Música
The Jesus & Mary Chain: Un pequeño subterráneo
En un recorrido que avanza con firmeza y uniformidad, todo aparece invadido por dosis de distorsión. Quizás los mejores momentos sean aquellos donde esa vibración se conjuga con melodías imbatibles: “Head on”, “Happy when it rains”, “The hardest walk” y la misma “Just like honey”, por ejemplo.
Viernes 23 de mayo 2014 9:52 hrs.
Es un poco decepcionante que la segunda presentación de The Jesus & Mary Chain en Santiago contemple exactamente las mismas canciones que sonaron en Buenos Aires la noche anterior, lista casi idéntica también a la que tocaron en 2008 en el Movistar Arena, en el marco del festival SUE. Desalentador como comprobar que apenas una de esas canciones (“All things must pass”) fue dada a conocer luego de la reunión que concretaron en 2007 y que el último disco con composiciones originales se publicó hace 16 años.
Sin embargo, nada de eso parece importar demasiado a los hermanos Jim y William Reid y al guitarrista Mark Crozer, el bajista Phil King y el baterista Brian Young, cuyas figuras oscuras aparecen en un escenario por el cual apenas se desplazan. Acaso por eso sean tan notorios los pasos de Alan McGee, el fundador del histórico sello Creation, que se asoma desde bambalinas para tomar fotos y publicarlas en Instagram. Durante los 65 minutos que dura el concierto el único que se aventura en pequeñas interacciones con el público es Jim Reid, los demás están siempre concentrados en seguir la senda que marca William desde sus seis cuerdas.
Ese es un recorrido que avanza con firmeza y uniformidad, sin mayores aspavientos ni alardes de virtuosismo, sino con un pulso eléctrico que a veces se empina por ciertas alturas y luego se deja caer con pesadez. Si en discos como Darklands (1987) o Automatic (1989) hay espacios para que aparezcan hasta guitarras acústicas, esta noche todo aparece invadido por dosis de distorsión. Aun así, no es el feedback desatado de Psychocandy, sino detonaciones tan controladas como certeras. Quizás los mejores momentos sean aquellos donde esa vibración se conjuga con melodías imbatibles: “Head on”, “Happy when it rains”, “The hardest walk” y la misma “Just like honey”, por ejemplo.
Así, el local parece convertido en algo que no parece un teatro en pleno centro de Santiago. Afuera la noche es helada, Jim Reid levanta la voz sobre guitarras expansivas, dice que quiere morir como Jesucristo, como JFK o en una cama de clavos y La Cúpula parece un refugio que nadie puede encontrar. Parece un pequeño subterráneo.
The Jesus & Mary Chain
Teatro La Cúpula
Jueves 22 de mayo de 2014
Lista de canciones
1. Snakedriver
2. Head on
3. Far gone and out
4. Between planets
5. Blues from a gun
6. Teenage lust
7. Sidewalking
8. Cracking up
9. All things must pass
10. Some candy talking
11. Happy when it rains
12. Halfway to crazy
13. Just like Honey
14. The hardest walk
15. Taste of Cindy
16. Reverence
Es un poco decepcionante que la segunda presentación de The Jesus & Mary Chain en Santiago contemple exactamente las mismas canciones que sonaron en Buenos Aires la noche anterior, lista casi idéntica también a la que tocaron en 2008 en el Movistar Arena, en el marco del festival SUE. Desalentador como comprobar que apenas una de esas canciones (“All things must pass”) fue dada a conocer luego de la reunión que concretaron en 2007 y que el último disco con composiciones originales se publicó hace 16 años.
Sin embargo, nada de eso parece importar demasiado a los hermanos Jim y William Reid y al guitarrista Mark Crozer, el bajista Phil King y el baterista Brian Young, cuyas figuras oscuras aparecen en un escenario por el cual apenas se desplazan. Acaso por eso sean tan notorios los pasos de Alan McGee, el fundador del histórico sello Creation, que se asoma desde bambalinas para tomar fotos y publicarlas en Instagram. Durante los 65 minutos que dura el concierto el único que se aventura en pequeñas interacciones con el público es Jim Reid, los demás están siempre concentrados en seguir la senda que marca William desde sus seis cuerdas.
