El informe sobre drogas de la ONU también establece que a nivel mundial entre un 3,5 por ciento al 7,0 por ciento de la población mundial que está entre los 15 a 64 años, consumieron al menos una vez alguna droga ilícita. Sin embargo, detectó una disminución de la plantación de cocaína y una caída en los índices de muertes por consumo.
En relación a los consumidores habituales y personas que sufren trastornos de consumo o dependencia, la cifra se mantiene estable entre los 16 y los 39 millones de personas, pese a que aún existe una deuda pendiente en la prestación de servicios de salud en el apoyo y la contención, consignando que en los últimos años uno de cada seis consumidores problemáticos en el mundo ha tenido acceso a tratamiento.
La ex ministra de Salud del anterior gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, María Soledad Barría, puso el acento en la preocupación que deben tener los gobiernos a resolver la violencia que genera el micro y narcotráfico de drogas ilícitas.
“Yo creo que necesitamos replantearnos la globalidad de las políticas de drogas que están haciendo de poderes paralelos al margen del Estado con una fuerza atroz y con una violencia inusitada. Entonces yo creo que no estamos dándole con el palo al gato, por así decir, en materia de drogas a nivel del mundo y creo que hay que replantear el tema en su globalidad”, enfatizó María Soledad Barría.
La ex ministra además se mostró a favor de la educación preventiva desde la escuela básica, y planteó su apoyo a la legalización de las drogas, asegurando que el tema debe ser debatido a nivel mundial, graficando la situación con la mafia que se formó al alero de la prohibición del tabaco y el alcohol en Estados Unidos, en la década de los años ’20.
En tanto, el senador de la UDI Jaime Orpis, un opositor a legalizar la marihuana por considerar que es “una droga que objetivamente genera daño”, manifestó su preocupación por el aumento del consumo de las drogas químicas. El senador de la UDI afirmó que la solución es la prevención a través de la educación obligatoria en todos los niveles.
“Por lo tanto el eje de las políticas públicas debería estar en cómo reducir esos altos niveles de consumo y en ese caso la verdadera política pública son las políticas de prevención particularmente a nivel escolar, porque cualquier política de legalización lo que va a hacer es aumentar el consumo en vez de disminuirlo y ahí es donde debería estar radicada, a mi juicio, la verdadera política pública en el país. Yo he venido peleando hace 12 años para establecer la prevención obligatoria en todos los colegios del país”, sostuvo Jaime Orpis.
El legislador opositor también precisó que en vez de legalizar la marihuana, lo que se debe hacer es reformar el artículo 4 de la Ley de Drogas, que a su juicio, ha sido tergiversado por las instituciones tratando a los consumidores como delincuentes, cuando el tema debería verse a través de un enfoque de salud y no penal, como ocurre actualmente.
El Informe Mundial sobre las Drogas 2014, también advierte, que entre otras medidas, los traficantes de drogas, ante el incremento de las inspecciones utilizan métodos más complejos para obtener precursores: crean grupos delictivos organizados; más empresas de fachada para ocultar importaciones ilegales; utilización de internet y utilizan nuevos precursores que no tienen fiscalización, lo que origina problemas para el sistema de fiscalización a nivel internacional.
El informe sobre drogas de la ONU también establece que a nivel mundial entre un 3,5 por ciento al 7,0 por ciento de la población mundial que está entre los 15 a 64 años, consumieron al menos una vez alguna droga ilícita. Sin embargo, detectó una disminución de la plantación de cocaína y una caída en los índices de muertes por consumo.
En relación a los consumidores habituales y personas que sufren trastornos de consumo o dependencia, la cifra se mantiene estable entre los 16 y los 39 millones de personas, pese a que aún existe una deuda pendiente en la prestación de servicios de salud en el apoyo y la contención, consignando que en los últimos años uno de cada seis consumidores problemáticos en el mundo ha tenido acceso a tratamiento.
La ex ministra de Salud del anterior gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, María Soledad Barría, puso el acento en la preocupación que deben tener los gobiernos a resolver la violencia que genera el micro y narcotráfico de drogas ilícitas.
“Yo creo que necesitamos replantearnos la globalidad de las políticas de drogas que están haciendo de poderes paralelos al margen del Estado con una fuerza atroz y con una violencia inusitada. Entonces yo creo que no estamos dándole con el palo al gato, por así decir, en materia de drogas a nivel del mundo y creo que hay que replantear el tema en su globalidad”, enfatizó María Soledad Barría.
La ex ministra además se mostró a favor de la educación preventiva desde la escuela básica, y planteó su apoyo a la legalización de las drogas, asegurando que el tema debe ser debatido a nivel mundial, graficando la situación con la mafia que se formó al alero de la prohibición del tabaco y el alcohol en Estados Unidos, en la década de los años ’20.
