Andrés Velasco y Marco Enríquez: Los satélites de la Nueva Mayoría

En medio del debate legislativo y la adelantada búsqueda de presidenciables, las últimas semanas resurgieron las figuras de los ex candidatos Andrés Velasco y Marco Enríquez, satélites de la coalición cuyas afinidades con distintos sectores muestran las diferencias internas de la Nueva Mayoría. Políticos y cientistas analizaron la disputa por la hegemonía dentro del bloque oficialista.

En medio del debate legislativo y la adelantada búsqueda de presidenciables, las últimas semanas resurgieron las figuras de los ex candidatos Andrés Velasco y Marco Enríquez, satélites de la coalición cuyas afinidades con distintos sectores muestran las diferencias internas de la Nueva Mayoría. Políticos y cientistas analizaron la disputa por la hegemonía dentro del bloque oficialista.

Si bien durante la semana pasada, y de seguro los próximos meses, la discusión se centró en las reformas al binominal, el recaudo tributario y el sistema educativo, esta última semana de julio fue el primer apronte a la lucha sin cuartel que se avizora para reemplazar al principal liderazgo y eje sostenedor del bloque, la Presidenta Michelle Bachelet, quien no puede repostular y ya descartó una modificación constitucional que permita su inscripción como candidata.

Es evidente que en la Nueva Mayoría hay distintas perspectivas respecto a la conducción de las reformas, así ha quedado claro en menos de cinco meses desde el retorno de la “Concertación ampliada” a La Moneda.

La tensión ha sido constante respecto al programa de la Presidenta, ya que en sus ejecución se juegan visiones ideológicas contrapuestas sobre la participación del Estado en garantizar derechos sociales, la regulación del libre mercado y las formas participativas que exige la ciudadanía al débil sistema democrático del país.

A más de tres años de una nueva elección presidencial, las distintas fuerzas políticas no han tenido problemas para embarcarse en la disputa por la hegemonía del bloque, en antaño en manos de la Democracia Cristiana y hoy en manos del Partido Socialista, según los especialistas. Los siete partidos de la Nueva Mayoría juran lealtad al programa, pero ¿qué pasará con la coalición oficialista cuando Michelle Bachelet termine su mandato?

La Nueva Mayoría, una coalición centrípeta

Michelle Bachelet es el eje central de la coalición de gobierno y de ella depende su estabilidad. En eso concuerdan la mayoría de los analistas y políticos de distintos sectores del espectro partidario en Chile.

Junto con la mandataria, su gabinete político está compuesto por los ministros del Interior Rodrigo Peñailillo (PPD), de Hacienda, Alberto Arenas (PS), Álvaro Elizalde (PS) en la Secretaría General de Gobierno y Ximena Rincón (DC) en la Secretaría General de la Presidencia. Ellos son la voz de Michelle Bachelet y representan la actual correlación de fuerzas en la interna de la coalición gobernante.

Desde ese centro político, Michelle Bachelet sostiene las diferencias existentes desde los sectores más progresistas del PPD y el PS hasta los más liberales de la Democracia Cristiana.

Todos otorgan apoyo irrestricto al programa, lo que implícitamente sugiere lealtad al capital político conseguido por la Presidenta, quien se transformó en una plataforma para aumentar la popularidad de otros personeros y perfilar nuevos liderazgos. No es casual que Rodrigo Peñailillo tenga en este momento el respeto y valoración de sus pares y enemigos.

Para la cientista política Cristina Escudero, “la Nueva Mayoría ya tiene una base electoral competitiva, puede ganar las elecciones sin ampliarse hacia ningún lado” y agregó: “Los que tienen que cambiar y adaptarse son los que están fuera”.

Según el ex candidato presidencial, Tomás Hirsch, “la Nueva Mayoría está evidentemente tensionada”. “Con la poca oposición que han tenido de la derecha, se han encargado de construir la oposición al interior mismo de la Nueva Mayoría”

“Lamentablemente en la primera de esas reformas ya vimos que cedió ante las presiones de los sectores más reaccionarios que no quieren avanzar. Cedió ante la derecha, los poderes fácticos y la Democracia Cristiana cuyos senadores no estaban dispuestos a votar por la Reforma Tributaria”, afirmó Hirsch.

“Hay diferencias que son un poco fuertes”, señaló Jorge Arrate, otro ex miembro de la Concertación y figura relevante de la política nacional, quien observa como en la Nueva Mayoría hay “diferencias en su interior que surgen a cada paso”.

El ex ministro de Allende, Aylwin y Frei evaluó la actuación del gabinete de la Presidenta. “Hay un Ministro del Interior que se ha proyectado mucho, un vocero que está cumpliendo su tarea y encuentro bastante apagada a la ministra de la Presidencia. Ella está radicada al tema constitucional, pero ese tema da la impresión que no tiene una alta consideración en el gobierno”, sostuvo Arrate, quien asegura que “no va a ser la Presidenta la que va a encabezar estas grandes transformaciones, siempre va a haber que empujarlos desde la calle”.

