Demasiado tiqui tiqui tí, pero poca enjundia

  • 20-09-2014

Una reciente encuesta realizada a nivel latinoamericano pone en evidencia, una vez más, que nuestro país tiene una baja valoración por la cultura. Aún cuando seguimos endieciochados en la borrachera patriotera en que todo se justifica porque si es chileno es bueno, y una banderita tricolor ondeando en lo alto de una ramada la convierte en sitio patrimonial, lo cierto es que las diferentes manifestaciones culturales en Chile, sea música, cine, lectura o visitas a lugares de conmemoración histórica son hábitos de unos pocos. El desvarío de Fiestas Patrias, entendidas como vacaciones y licencia para tomar y comer a destajo, asientan la idea de que esa es la verdadera cultura chilena desconociendo otras formas de hacer cultura, confundiendo el amor por la patria con el patrioterismo y la chilenidad con la vociferación del tiqui tiqui tí. Ignorantes de lo más nuestro y tradicional, menor es el interés por conocer la realidad de otras culturas, de modo que terminamos consumiendo una majamama cultural marcada por la espectacularidad y lo irrisorio.

Y si bien hay signos alentadores como que nuestro baile nacional sea hoy disfrutado no solo en septiembre, sobre todo por las nuevas generaciones y con formas urbanas, como la cueca chora, lo cierto es que no la terminamos de entender. Al punto que en las recientes Fiestas Patrias, la Presidenta de la República junto a la alcaldesa de Santiago la bailaron con sus hijos, ignorando que este baile tiene como eje central el cortejo, como apuntaba un académico especializado en el tema en una carta mercurial, y de esta forma se desnaturaliza su sentido más propio. Algo que es una costumbre en nosotros, esto de entender las cosas por encima no más, porque la carga se va arreglando en el camino, cuando en verdad, lo que va sucediendo es que se van deformando y terminando en un imbunche que nadie sabe bien de dónde salió. Todos males que tienen una misma raíz, la poca densidad cultural de nuestros usos y costumbres y que para consuelo de tontos, no es solo un problema solo de Chile, sino que una carencia que compartimos con otros países de nuestra región, como lo demuestra la Encuesta Latinoamericana de Hábitos y Prácticas Culturales 2013, una amplia radiografía realizada por la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). Se trata de una estudio a mil 200 personas de 20 países de habla hispana además de Brasil, donde Chile no brilla en ninguna categoría, a menos que sea en la penetración de internet y el hábito de ver videos a través de la web…lo que no extraña, cuando Hola, soy Germán, fue elegido este 2014 como la revelación mundial en Youtube.

Todos los países estudiados dedican el 0,5 por ciento o menos del Producto Interno Bruto (PIB) a la cultura, lo que es un indicador de la escasa importancia que, en general, le otorgamos …mal de muchos, podemos decir.

Si partimos por el cine, el 65 por ciento de los latinoamericanos dice no haber asistido a una sala en el último año, y solo el 9 por ciento lo hizo una vez al mes. Los países más cinéfilos son Costa Rica (14%), Ecuador y Venezuela (13%), y el resto, prefiere ver videos (56%). Sin embargo, hay un 40 por ciento que nunca fue a una sala de cine, lo que no es raro cuando se sabe, como en nuestro caso, que el séptimo arte es un privilegio para los citadinos, ya que en regiones, las salas casi no existen. Esta Encuesta latinoamericana de hábitos y prácticas culturales también señala que respecto de la música seis de cada 10 latinoamericanos escuchan música grabada, el 27 por ciento de ellos, lo hace todos los días. Los melómanos son Venezuela (40%), Argentina (30%), Paraguay (28%) y Brasil (27%).

¿Qué pasa con la lectura? El 45 por ciento de quienes pueden leer en castellano y portugués prefieren no hacerlo casi nunca. Los más lectores son los mexicanos (36%), uruguayos y guatemaltecos (33%) y costarricenses (31%). Los chilenos leemos menos de la mitad que los mexicanos, 2,7 libros al año, una verdadera condena que el IVA a nuestros libros se encarga de agravar.

Respecto de lo medios de comunicación, la penetración de la televisión es enorme cuando este estudio concluye que los latinoamericanos suelen dedicar 3,5 horas en promedio a ver televisión cada día, cifra que aumenta a 3,7 durante el fin de semana. Los más tevitos son los hondureños (4,5 horas), y los costarricenses, uruguayos y venezolanos (4,3 horas). Respecto de la radio, la media latinoamericana es de 3,9 horas diarias de escucha de lunes a viernes, en tanto la lectura de periódicos es de 3,7 días a la semana.

Sólo cuando se trata de internet y redes sociales, Chile aparece en los ranking, lo que habla de la impactante penetración que ha tenido en nuestro país, cuando a nivel latinoamericanos son las clases más acomodadas las que navegan a diario, en cambio, el 82 por ciento de quienes pertenecen a las clases más bajas, jamás lo hacen. En este sentido, Chile sí da cuenta de la media de los países que pertenecen a OCDE, cuyos miembros tienen en promedio un 80 por ciento de acceso a internet, comparado con el 40 por ciento de nuestra región. Los argentinos, brasileños y chilenos somos los más conectados a la red, una plataforma que debiera ser mucho más aprovechada por las autoridades a la hora de educar y sensibilizar a sus poblaciones respecto de la cultura, y no dejarla en manos de quienes solo quieren lucrar a través de estupidez humana.

Siendo Chile un país que exhibe importantes cifras macroeconómicas, que sabemos esconden una enorme inequidad, no pueda refrendarlas en el hábito y consumo cultural de su población. Una señal más de que aunque la mona se vista de seda…

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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