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Año XVI, 29 de marzo de 2024


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Estudios demuestran incumplimiento del Transantiago con el Ministerio de Transportes

La semana pasada se formó el Observatorio del Transantiago, entidad encargada de evaluar su funcionamiento desde la mirada del usuario. Esto cuando el funcionamiento del sistema de transporte público ha dejado mucho que desear estos días y ha estado en la mira de actores políticos y los medios de comunicación.

Paula Correa

  Sábado 27 de septiembre 2014 9:45 hrs. 
transantiago bus gente

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¿Los buses salen a la calle o no?, ¿cada cuánto tiempo?, ¿son realmente los que tienen que salir conforme a los acuerdos con el Ministerio de Transportes? Estas son algunas de las preguntas que de seguro se han hecho en algún momento los usuarios y que busca responder el recientemente creado Observatorio del Transantiago.

El organismo fiscalizador ciudadano fue creado por la organización Ciudad Viva, el Grupo de Estudios de Transporte de la Universidad de los Andes y la Fundación Pro Acceso, y entregó su primer reporte donde se analiza el tiempo de espera promedio de los pasajeros en los paraderos, utilizando los datos que el Ministerio de Transporte recopila mensualmente a partir de los GPS que están instalados en cada bus de la flota del sistema.

Para ello Fundación Pro Acceso, pidió la información pública y los datos vía ley de transparencia, los que no han sido publicados en siete años de operación, donde aún se desconoce el desempeño real del Transantiago.

Sobre esto se refirió la Directora Ejecutiva de la Fundación, María José Poblete quien sostuvo que han estado por que la ciudadanía tenga acceso a la información pública y este Observatorio es una concreción de, justamente lo que cree, busca la ley; que los ciudadanos se hagan cargo de los temas que los involucran, que se organicen, que ayuden por un lado a fiscalizar, pero también por el otro a colaborar con una mirada de dónde están los problemas y cómo podríamos llegar a soluciones”, afirmó.

Por su parte, el ingeniero de transporte e integrante de Ciudad Viva, Rodrigo Quijada, dio cuenta de los principales resultados. En promedio los usuarios esperan un 26 por ciento más de lo que se debería. Sólo en la punta mañana ese porcentaje sube a 33 por ciento y en la punta tarde se llega a 43 por ciento. Además hay una variabilidad entre las empresas, la peor es Alsacia, los buses celestes, que tienen un nivel de tiempo adicional, llegando a un 70 por ciento más del tiempo que prometieron en punta tarde.

Quijada afirmó que el incumplimiento ocurre en días o partes del año sorprendentes, como los días domingo, cuando la ciudad no está congestionada y no hay dificultades adicionales para lograr el cumplimiento. También pasa en enero y febrero donde hay menos inconvenientes. “En síntesis no importa cuándo ni dónde”, afirmó.

En ese sentido, afirmó tajante que no se respetan los contratos: “En todo el año las empresas nunca cumplieron, excepto una empresa que cumple que es STP que es la empresa con buses de color amarillo. Todas las demás no cumplen”, indicó.

El especialista afirmó que como hay un incumplimiento parejo durante todo el año es muy fácil concluir que las multas que el Ministerio de Transportes está pasando todos los meses a las empresas no están produciendo el resultado que deberían. “Siguen operando igual mes a mes, internalizándolo dentro de sus costos. Se observa que no hay un cambio a lo largo del año, el sistema sigue operando igual”, dijo.

Esto cuando se siguen sumando las críticas. La empresa Sonda sostuvo que el cuatro por ciento de los buses simplemente no para a tomar pasajeros, lo que fue fiscalizado el viernes pasado por las autoridades. Además, investigaciones periodísticas revelaron escasa mantención de los buses, recorridos fantasmas e incluso coimas a dirigentes sindicales para evitar denunciar irregularidades.

En ese sentido, parlamentarios solicitaron “más mano dura” para los empresarios. El diputado radical, Ramón Farías afirmó que ellos como responsables “tienen que responder, dar la cara, explicar por qué hoy dúa sus trabajadores tienen miedo de hablar a los medios, y poner fin a las presiones indebidas que ejercen”.

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