por Estados Unidos y sus aliados del Golfo Pérsico: avanzar hacia la creación de un Gobierno de transición en el país levantino. Dos posiciones que difieren en su esencia y que hacen presumir el fracaso de estos encuentros.

El grupo representante del Gobierno sirio en Ginebra II encabezado por el viceministro de Exteriores, Faisal al-Meqdadha rechazó la pretensión opositora de mantener conversaciones paralelas encaminadas a concretar un gobierno de transición, sin considerar en ello el tema de la lucha contra el terrorismo en Siria “Tal idea es infructuosa y no ayuda en nada en alcanzar un acuerdo de paz” señaló el alto funcionario sirio.  Damasco anunció su participación en las negociaciones de paz, incluso aceptando el veto a la participación Irani, pero advirtió que no está en su objetivo entregar el poder. Determinación refrendad por el propio al Assad,  quien en entrevista con la Agencia France Press, no descartó un tercer mandato presentándose a las elecciones que convocará antes de agosto de 2014.

El presidente estadounidense Barack Obama, poniendo más leña a la hoguera belicista reconoció que Ginebra II “es un proceso que esta lejos de alcanzar el objetivo de poner fin al conflicto en Siria. Por ello hay que mantener la presión sobre el régimen de Damasco, pero también sobre países como Irán y Rusia para que comprendan que a nadie le interesa el colapso de Siria”.

Estas declaraciones generaron la inmediata reacción rusa, que  a través del canciller Serguei  Lavrov  criticó la postura de Washington, señalando, al mismo tiempo que la idea de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el acceso humanitario en Siria presentada por Australia, Jordania  y Luxemburgo son irreales “Nuestros socios occidentales del Consejo de seguridad propusieron que cooperáramos para elaborar una resolución pero, las ideas que compartieron con nosotros fueron absolutamente parciales y alejadas de la realidad ya que culpa mayormente de la crisis humanitaria en Siria al gobierno de ese país”. Rusia exige el cumplimiento del Comunicado de  Ginebra en su totalidad sin ser tergiversado y eso implica hablar de aspectos políticos pero también de lucha contra el terrorismo.

El Enviado especial de la ONU y de la Liga árabe, el diplomático argelino, Lajdar Brahimi, reconoció, en esta constatación de esfuerzos vanos por alcanzar la paz, que  Ginebra II no ha conseguido los resultados que se esperaban, expresando su frustración respecto a que “a tres semanas del lanzamiento de este proceso de paz, sus resultados sean imperceptibles, con la excepción del alivio humanitario en Homs, salpicado por constantes violaciones de una tregua temporal”.

Ginebra II se enmarca en los intentos por lograr un alto al fuego, teniendo como nuevo escenario la presencia de miles de mercenarios yihadistas, que ha alertado a las cancillerías occidentales y a los Estados del Golfo, que ven en Al Nusra y el grupo denominado Estado islámico de Irak y el Levante un peligro para su propia supervivencia. Ello hace pensar a Estados Unidos y sus aliados occidentales,  a la Casa Saudi y la monarquía Catarí, que es mejor tener una Siria con al Assad, que una  dirigida por grupos que responden a la idea de establecer un Estado fundamentalista donde Monarquías y países occidentales serán el objetivo de ataque.

Si las posturas del gobierno sirio y la oposición armada son radicalmente distintas, lo son aún más las de los impulsores de Ginebra II: Estados Unidos y Rusia que plantean soluciones excluyentes: Estados unidos exige la salida de al Assad del poder haciendo realidad el denominado Comunicado de Ginebra de junio del año 2012. Posición que se une a la Arabia Saudita y los Emiratos Arabes Unidos que plantean la necesidad de ayudar a la autodeterminación del pueblo sirio.  La ONU, por su parte a través de los aliados principalmente de la Unión Europea  aboga por un gobierno de transición. Rusia, exige el respeto a las autoridades sirias y una salida pacífica al conflicto sin intervención de fuerzas extranjeras.

El Comunicado de Ginebra, firmado el 30 de junio de 2012, determinó que cualquier acuerdo político debía incluir una transición que ofrezca la posibilidad de compartir el futuro sirio entre distintos grupos y que dicha idea sea  implementada en un ambiente de seguridad y sea fiable. Para ello se piensa en un organismo de gobierno con amplios poderes ejecutivos que incluya a miembros del gobierno y de la oposición, estableciendo un diálogo nacional, revisando el sistema constitucional y legal y se llame “a elecciones  libres y justas para establecer nuevas instituciones y organismos”.

El Gobierno sirio y la oposición culminaron el día sábado 15 de febrero las negociaciones bajo el signo del fracaso para conseguir la paz. Según señaló Brahimi,  la única luz que se vio tras este encuentro fue la disposición  de ambas partes, para celebrar una tercera ronda. Tras culminar las conversaciones de este sábado, Brahimi indicó que las partes aún no han logrado acordar una fecha para retomar el diálogo.”Al menos hemos acordado una agenda, pero falta decidir la manera de abordarla”, añadió el mediador argelino quien con rostro de amargura pidió disculpas al pueblo sirio por la falta de resultados en la ronda de conversaciones. “Creo que es mejor que cada parte reflexione y asuma la responsabilidad si quieren que sigamos”. El Gobierno de Al Assad y la oposición  siria sólo acordaron un alto al fuego momentáneo, que permitiera evacuar a civiles de la ciudad de Homs (oeste), que está asediada por grupos terroristas.

La posibilidad de alcanzar la paz en Siria está estancado por las diferencias de las partes en conflicto (a excepción de los grupos Yihadistas ) sobre la manera de  abordar el Comunicado de Ginebra, el documento base de las negociaciones acordaron Rusia y EEUU en junio de 2012, que menciona el cese de las hostilidades y la necesidad de una transición política en Siria. Esta hoja de ruta no ha servido de nada, ni para el gobierno sirio ni para la oposición, que expresan objeticos radicalmente distintas. Ello augura pocas posibilidades de paz para un país que por cada día de conversaciones en Ginebra, entrega a la tierra la sangre de 200 de sus hijos, en un flujo interminable. No hay Ginebra para celebrar la paz en un país cuesta abajo.

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