Choque de declaraciones y movimientos medidos sobre la convulsa zona del este de Ucrania. Mientras la oficina del presidente ucraniano, Petro Poroshenko, anunciaba a primera hora de esta mañana de miércoles que su mandatario había alcanzado un “alto el fuego permanente” con su homólogo ruso, Vladimir Putin, en el este de Ucrania, el Kremlin lo desmentía poco después.
El portavoz del presidente Putin alegó que Moscú no podía pactar nada con Kiev, porque “Rusia no forma parte del conflicto en Ucrania”. Esto es, el Kremlin precisaba que, de existir un alto el fuego, ellos no habrían participado en el acuerdo.
Además, de manera paralela, los insurgentes se desvinculaban del alto el fuego anunciado por Poroshenko. El viceprimer ministro de la autoproclamada República Popular de Donetsk, Andrei Purgin, dijo que la decisión de detener los combates no ha sido consultada con ellos, por lo que no les obligaba. “Esto es un juego de Kiev. La decisión se ha tomado sin contar con nosotros”, sentenció Purgin.
En todo caso, lo que sí es cierto es que Poroshenko y Putin habían mantenido una conversación telefónica, cuyo fin era hallar solución al conflicto de Ucrania. Es más, un portavoz del Kremlin había asegurado que “sus opiniones sobre posibles salidas de la crisis coinciden ampliamente”.
Sin embargo, Rusia insiste en que “Putin y Poroshenko trataron realmente los pasos para favorecer un alto el fuego entre las milicias y las fuerzas ucranianas, pero Rusia no puede acordar el alto el fuego porque no es parte en el conflicto” armado.