Cerca de 48 horas han pasado desde el atentado en las inmediaciones de la estación Escuela Militar del Metro de Santiago.
Hasta ahora, no se conocen responsables de los hechos, tampoco grupos reivindicando el acto que dejó a más de una decena de heridos de diversa consideración.
Sobre seguridad, Ley Antiterrorista y funcionamiento de las investigaciones el Director del Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana de la casa de Bello, Hugo Frühling, conversó con Radio Universidad de Chile.
¿Por qué aun nadie se adjudica el atentado?, ¿Qué hipótesis se puede hacer al considerar que normalmente estos hechos son reivindicados por algún grupo con alguna motivación política?
A mí, sin poder probarlo, se me ocurren dos hipótesis. La primera, es que en ninguno de esos atentados, como el anterior, donde no hubo una clara intención de dañar personas, se quiso dejar pista que pudiera ser seguida. Esa es la posibilidad más obvia.
La segunda ,es que estos hechos intentan crear temor, pero donde el grupo que está detrás es lo suficientemente pequeño como para no intentar reclutar más personas o centrar la intención de tener más apoyo político. En consecuencia, la necesidad de fijar una identidad parece mucho menor.
En una perspectiva más sociológica, ¿Cuáles son los efectos que produce el terror en las sociedades y, particularmente, en el rumbo de las discusiones políticas y sociales?
Los efectos son inmediatos. Por lo menos se puede hipotetizar en dos. El primero es que la sociedad aumenta su tolerancia respecto de las restricciones legales, incluso de las oficiales. En general la gente está más dispuesta a defender los derechos de los demás cuando la situación está tranquila, cuando son apremiantes pueden surgir tendencias y discursos respecto de la mano dura y otros similares, típicos de situaciones donde el delito y el terrorismo prima.
El segundo, es que una situación de esta especie obliga a mostrar resultados inmediatos. En algunas ocasiones esto no es fácil para las autoridades.
¿Se puede decir que, en general, este tipo de atentados favorecen agendas políticas y públicas más conservadoras que progresistas?
Creo que puede suceder una situación paradojal. Por un lado, la agenda más conservadora se fortalece, al menos de manera inicial. Pero también se fortalece la de los grupos que intentan demostrar que todo es igual, que una coalición de centro izquierda o de centro derecha es lo mismo.
Por lo tanto, se fortalecen tanto los grupos conservadores como los más extremistas y antisistemas.
¿Cuál es su mirada respecto a las falencias de la actual legislación y la necesidad de trabajar en sus modificaciones con respecto de las dificultades que estén teniendo los aparatos de investigación?
Es posible que se den las dos cosas a la vez. Es difícil opinar sin conocer las investigaciones, lo que ha fallado o cuál puede ser el problema, porque no estoy involucrado. Sin embargo, la Ley Antiterrorista actual tiene efectos cuando ya se han identificado sospechosos o imputados, respecto de la investigación en sí misma, es irrelevante.
Es por cierto, un lugar común y parte del A,B,C, que cuando uno lidia con crimen organizado es necesario penetrar a las organizaciones y contar con estrategias investigativas y metodologías que impliquen la penetración de esos grupos. Es discutible si la legislación común no habilita pedir autorización judicial para realizar esas intervenciones, pero en los hechos, la Ley actual no se refiere a ello.
Una buena pregunta para el Ejecutivo es qué ha estado fallando, si es que ha estado fallando algo, cómo se puede mejorar y cuáles son los procesos investigativos a seguir.
¿Cómo explicarnos que prácticamente en todas las ocasiones que se ha aplicado la Ley Antiterrorista no se hayan encontrado responsables?
Lo que se puede decir es que en las investigaciones donde se ha aplicado la Ley no han logrado llegar a buen puerto en el sentido de la condena para los imputados. No es seguro que no hayan llegado a buen puerto en el sentido de identificar a los sospechosos. Ahora, no sabemos si esos sospechosos cometieron o no esos hechos, o si, más bien, lo que sucedió es que no existió evidencia para condenarlos, eso es otra cosa. Ahora, por la ley, en ese caso, son inocentes, pero es posible que sean responsables. Yo no me pronuncio sobre ello, pero hay que hacer la distinción.
Lo que sí es claro es, que hasta la fecha, para las policías y para el Ministerio Público ha sido difícil reunir evidencias que comprueben que las personas imputadas eran culpables de infligir la Ley Antiterrorista. Eso puede ser resultado de pesquisas ineficientes, de mala coordinación entre Ministerio Público y policías. En ese caso sí ha habido una dificultad real de identificar a los sospechosos de estas acciones, probablemente, porque son grupos pequeños cuyas conexiones con el exterior son difíciles, en consecuencia, la inteligencia respecto de ellos ha sido deficiente.