Haciendo un balance, a un año de la aprobación de la Ley de Tabaco, el ministro de Salud, Jaime Mañalich, aseguró que esta “ha funcionado extremadamente bien” tanto por la fiscalización, así como por la cooperación de locales y de la ciudadanía.
El secretario de Estado reiteró la relevancia de la normativa considerando que el tabaquismo implica menor expectativa de vida y el riesgo de padecer enfermedades crónicas de muy alto costo.
Según la información del Minsal, en el último año se han realizado 23 mil fiscalizaciones y se cursaron 407 infracciones.
Mañalich, reconoció que si bien es un proceso lento, se puede apreciar en las encuestas que el consumo de cigarros por parte de los jóvenes está disminuyendo y que los programas educacionales orientados a evitar que los alumnos fumen va en aumento.
Sin embargo reconoció que dicha política pública se aplica con complicaciones: “Es imposible evitar la presión. La industria tabacalera gasta enormes recursos en marketing directo e indirecto, en ocultar la maldad que implica el consumo de cigarrillos. Es fundamental mantener una vigilancia muy estricta de que no se haga trampa en las prohibiciones específicas de difusión y marketing”, dijo el ministro.
Contrastó con el optimismo del ministro, el senador Guido Girardi (PPD) uno de los autores de la iniciativa parlamentaria que el Gobierno apoyó para convertir en ley.
Según el parlamentario, la fiscalización ha tenido fallas lo que se traduce en la prevalencia de fumadores, que a su juicio no ha cambiado: “La ley todavía no logra su objetivo, de hecho la prevalencia de fumadores no disminuye significativamente. Chile está entre los países que tienen mayor prevalencia de tabaquismo en niños y en mujeres. Ningún país de primer mundo tiene la prevalencia de tabaco que tenemos nosotros. La ley no nació del Gobierno, nació de los parlamentarios, es cierto que este Gobierno la respaldó, pero creo que ha faltado voluntad política para fiscalizarla”, señaló.
Girardi dijo que esto tiene errores de origen. Por ejemplo, que la fiscalización quede en mano en los Juzgados de Policía Local y no en la autoridad sanitaria.
Si coincidió con el ministro en la crítica a la industria tabacalera, a quienes calificó como “los pedófilos del siglo XXI” por dirigir campañas de publicidades engañosas y escondidas, dirigidas a la población menor de edad.
Cabe recordar que en febrero de este año la Organización Panamericana de la Salud (OPS), dio a conocer que Chile es el país con más alto consumo de tabaco de América, estimando que un 41% de la población adulta es fumadora.
La legislación aplicada desde 2013 prohíbe fumar en espacios cerrados, como casinos, restoranes, discotecas, centros comerciales, e incluso en recintos deportivos abiertos como gimnasios y estadios.