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Referéndum en Crimea tensiona relaciones entre Occidente y Rusia

El parlamento de Crimea aprobó por unanimidad este lunes una resolución en la que se declara independiente de Ucrania y solicita oficialmente su anexión a Rusia, luego de los resultados del referendo celebrado este domingo en la península, donde el 96,77 por ciento de la población votó a favor de la medida tomada por el Legislativo. Además, ya se imponen sanciones desde Estados Unidos y la Unión Europea. Analistas internacionales observan el juego de presiones y contrapresiones que se ha sostenido en este país de Europa del Este. ¿Hasta dónde llegarán las tensiones? ¿Existe alguna autocrítica en Occidente por haber tensionado las dos almas de Ucrania?

Paula Correa

  Martes 18 de marzo 2014 10:44 hrs. 
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“El conflicto en Ucrania parece haber escalado más allá de lo que los actores políticos habían esperado. Se derrocó un mandato elegido, en su momento, de forma democrática y asumió un gobierno interino que no ha dado mayores muestras de fortaleza. Hoy el escenario es muy complejo”, dice la directora del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago, Olga Ulianova, quien afirmó que en este conflicto la región se juega implicancias mundiales.

“Lo que está ocurriendo hoy es la modificación de fronteras, es muy indeseable para el sistema internacional porque hay muchos países donde hay territorios que reclaman algún tipo de autonomía o de independencia que podrían colgarse de este precedente”, sostuvo. “Occidente tiene que reaccionar, sobre todo pensando en sus procesos democráticos internos”.

Además, el referéndum cambia completamente el escenario porque deja a Ucrania en posición de tener que definir qué hará al respecto. ¿Se manejará sólo con los mecanismos diplomáticos que permite el derecho internacional para intentar revertir la anexión o pedirá ayuda para el uso de la fuerza? Por el momento todo indica que se van a mantener en una situación de avistamiento, pero no de choque frontal.

¿Y qué hará la Unión Europea? La presión de Occidente puede ser bastante fuerte, concuerdan los especialistas, y puede partir con un boicot en la próxima reunión del G8 en Sochi, además de las anunciadas sanciones económicas. El problema es que Europa es dependiente de las exportaciones de gas ruso, pues existe una interrelación económica entre ellos. En esa línea, ni Alemania, ni Londres, ni otras naciones del bloque han estado inclinadas a realizar represalias económicas inmediatas.

En tanto, Estados Unidos ha tomado “sanciones focalizadas en individuos”, es decir, en determinados ciudadanos rusos, autoridades militares, de gobierno, a quienes les revocan las visas o congelan activos en el extranjero. Estas son las sanciones más fuertes adoptadas desde la guerra fría.

Pero, ¿cómo llegó a este punto? Para el abogado y analista Jorge Heine esta respuesta se relaciona con el tratado de libre comercio que Ucrania firmaría con la Unión Europea. Para el también diplomático PPD y ex ministro de Eduardo Frei la expansión de la UE es simultánea con la de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), una alianza militar creada originalmente en contra de la Unión Soviética.

“Esta especie de avance infinito de la OTAN hacia Rusia, hasta el punto de lograr que este país se sienta completamente rodeado, implica que se instala en una posición incómoda. Entonces lo que ha ocurrido en Crimea no es sino una reacción a eso y un decir por parte de Moscú de que ustedes no pueden seguir esta expansión eterna de una alianza militar en nuestra contra, porque nosotros no lo vamos a permitir”, afirmó el experto.

En ese sentido el analista Internacional Guillermo Holzmann, en conversación con Radio Universidad de Chile, señaló que el error que reconoce en el avance diplomático de la Unión Europea fue no considerar la posible intervención de Rusia en la negociación con Ucrania, como si ese país tuviera plena libertad y autonomía de tomar la decisión de sumarse al modelo económico, financiero y comercial de Occidente.

No obstante, Olga Ulianova indicó que no se puede olvidar que la Economía Europea estaba actuando dentro de su propia lógica de recuperación, buscando integrar un mercado muy importante de 48 millones de habitantes.

Los especialistas coinciden es que es muy difícil gestionar el conflicto cuando ya se cuenta con un plebiscito como antecedente, aunque éste genere una serie de dudas por el corto plazo en que se desarrolló y la falta de presencia de observadores internacionales, además de contar con el rechazo de diversos países, partiendo por Estados Unidos.

En ese sentido Jorge Haine sostuvo que “ya ocurrió, eso crea una política de hechos consumados, ahora es muy difícil volver atrás”.

Crimea solicitó formalmente su anexión a Rusia y ambos países están en tregua hasta el próximo 21 de marzo. Lo que se espera es la votación en el parlamento ruso sobre incorporación y el paso de los resultados por el Tribunal Constitucional, lo que zanjaría si la localidad de Crimea, que hasta el 1954 era parte de Rusia, retorna al país más extenso del mundo o sigue bajo la administración de Kiev.

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