Condenas a periodistas reflotan críticas a gobierno de Al Sisi

La condena de tres periodistas de Al Jazeera por estar apoyando, supuestamente, a grupos terroristas en Egipto, reflotó las críticas en contra de un Gobierno que abusa constantemente de los Derechos Humanos, bajo la displicente mirada de los países de occidente. Para los especialistas, mientras el régimen de Al Sisi mantenga el apoyo de los Estados Unidos e Israel, es poco lo que puede cambiar.

La condena de tres periodistas de Al Jazeera por estar apoyando, supuestamente, a grupos terroristas en Egipto, reflotó las críticas en contra de un Gobierno que abusa constantemente de los Derechos Humanos, bajo la displicente mirada de los países de occidente. Para los especialistas, mientras el régimen de Al Sisi mantenga el apoyo de los Estados Unidos e Israel, es poco lo que puede cambiar.

La condena recayó sobre un australiano, Peter Greste y dos egipcios, Mohamed Fadel Fahmy y Baher Mohamed, todos de la cadena de noticias qatarí, Al Jazeera, acusados por trabajar a favor de “Grupos terroristas”, en este caso, los Hermanos Musulmanes.

Las penas oscilan entre los siete y diez años y si bien, aún resta el pronunciamiento de la Corte de Apelaciones, la condena mundial ha sido contundente.

Recordemos que existe una pugna entre los gobiernos de Egipto y Qatar, debido al apoyo que estos últimos han ofrecido a los Hermanos Musulmanes.

Amnistía Internacional reaccionó con molestia ante lo sucedido y declaró a través de Philip Luther, director del Programa de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África “La sentencia es una prueba más de que nada detendrá a las autoridades egipcias en su campaña implacable de represión de quienes contradigan el discurso oficial, por cuestionables que sean las pruebas en su contra”, sostuvo.

A esto se suman las condenas por parte de diversos países de occidente, pero que poco parecen afectar al presidente de Egipto Abdul Fatah Al Sisi. Él aseguró que su Gobierno no tomará parte en el asunto: “No interferiremos en asuntos judiciales, porque el sistema judicial egipcio es independiente y respetuoso, nadie debería interferir con las instituciones del Estado o comentar sobre ellas”, afirmó.

Se esperaba que luego del apoyo reafirmado por Estados Unidos al gobierno egipcio, que se traduce en la entrega de armamento y otros compromisos, Al Sisi pudiese dar pie atrás con el proceso en contra de los periodistas, pero esto no ocurrió.

Recordemos que entre los registros que posee este país, se encuentran el record mundial de condenas de muerte en sólo un mes, por sobre las 560, sin contar los miles de asesinados políticos que se registran desde la caída de Hosni Mubarak.

Por lo mismo, para el director del Centro de Estudios Árabes de la Universidad de Chile, Eugenio Chahuán, estas condenas son más bien simbólicas y no afectan en nada al gobierno de Al Sisi, pues mientras mantenga el apoyo de los Estados Unidos “son condenas que no van más allá, porque usted ve que el país más importante, que sostiene la economía egipcia, como es Estados Unidos, ha esbozado su ayuda militar al Ejército de Egipto sin querer hablar de golpe de Estado, porque eso complicaría la situación interna, el hecho de apoyar una dictadura”.

“Es como lo que pasa en Irak donde existen cuestionamientos respecto de que el Gobierno no ha sido capaz de estabilizar el país y ¿quién destruyó ese país? Bueno, Estados Unidos”, agrega.

Chahuán cree que es difícil poder catalogar a Egipto como una democracia, tomando en cuenta lo ocurrido en sus elecciones, que para el analista fueron una “farsa”

“En una situación compleja, donde se tienen que alargar los días de votación y más aún, cuando los otros dos candidatos dicen que es mejor elegir a Al Sisi que a ellos mismos, es una farsa bastante burda. Al Sisi es el hombre de Israel y Estados Unidos y representa la restauración de la dictadura en Egipto”, finaliza Chahuán.

Para los analistas, las fuerzas armadas egipcias que gobernaban el país desde 1952 nunca cedieron el poder. Los respectivos jefes de Estado Muhammad Naguib, Gamal Abdel Nasser, Anwar Sadat y, luego, Hosni Mubarak eran todos oficiales de alto rango. Sus regímenes constituían dictaduras militares, a pesar de que las ropas de Mubarak eran civiles, así como su retórica.

Algo similar ocurriría en esta ocasión con Al Sisi, quien también proviene del mundo castrense y por lo mismo, su elección busca reinstaurar la dictadura militar en el poder, con el apoyo de los Estados Unidos e Israel.

A esto se suma el hecho de que no existe una oposición unida que pueda hacer frente al Gobierno. De hecho, los Hermanos Musulmanes, actualmente perseguidos por Al Sisi, fueron electos sin contar con una base social importante y su intención de implementar las leyes del Islam en la sociedad egipcia, terminaron por favorecer la intervención de los militares y su intención de retornar al mando.





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