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Maestro José Luis Yamunaqué trae técnicas alfareras de cultura Vicús

El ceramista y restaurador peruano José Luis Yamunaqué visitó Chile para compartir los alcances de la Cerámica de Chulucanas. A los siete años inició el oficio cerámico guiado por su padre, Severino Yamunaqué, y estudió en la Escuela Nacional de la Ciudad de Buenos Aires, Argentina, entre 1976 y 1979. El artista asegura que las valiosas técnicas alfareras prehispánicas pueden brindar un aporte para la restauración y creación actuales.

Diana Porras

  Domingo 27 de abril 2014 19:50 hrs. 
José Luis Yamunaqué

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¿Vale la pena continuar en esta solitaria investigación?, se pregunta el ceramista José Luis Yamunaqué, reconocido restaurador peruano, quien, de vista en Chile, hace un repaso de su experiencia en esta área y reflexiona sobre la revalorización que requieren las técnicas prehispánicas.

Su pasión e interés se reflejan en distintas exposiciones, en su ejercicio de la enseñanza y en reiterados llamados a “enriquecer nuestro patrimonio”.

Yamunaqué destaca el aporte original de la cultura Vicús, al recordar que “en el mundo se conoce, por ejemplo, la técnica de elaborar vasijas con la que se logra el torno alfarero, que puede ser mecánico o eléctrico. Se desconoce, incluso en mi país, la técnica de paleta y piedra, con la cual se logra elaborar vasijas en una cantidad de 120 en ocho horas de trabajo”.

Asimismo, explica que “tiene ventajas la técnica que pertenece a la cultura Vicús sobre la técnica a torno eléctrico, al poder lograr grosores de la cerámica llamada cáscara de huevo”.

Integrante de una tradicional familia alfarera, en 2011 escribió una Carta Abierta sobre la cerámica de Chulucanas. En ese texto, dirigido al Centro de Innovación Tecnológica de la Cerámica (CITE Perú), planteaba diversas alternativas, tal como reitera en la actualidad, donde asegura que se debe rescatar la técnica de paleta y piedra mencionada anteriormente (Ver Video Piedra/Paleta).

También advierte que la técnica de los silbatos “no se está aplicando en los trabajos, a pesar de su belleza y múltiples beneficios”. Los vasos silbadores de los Vicús, al echarle agua en sus recipientes, emiten sonidos de aves y animales.

Además, llamó a que la decoración trabajada con el “negativo/positivo” deberían “conservarla sobre todo con ceramistas educados, hábiles y talentosos, ya que solo así se podría brindar el verdadero valor en lo cultural, artístico y económico”.

FOTO 1 Vasijas con aretes               FOTO 3 VASOS               FOTO 2 Figura humana

La técnica consiste en el uso de una arcilla líquida para cubrir las áreas que se desean mantener intactas, dejando al descubierto las que se busca oscurecer, y luego la pieza entra al horno de ahumado para una quema de reducción.

En una charla organizada por la Escuela de Artes Aplicadas, el ceramista compartió los antecedentes que ha ido descubriendo: “Hace un año regresé al Perú, invitado por la directora del proyecto de la zona Caral, que es una cultura que se dice que tiene una edad de cinco mil años de desarrollo. Me interesó esta cultura porque en cerámica se han encontrado pequeñas esculturas de entre diez y cinco centímetros y menos, por cuatro de ancho, donde las damas tienen unos tocados totalmente contemporáneos”, detalla.

En ese sentido, aclara que “lo admirable es que estas esculturas están hechas en barro, pero sin cocción, y cómo a través de miles de año se han conservado”.

Finalmente, expresa su preocupación por la falta de personas a las que seleccionar y adiestrar como maestros. “¿Qué hacer para conservar estas técnicas?”, se pregunta. “Pienso que no es suficiente, porque a los pocos maestros que quedan que trabajan con esa técnica el Estado nos está pidiendo un título para enseñar. Yo lo veo con pesimismo, pues pienso que es difícil en un mundo globalizado como el que estamos viviendo”, concluye.

Biografía

José Luis Yamunaqué nació en Chulucanas, Piura, en 1951. A los siete años inicia el oficio cerámico guiado por su padre, Severino Yamunaqué. Estudió en la Escuela Nacional de Cerámica de la Ciudad de Buenos Aires, Argentina, entre los 1976 y 1979. De vuelta en el Perú se especializa en el conocimiento de las diversas tecnologías cerámicas pre colonial al desempeñarse como restaurador de cerámica arqueológica en el Instituto Nacional de Cultura.
 
En 1983 obtiene una beca para estudiar en el Instituto Estatal de Arte por la Cerámica de Florencia, Italia. En la misma ciudad estudió escultura en el taller del maestro Salvatore Cipolla. Diez años después estudia la escultura en metal con el maestro Carlos Dorrien en el Wellesley College de Massachusetts, Estados Unidos.
 
Desde 1977 ha realizado diecisiete exposiciones individuales en Galerías de Perú, Argentina, Puerto Rico y Estados Unidos. Además, participó en numerosas exposiciones colectivas en Perú, Estados Unidos, Italia, Francia y Holanda.
 
Desde 1990, paralelamente a su trabajo artístico, ha ejercido la enseñanza en importante instituciones norteamericanas dedicadas a la investigación y difusión de la cerámica, entre ellas el Centro Artesanal de Vermont, el Museo de Bellas Artes de Boston, la Escuela de Bellas Artes de Massachusetts y la Universidad de Harvard.
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