En tanto, el senador de la UDI Jaime Orpis, un opositor a legalizar la marihuana por considerar que es “una droga que objetivamente genera daño”, manifestó su preocupación por el aumento del consumo de las drogas químicas. El senador de la UDI afirmó que la solución es la prevención a través de la educación obligatoria en todos los niveles.
“Por lo tanto el eje de las políticas públicas debería estar en cómo reducir esos altos niveles de consumo y en ese caso la verdadera política pública son las políticas de prevención particularmente a nivel escolar, porque cualquier política de legalización lo que va a hacer es aumentar el consumo en vez de disminuirlo y ahí es donde debería estar radicada, a mi juicio, la verdadera política pública en el país. Yo he venido peleando hace 12 años para establecer la prevención obligatoria en todos los colegios del país”, sostuvo Jaime Orpis.
El legislador opositor también precisó que en vez de legalizar la marihuana, lo que se debe hacer es reformar el artículo 4 de la Ley de Drogas, que a su juicio, ha sido tergiversado por las instituciones tratando a los consumidores como delincuentes, cuando el tema debería verse a través de un enfoque de salud y no penal, como ocurre actualmente.
El Informe Mundial sobre las Drogas 2014, también advierte, que entre otras medidas, los traficantes de drogas, ante el incremento de las inspecciones utilizan métodos más complejos para obtener precursores: crean grupos delictivos organizados; más empresas de fachada para ocultar importaciones ilegales; utilización de internet y utilizan nuevos precursores que no tienen fiscalización, lo que origina problemas para el sistema de fiscalización a nivel internacional.
El informe sobre drogas de la ONU también establece que a nivel mundial entre un 3,5 por ciento al 7,0 por ciento de la población mundial que está entre los 15 a 64 años, consumieron al menos una vez alguna droga ilícita. Sin embargo, detectó una disminución de la plantación de cocaína y una caída en los índices de muertes por consumo.
En relación a los consumidores habituales y personas que sufren trastornos de consumo o dependencia, la cifra se mantiene estable entre los 16 y los 39 millones de personas, pese a que aún existe una deuda pendiente en la prestación de servicios de salud en el apoyo y la contención, consignando que en los últimos años uno de cada seis consumidores problemáticos en el mundo ha tenido acceso a tratamiento.
La ex ministra de Salud del anterior gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, María Soledad Barría, puso el acento en la preocupación que deben tener los gobiernos a resolver la violencia que genera el micro y narcotráfico de drogas ilícitas.
“Yo creo que necesitamos replantearnos la globalidad de las políticas de drogas que están haciendo de poderes paralelos al margen del Estado con una fuerza atroz y con una violencia inusitada. Entonces yo creo que no estamos dándole con el palo al gato, por así decir, en materia de drogas a nivel del mundo y creo que hay que replantear el tema en su globalidad”, enfatizó María Soledad Barría.
La ex ministra además se mostró a favor de la educación preventiva desde la escuela básica, y planteó su apoyo a la legalización de las drogas, asegurando que el tema debe ser debatido a nivel mundial, graficando la situación con la mafia que se formó al alero de la prohibición del tabaco y el alcohol en Estados Unidos, en la década de los años ’20.
En tanto, el senador de la UDI Jaime Orpis, un opositor a legalizar la marihuana por considerar que es “una droga que objetivamente genera daño”, manifestó su preocupación por el aumento del consumo de las drogas químicas. El senador de la UDI afirmó que la solución es la prevención a través de la educación obligatoria en todos los niveles.
“Por lo tanto el eje de las políticas públicas debería estar en cómo reducir esos altos niveles de consumo y en ese caso la verdadera política pública son las políticas de prevención particularmente a nivel escolar, porque cualquier política de legalización lo que va a hacer es aumentar el consumo en vez de disminuirlo y ahí es donde debería estar radicada, a mi juicio, la verdadera política pública en el país. Yo he venido peleando hace 12 años para establecer la prevención obligatoria en todos los colegios del país”, sostuvo Jaime Orpis.
El legislador opositor también precisó que en vez de legalizar la marihuana, lo que se debe hacer es reformar el artículo 4 de la Ley de Drogas, que a su juicio, ha sido tergiversado por las instituciones tratando a los consumidores como delincuentes, cuando el tema debería verse a través de un enfoque de salud y no penal, como ocurre actualmente.
El Informe Mundial sobre las Drogas 2014, también advierte, que entre otras medidas, los traficantes de drogas, ante el incremento de las inspecciones utilizan métodos más complejos para obtener precursores: crean grupos delictivos organizados; más empresas de fachada para ocultar importaciones ilegales; utilización de internet y utilizan nuevos precursores que no tienen fiscalización, lo que origina problemas para el sistema de fiscalización a nivel internacional.
