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Las dudas que enfrenta el ministerio de Cultura que prometió Michelle Bachelet

Es uno de los compromisos que están en el programa y el Gobierno pretende que se implemente en 2016. Sin embargo, experiencias anteriores y la discusión en el Parlamento ponen en cuestión que la iniciativa alcance a ser promulgada antes que acabe el mandato de la Presidenta.

Rodrigo Alarcón

  Viernes 8 de agosto 2014 19:37 hrs. 
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“En los primeros cien días de Gobierno enviaremos al Congreso un proyecto de ley que crea el Ministerio de Cultura y Patrimonio”. La aseveración estaba en el programa de gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet y luego apareció entre las 50 primeras medidas de su mandato, pero la realidad ha sido distinta: la iniciativa aún no se conoce y su implementación no parece segura antes que acabe el periodo de la mandataria.

El Gobierno decidió enviar una indicación sustitutiva al proyecto que el ex presidente Sebastián Piñera presentó en mayo del año pasado en la Cámara de Diputados. Es decir, va a reemplazar el articulado completo. Mientras, en julio la ministra Claudia Barattini entregó los resultados de la consulta ciudadana sobre el ministerio.

Sin embargo, hay otro paso pendiente que tomará tiempo: la consulta a los pueblos indígenas que establece el Convenio 169 de la OIT. El Consejo de la Cultura y las Artes (CNCA) pretende hacer la convocatoria al procedimiento en la última semana de agosto y éste no terminará antes de diciembre. Incluso podría extenderse hasta febrero del próximo año, dijo la subdirectora de la entidad, Lilia Concha.

Recién entonces el Gobierno podría presentar el proyecto, que ya se prepara en forma de borrador: “Tenemos una propuesta de articulado bastante avanzada, que será el documento que los pueblos originarios conocerán para pronunciarse en la consulta”, aseguró Lilia Concha.

La idea del CNCA es ingresar la indicación sustitutiva a principios de 2015, para que sea tramitada durante ese año y el ministerio se implemente en 2016: “Estamos trabajando para lograrlo. Esta indicación sustitutiva incorpora elementos y fortalece debilidades y vacíos que el proyecto ingresado anteriormente tenia, pero también reconoce que hay un trámite legislativo iniciado, de tal modo que se aproveche el camino ya comenzado para no partir de cero. Eso nos permite ganar tiempo y tener un Parlamento con una opinión formada, que puede deliberar y resolver un proyecto de ley de manera mucho más rápida”, indicó la autoridad.

No obstante, hay razones para pensar que el panorama no es tan auspicioso. Julieta Brodsky, coordinadora de investigación del Observatorio de Políticas Culturales (OPC), señaló que, en promedio, la tramitación de los proyectos que crean instituciones culturales demora más de tres años. Cuando se creó el Consejo de la Cultura, por ejemplo, el ex presidente Ricardo Lagos presentó una indicación sustitutiva en noviembre de 2000 y su aprobación ocurrió en julio de 2003, pero el proyecto estaba en el Congreso desde antes.

Considerando esos parámetros, si la indicación se presentara a inicios de 2015, en el mejor de los casos alcanzaría a promulgarse justo antes que acabe el gobierno de Michelle Bachelet.

“La tendencia general es que la discusión va a ser larga. Como no tenemos claridad sobre cuándo va a ingresar el proyecto, todavía no existe un borrador o algo en lo que se pueda trabajar y la consulta indígena también está muy en pañales, podría pasar que el proyecto demore mucho tiempo y el actual Gobierno no pueda darle luz”, afirmó la especialista.

La clave estaría en la urgencia que el Gobierno pueda otorgar al proyecto, pero es sabido que las prioridades legislativas son otras reformas, especialmente la Educacional.

Aun así, el diputado Ramón Farías (PPD), integrante de la comisión de Cultura, dijo esperar que “en el momento en que ingrese el proyecto, el Ejecutivo ponga las urgencias que se requieren. Es posible mascar chicle y caminar. En la comisión de Cultura podemos ver este proyecto, mientras en Hacienda ven la Reforma Tributaria y en Educación ven la Reforma Educacional. Es posible avanzar con todos esos temas en paralelo”, aseguró.

Además, hay otro foco de posible conflicto: cuando la indicación sustitutiva sea ingresada, la comisión de Cultura debe debatir inmediatamente el articulado sin invitados, porque el proyecto anterior ya fue aprobado en general.

Los diputados de la comisión pretenden hacer encuentros “informales” con organizaciones que quieran hacer reparos al proyecto, pero éstas no podrán ser citadas formalmente a las sesiones de la comisión, que debe enfocarse directamente en el debate.

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