Ese es un recorrido que avanza con firmeza y uniformidad, sin mayores aspavientos ni alardes de virtuosismo, sino con un pulso eléctrico que a veces se empina por ciertas alturas y luego se deja caer con pesadez. Si en discos como Darklands (1987) o Automatic (1989) hay espacios para que aparezcan hasta guitarras acústicas, esta noche todo aparece invadido por dosis de distorsión. Aun así, no es el feedback desatado de Psychocandy, sino detonaciones tan controladas como certeras. Quizás los mejores momentos sean aquellos donde esa vibración se conjuga con melodías imbatibles: “Head on”, “Happy when it rains”, “The hardest walk” y la misma “Just like honey”, por ejemplo.
Así, el local parece convertido en algo que no parece un teatro en pleno centro de Santiago. Afuera la noche es helada, Jim Reid levanta la voz sobre guitarras expansivas, dice que quiere morir como Jesucristo, como JFK o en una cama de clavos y La Cúpula parece un refugio que nadie puede encontrar. Parece un pequeño subterráneo.
The Jesus & Mary Chain
Teatro La Cúpula
Jueves 22 de mayo de 2014
Lista de canciones
1. Snakedriver
2. Head on
3. Far gone and out
4. Between planets
5. Blues from a gun
6. Teenage lust
7. Sidewalking
8. Cracking up
9. All things must pass
10. Some candy talking
11. Happy when it rains
12. Halfway to crazy
13. Just like Honey
14. The hardest walk
15. Taste of Cindy
16. Reverence
Es un poco decepcionante que la segunda presentación de The Jesus & Mary Chain en Santiago contemple exactamente las mismas canciones que sonaron en Buenos Aires la noche anterior, lista casi idéntica también a la que tocaron en 2008 en el Movistar Arena, en el marco del festival SUE. Desalentador como comprobar que apenas una de esas canciones (“All things must pass”) fue dada a conocer luego de la reunión que concretaron en 2007 y que el último disco con composiciones originales se publicó hace 16 años.
Sin embargo, nada de eso parece importar demasiado a los hermanos Jim y William Reid y al guitarrista Mark Crozer, el bajista Phil King y el baterista Brian Young, cuyas figuras oscuras aparecen en un escenario por el cual apenas se desplazan. Acaso por eso sean tan notorios los pasos de Alan McGee, el fundador del histórico sello Creation, que se asoma desde bambalinas para tomar fotos y publicarlas en Instagram. Durante los 65 minutos que dura el concierto el único que se aventura en pequeñas interacciones con el público es Jim Reid, los demás están siempre concentrados en seguir la senda que marca William desde sus seis cuerdas.
Ese es un recorrido que avanza con firmeza y uniformidad, sin mayores aspavientos ni alardes de virtuosismo, sino con un pulso eléctrico que a veces se empina por ciertas alturas y luego se deja caer con pesadez. Si en discos como Darklands (1987) o Automatic (1989) hay espacios para que aparezcan hasta guitarras acústicas, esta noche todo aparece invadido por dosis de distorsión. Aun así, no es el feedback desatado de Psychocandy, sino detonaciones tan controladas como certeras. Quizás los mejores momentos sean aquellos donde esa vibración se conjuga con melodías imbatibles: “Head on”, “Happy when it rains”, “The hardest walk” y la misma “Just like honey”, por ejemplo.
Así, el local parece convertido en algo que no parece un teatro en pleno centro de Santiago. Afuera la noche es helada, Jim Reid levanta la voz sobre guitarras expansivas, dice que quiere morir como Jesucristo, como JFK o en una cama de clavos y La Cúpula parece un refugio que nadie puede encontrar. Parece un pequeño subterráneo.
The Jesus & Mary Chain
Teatro La Cúpula
Jueves 22 de mayo de 2014
Lista de canciones
1. Snakedriver
2. Head on
3. Far gone and out
4. Between planets
5. Blues from a gun
6. Teenage lust
7. Sidewalking
8. Cracking up
9. All things must pass
10. Some candy talking
11. Happy when it rains
12. Halfway to crazy
13. Just like Honey
14. The hardest walk
15. Taste of Cindy
16. Reverence