El error de la primera candidata

El fin de semana recién pasado, las declaraciones de Ximena Rincón respecto a potenciar liderazgos propios generaron una ola de comentarios y especulaciones respecto de los futuros candidatos de la coalición gobernante, causando un problema innecesario para el Ejecutivo aún en ajuste, pese a estar cerca de los seis meses instalados en La Moneda.

Rápidamente, luego del comité político de este lunes, los siete presidentes de partido y los miembros del gabinete político de la Presidenta unificaron su discurso y postergaron el debate sobre quién eventualmente será el candidato de la Nueva Mayoría, alegando que instalar ese tema es “extemporáneo e irresponsable”, dijo el ministro del Interior Rodrigo Peñailillo.

La misma ministra Segpres, Ximena Rincón (DC) señaló que eso sólo fue parte de actividades de su partido y que más bien están “concentrados en las tareas que tienen por delante” como gobierno. En la misma línea, el presidente de la falange y por estos días vocero de la Nueva Mayoría, Ignacio Walker  aseguró que “el tema presidencial no está en la orden del día y que no es prioridad”.

De igual forma intervino el presidente del Partido Socialista Osvaldo Andrade. El diputado señaló que hubo una petición unánime de no continuar con esa discusión, “petición que también involucra al gobierno”, dijo en relación a la ministra. Además, aseguró que “apoyarán a la Presidenta sin matices”.

“Cuando todo el esfuerzo que tenemos que hacer es concentrarnos en la reforma educacional, hacernos cargo del acuerdo que hay con la CUT en materia laboral y seguir adelante con el tema del binominal y la reforma tributaria, abrir un debate respecto al tema presidencial a estas alturas es absolutamente irresponsable, no solamente impertinente e inoportuno”, reclamó Andrade.

¿Son las presidenciales un debate extemporáneo? “Hay que posicionarse primero y negociar bastante” responde la cientista política Cristina Escudero, para quien es absolutamente normal que emerja este debate.

Todos los partidos políticos tienen que “mostrar cartas e intenciones”, agrega la especialista, ya que la presencia de las siete colectividades “tiene sentidos si obtienen cuotas de poder” y “canalizan demandas dentro de una matriz ideológica”. Es por ello que, asegura, el Partido Radical, aunque no tenga posibilidad alguna, llevará un candidato a las primarias.

MEO y Velasco: Los satélites

Fuera de Michelle Bachelet y su programa todo es posible. El “coqueteo” entre Osvaldo Andrade y Marco Enríquez-Ominami, fundador del Partido Progresista; y el respaldo explícito de Mariana Aylwin (DC) a Andrés Velasco, fundador del movimiento Fuerza Pública, son una muestra de las diferencias irreconciliables dentro del bloque.

La disputa entre MEO y Velasco es también la disputa por la conducción de la Nueva Mayoría. Además de Andrade, el protegido de Ricardo Solari tendría el respaldo de varios parlamentarios. Por su parte, Velasco es cercano a los “príncipes” de la DC, sector que actualmente lidera el partido.

Según el analista político de la Universidad de Talca, Gustavo Rayo, Marco Enríquez y Andrés Velasco “apelan entre comillas a una suerte de liderazgo político más limpio, menos contaminado por las desavenencias o discordancias entre los distintos partidos de la Nueva Mayoría. Su estrategia más que intentar ser un actor más, diría que ellos apelan a nuevas coaliciones políticas, diferentes”.

Por su parte, la investigadora del Instituto de Asuntos Públicos (INAP) de la Universidad de Chile, Cristina Escudero apunta sobre los “satélites”: “En una escala de izquierda a derecha, están en distintos sectores de la Nueva Mayoría. Ellos ven en la coalición el espacio natural donde están sus votantes, donde ellos pueden crecer. Ya la estrategia, sobre todo de Marco Enríquez de tratar de crecer por fuera de la Nueva Mayoría ya encontró su límite”

Según la académica la disputa entre los políticos descolgados de la Concertación se debe a que “no les conviene pelear con el gobierno, se enfrentan para mantenerse en el debate”.

En ese contexto, el diputado y experto electoral Pepe Auth (PPD) señaló: “Noto cierta ansiedad de quienes quedaron “outside” después del impresionante triunfo de Bachelet, y piensan que se puede vivir estos cuatro años como si fuera un simple paréntesis”, dijo el referente del PPD.

Respecto de MEO, el parlamentario afirmó: “Si uno observa el pasado reciente de Marco Enríquez tendría que decir que no, aunque todo el mundo tiene derecho a cambiar. Sobre Velasco señaló que en el último período “le vio la espalda, alejándose del ethos de la centro-izquierda chilena”.

“La elección la vamos a tomar a partir de mediados de 2016, y en particular en las primerias de mayo o junio de 2017, y te aseguro que la elección no va a ser o no vamos a estar obligados a elegir entre Andrés Velasco y Marco Enríquez-Ominami”, enfatizó Auth.





Presione Escape para Salir o haga clic en la X