Elecciones en Brasil: Una carrera estrecha para Dilma Rousseff

Los comicios presidenciales de acercan a pasos agigantados en Brasil y luego del término de la Copa del Mundo, ya no hay excusas para que las dirigencias políticas no sean parte del debate en torno a los reclamos ciudadanos de mejores condiciones de vida, especialmente en las grandes ciudades y enfrentar con decisión el flagelo de la corrupción. En la carrera presidencial, el contendor de la opositora Social Democracia, Aécio Neves acortó la distancia con la Presidenta Dilma Rousseff a solo 8 puntos en la intención de voto, mientras tanto, la carta del Partido Socialista, Eduardo Campos, suma un 10%.

Los comicios presidenciales de acercan a pasos agigantados en Brasil y luego del término de la Copa del Mundo, ya no hay excusas para que las dirigencias políticas no sean parte del debate en torno a los reclamos ciudadanos de mejores condiciones de vida, especialmente en las grandes ciudades y enfrentar con decisión el flagelo de la corrupción. En la carrera presidencial, el contendor de la opositora Social Democracia, Aécio Neves acortó la distancia con la Presidenta Dilma Rousseff a solo 8 puntos en la intención de voto, mientras tanto, la carta del Partido Socialista, Eduardo Campos, suma un 10%.

Las elecciones presidenciales del próximo 5 de octubre en Brasil ya entraron en tierra derecha, luego de la polémica Copa del Mundo adjudicada por Alemania, y de una cita que dejó un enojo en la población con el gobierno de la Presidenta Dilma Rousseff, por las altísimas sumas de dinero gastadas en la organización del certamen planetario.

Lo que parecía sería una fiesta nacional se fue desvaneciendo mucho antes del inicio del Mundial, debido a las crecientes protestas de miles de brasileños reclamando en las calles de Sao Paulo o Río de Janeiro, incluso mucho antes del inicio de la competencia futbolística.

Este ambiente de malestar generalizado se puede explicar en gran medida por el frenazo de la economía de ese país, que luego de registrar una expansión del 7,5% en 2010 en el último año de Lula en el poder, el crecimiento con Dilma Rousseff fue del 2,7% en 2011 y del 1% en 2012, y en el 2013 llegó a un 2,3%, con una tasa similar en 2014.

Además, del tema económico, el malestar por los gastos del Mundial y los escándalos de corrupción han golpeado la figura de la Jefa de Estado, al punto que las encuestas indican que si ganara en octubre próximo la victoria sería muy estrecha, donde no se descarta la realización de una incierta segunda vuelta.

Este era el panorama en Brasil a menos de un mes antes del Mundial.

Este era el panorama en Brasil a menos de un mes antes del Mundial.

Los datos de las encuestas muestran este descenso de la candidata oficialista, y si en enero de este año tenía una cómoda ventaja cercana  a los 30 puntos, ahora esa diferencia ha disminuido ante la fuerte alza del su más cercano adversario, el nieto de Tancredo Neves.

Aécio Neves, candidato opositor del Partido de la Social Democracia Brasileña, pudo disminuir considerablemente la brecha en intención de voto con la actual Mandataria a ocho puntos. En marzo, la diferencia era de 27. El otro candidato es Eduardo Campos del Partido Socialista, quien obtiene el 10%.

Respecto de este tema el académico del Instituto de Asuntos Públicos (INAP) de la Universidad de Chile, Jaime Baeza, señaló que la competencia por el sillón presidencial es muy estrecha y no descartó una segunda vuelta para dirimir al próximo mandatario.

“Con Aécio Neves es probable que haya un escenario de segunda vuelta. Hay que tomar en consideración que tanto los centros urbanos de Río de Janeiro y Sao Paulo están en manos de la oposición, siempre lo han estado, y la diferencia la constituyen los campos y el Nordeste. En la medida que la Presidenta Rousseff no sea capaz de obtener un apoyo sustancial en esos sectores y en las zonas pobres urbanas, la probabilidad de una segunda vuelta es muy alta”, indicó.

El candidato Aécio-Neves.

El candidato Aécio-Neves.

En tanto, el profesor del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago. Fernando Estensoro, dijo que la Clase Media brasileña está descontenta porque la plata de los impuestos se gasta en sostener una burocracia corrupta, poniendo el desafío hacia el futuro sobre la modernización del Estado.

“Se plantea la disyuntiva de cómo enfrentar la modernización del Estado, y este desafío lo va a tener cualquiera que resulte elegido. Luego está el tema de cómo Brasil logra atraer mayores inversiones, porque no es que Brasil no reciba inversiones, pero se trata de una economía muy grande y para poder dinamizarla se necesitan enormes flujos de inversión exterior”, señaló.

Por su lado, el ex ministro de Economía Carlos Ominami aseguró que la actual cercanía de los candidatos Neves y Rousseff en la carrera por llegar al Palacio de Planalto, incluso estaba dentro de los cálculos del PT, en el sentido de que la Mandataria debería ser reelecta en segunda vuelta con un resultado relativamente estrecho.

En esa línea, el también economista se manifestó confiado de que Dilma Rousseff sería reelecta para un segundo mandato, sin embargo, admitió que para este eventual segundo período se hacía necesario introducir una serie de cambios respecto de lo que fue el primer mandato.

“Estos cambios tienen que ver con la política económica. Brasil tiene que poder retomar una senda de crecimiento mayor, ha estado creciendo muy poco durante el último tiempo, hay un gran tema de reforma política, el sistema político brasileño tiene un nivel de desprestigio frente a la ciudadanía gigantesco y en tercer lugar hay temas de política exterior”, indicó Ominami.

Ahora queda saber si el destino político del pueblo brasileño se define el 5 de octubre o quedará en suspenso hasta el 26 de ese mes en la segunda vuelta. La palabra parece tenerla una ciudadanía demandante, que no soporta más corrupción y que exige mejores condiciones de vida.





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